LAS GUERRAS CÁNTABRAS. ALGUNAS LOCALIZACIONES
Los cántabros y los
astures fueron los últimos pueblos peninsulares sometidos al Imperio romano,
entre los años 23 y 19 a. de C. Ese proceso de conquista duró doscientos años,
desde la Segunda Guerra Púnica, (218-204). No hubo por parte de los romanos un
plan unitario prefijado de conquista militar o política de la Península, sino
que el proceso de conquista tuvo diferentes etapas y proyectos de conquista por
parte de Roma, en las que se fue conquistando primero las regiones
mediterráneas, para progresar después hacia el valle del Tajo occidental
(Lusitania) , del Duero (Celtiberia) y del Alto Ebro (Cantabria).
Mas de sesenta años
después de que Roma venciera a Cartago, los romanos lograron en el año 133 a.
de C. vencer la resistencia mítica de los numantinos que había durado varios
años. Seis años antes habían logrado,
mediante el soborno a sus generales el asesinato de Viriato y con él el final
de la resistencia, no menos mítica de los lusitanos, que tenían una sociedad muy
polarizada, lo que redujo su capacidad de resistencia. Viriato era uno de los
muchos lusitanos desposeídos de fortuna, que formó tropas, compuestas por otros
desheredados, que mediante el uso de tácticas de guerrilla, hostigaban
sistemáticamente a los romanos y consiguieron llevar la sublevación a las
ciudades. Esta estrategia guerrillera de los lusitanos desarmaba las tácticas
de lucha de las legiones romanas, que sufrieron varios y serios descalabros y
en 140 a. de C. se vieron obligados a firmar un tratado de paz. A partir de
entonces la táctica de los romanos se centró en atraerse a las clases altas de
los lusitanos, mientras que Viriato seguía liderando a los de abajo. El fin de
Viriato se escenifica en la traición de sus generales, pero esta conjuración
fue pactada por los romanos con los líderes oligárquicos lusitanos.
A partir de ahí, los
romanos conocieron la región del Miño, pero su interés volvió a las fértiles
tierras del Mediterráneo y del Sur, la Bética y la Hispania Citerior. Tierras
donde se asentaron y fusionaron con los indígenas en el embrión de lo que fue
la civilización hispanoromana y siendo estas regiones escenario de las luchas
entre los diferentes caudillos militares romanos: Mario, Sila, Sertorio,
Pompeyo, César, etc. De esta manera, derrotado el partido popular en Roma, su líder Sertorio pasó a Hispania,
logrando el apoyo de los pueblos indígenas que ocupaban el valle del Ebro,
constituyendo su capital en Huesca, frente a quien se enfrentó Pompeyo. Este
obtuvo alianzas con pueblos del área vasca y riojana, como los autrigones y los
berones. Al final de este periodo, al parecer los cántabros realizaron incursiones sobre zonas ocupadas por los
autrigones (zona de la actual Álava y norte de Burgos).
Esta fue tomada como
escusa por los romanos para preparar la campaña frente a los cántabros. Entre
los años 29 y 27 a. de C., durante la conquista romana del sur de Aquitania,
los Várdulos, caristios y autrigones (junto a los vascones, los pueblos que
ocupaban el actual País Vasco), fueron aliados de los romanos. Los cántabros
sin embargo tenían lazos y eran aliados de los aquitanos. Sin embargo, todo
parece indicar que la causa de intervención de los romanos contra los cántabros
y astures fue el descubrimiento de importantes yacimientos de oro en las
proximidades de Astorga, cuya codicia chocaba con la presencia en sus
proximidades de pueblos tan belicosos y descontrolados.
Las guerras
comenzaron hacia el año 29, y se intensificaron el 26 a. de C. cuando el propio
emperador Augusto trasladó tropas estableciendo un campamento base en Segisamo, la actual Sasamón, con otros
secundarios en el noroccidente alavés (Kuartango), de Quartani, nombre que se daba a los legionarios de la Legio IV
Macedónica, que tuvo un tercer campamento en la localización palentina de Pisoraka
Herrera de Pisuerga. Las legiones se avituallaban desde Aquitania, desde donde
también actuaba la flota romana. Se asegura que Roma movilizó a unos 70.000
hombres entre legionarios y tropas auxiliares, estableciendo vías de
aprovisionamiento desde Aquitania, que atravesaban las actuales provincias de
Guipúzcoa, Navarra, Álava , Burgos y Palencia, participando en su construcción
además de la citada legión macedónica IV, otra legión, la VI.
Los romanos
constituyeron tres columnas que se dirigieron hacia los núcleos cántabros de Aracillum (Yacimiento de la Espina del
Gallego Sierra de El Escudo), Bergidum
(identificado con el Bergidum de El Bierzo, pero que nosotros identificamos con
el castro de Monte Bernorio, próximo
a Aguilar de Campóo (Palencia), que tiene mucha mas lógica con el escenario de
las guerras y el Mons Vindius, los
montes blancos, los Picos de Europa, vistos desde las montañas de Palencia, de León, o
desde la Costa.
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