Las nuevas cuentas del Gran Capitán, Carlos V y sus insaciables banqueros, frente a la democracia
En este cuadro se representa al Emperador Carlos V, junto a los poderes facticos de entonces. Un Cardenal, un Capitan, y, destacado por sus ricos ropajes el banquero aleman Jacobo Fugger. Como figuras que acompañan, el perro, simboliza al pueblo fiel y, la camarera, que le sirve, el estatuto de la mujer en todo aquello....
La
democracia formal, y más la social, han tardado muchos siglos en abrirse camino
y la estamos perdiendo en meses. No hay elementos supervisores serios ante las
formas de la especulación, la usura y el préstamo para campañas militares sin
control por parte del pueblo, aún siguen igual que en el siglo XVI. Nos toman
el pelo y nos dejamos. La campaña de Italia a mediados del siglo XVI, no fue
menos devastadora que la actual guerra que el neoliberalismo ha planteado al
estado social y democrático que tanto ha costado poner en pie. La ruptura del
pacto social, la eliminación de la ley de dependencia, la privatización de la
sanidad, degradando servicios, cerrando plantas de hospitales y reduciendo
plantillas; la destrucción de la calidad del sistema educativo, no renovando
los contratos a los interinos dejando así a miles de alumnos sin profesores,
sin becas y sin libros. La subida de las tasas a los estudiantes universitarios,
los recortes a las prestaciones y subsidios de desempleo…
En
1551 tras mas de 30 años de reinado en el que las guerras fueron constantes,
Carlos V, reanudó las hostilidades con Francia y al año siguiente, el Emperador
pidió a sus banqueros un empréstito de mas de 4 millones de ducados; Sólo la
campaña de Metz costó 2,5 millones y continuó recibiendo un préstamo por
esta cantidad los años siguientes, de manera que en 1554 el déficit de la
hacienda de Carlos V se calculó en 4,3 millones de reales, a pesar de que
contaban con las remesas de oro y plata de Indias que superaban los 2 millones
de euros anuales aquellos años de 1552-53.
Las
condiciones de los préstamos concedidos al monarca español empeoraron rápidamente porque a los
banqueros les era cada vez más difícil conseguir su devolución. Cuando podían
colocar la deuda, lo hacían al 43% de interés o más. Algunos acreedores se
sentían obligados a continuar prestando por temor a perderlo todo si se
negaban.
A
pesar de la banca rota, Carlos V no decretó la suspensión de pagos total
y, en su lugar recurrió a la argucia de reducir unilateralmente los pagos a los
acreedores y aún en plena crisis financiera, su hijo Felipe II, pudo pagar a
las tropas que ganaron la batalla de San Quintín el día de San Lorenzo de 1557.
El Imperio Español superó la bancarrota y sólo cuarenta años más tarde
comenzaría la recesión de España, cuyo imperio aún persistiría 250 años mas
tarde.
Analicemos
esto: En los últimos 500 años el desarrollo tecnológico, posibilitó el
surgimiento de un sistema el capitalismo primero basado en el capital
comercial, que engendró la esclavitud y el expolió de las venas abiertas de
América, África y, en menor medida, Asia y Oceanía y del campesinado occidental. Más tarde en el
capitalismo industrial introdujo la apropiación de la plusvalía y la
explotación de los desposeídos de los medios de producción por parte de sus
propietarios, como criticó certeramente Marx. Ahora hemos vuelto a la época
de los banqueros de Carlos V, que estudió el palentino Ramón Carande. El
poder sometido a sus banqueros, aunque aquel sistema se defendió con mecanismos
absolutistas. Entonces el rey era el soberano, ahora lo son los banqueros, no
el pueblo, que ha perdido su soberanía en manos de unos políticos ineptos,
incapaces de erigir el contrapoder democrático global que meta en cintura a
“los mercados”, una Unión Europea
social, fiscal, política y económica que el equipo de ineptos del que
forman parte los euroburocratas, el gobierno de Rajoy, con la asistencia de la
Troika, el FMI, la Troika, la Merkel, Cameron, etc, no han sido capaces de
levantar. Ahora hablan del inminente Rescate. Que no es otra cosa que inyectar
dinero de un fondo publico europeo para garantizar el pago de una deuda
irresponsablemente inflada por la mala gestión de la banca, en beneficio de sus
acreedores, los bancos alemanes. Los
nuevos Fugger.
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