“¿De qué sirve la libertad política para los que no tienen pan? Sólo
tiene valor para los teorizantes y los políticos ambiciosos.” Jean Paul
Marat
La Revolución francesa, como
todas las demás que en este mundo han sido, vivió continuamente oprimida por la
leyenda negra de los reaccionarios, por las coaliciones contra las mismas y por
el miedo a las conspiraciones. Se sospechaba que había espías por todas partes
y que cada nación tenía el suyo. El español se llamaba Andrés María de Guzmán,
y acabó en la guillotina. Se hizo pasar por amigo de Marat para alcanzar
puestos importantes, y debió de haber algo de cierto porque cuando Marat fue
herido de muerte en su bañera por Charlotte Corday, antes de morir escribió una
nota a Guzmán, una carta de inequívoco amor homosexual, en que le decía, mas o
menos: “Amigo mio, los bárbaros no me han querido dejar el dulce placer de
morir en vuestros brazos; llevo conmigo la idea consoladora de que permaneceré eternamente
grabado en vuestro corazón. Este presente, por lúgubre que sea, hará que os acordéis
del mejor de vuestros amigos; llevadlo en memoria mía. Vuestro hasta el ultimo
suspiro, Marat.” Andrés de Guzmán llevo esta nota consigo, envuelto en un tafetán
negro, hasta el día de su muerte en la guillotina el 5 de abril de 1794.
Jean Paul Marat (1743-1793)
Nacido en Suiza, se formó como
médico en Burdeos, aunque sus verdaderas pasiones eran la física de la
electricidad y la óptica, las que aplicaría a la cura de enfermedades oculares
en París. Abandona la capital francesa y viaja a Holanda y después a Londres
donde permanece muchos años ejerciendo su profesión. Allí publico su ópera
prima: Philosophical Essay on Man (Ensayo Filosófico sobre el hombre, en 1773) donde
despliega sus conocimientos de filosofía. La obra fue traducida al francés y
publicada en Amsterdam en 1775, recibiendo una feroz crítica de Voltaire, lo
que no hizo sino poner en el candelero intelectual al joven Marat. Pero este ya
se había preocupado por la política en su país de adopción y un año antes había
publicado un ensayo titulado “Las cadenas
de la esclavitud” que animaba a los electores ingleses a rechazar a los
candidatos amigos del rey al Parlamento británico.
En 1775, se doctoró en medicina
por la Universidad de Saint Andrews. Con aquel bagaje cultural, regresa a
Francia y se convierte en doctor de la Corte de Luis XVI. De carácter critico y
heterodoxo, discutía abiertamente teorías de las figuras del momento como
Newton, lo que le valió su exclusión de la Academia de Ciencias Francesa, lo
que se le compensó con la consideración de otros ilustres como Benjamín
Franklin o Goethe, también enemigos del despotismo academicista. En abril de 1786 dimitió de su trabajo en la
corte y, tras unos pocos años, completó una nueva traducción del Opticks de
Newton (1787) y su libro (Memorias académicas, o nuevos descubrimientos sobre
la luz) (1788).
Poco antes de los acontecimientos
revolucionarios de 1789, cuando se convocan los Estados Generales, Marat
abandona su carrera como científico y filosofo, para dedicarse por entero a la política.
Publica “Ofrenda a la Patria”, un panfleto que trata de los mismos aspectos que
el conocido ¿Qué es el Tercer Estado? del abate Sieyès. Despues de la celebración
de los Estados Generales publica tres panfletos sucesivos: un primer suplemento
a “La ofrenda”, otro titulado La Constitución y otro mas con el elocuente
titulo de: “Cuadro de los vicios de la constitución de Inglaterra”, que se
centraba en criticar el carácter oligárquico de la constitución inglesa que era
el referente predominante en la Asamblea francesa.
Poco después de la toma de la
Bastilla el 14 de Julio y de la proclamación, el 26 de agosto, de la Declaración
de los derechos del hombre, Marat decide influir en la opinión publica fundando
el periódico L’ami du peuple (El
amigo del pueblo). Desde esta atalaya periodística, investigaba y desvelaba las
corrupciones de los que el denominaba “enemigos del pueblo”. Estos despiadados
y certeros ataques le granjearon la enemiga de muchos prohombres de la Asamblea
y de la Comuna, lo que le condujo a prisión un mes entre el 8 de octubre y el 5
de noviembre de 1789.
En enero de 1790 se le intentó
arrestar de nuevo por su agresiva campaña contra La Fayette, héroe de la revolución
americana, aunque huyó a Londres, donde escribió “Denuncia contra Jacques
Necker” (ministro del rey Luis XVI). Volvió a París en mayo de 1790 para
continuar la publicación de L'Ami du
peuple, atacando a muchos de los ciudadanos más poderosos de Francia.
Temiendo las represalias, Marat se vió forzado a esconderse en las catacumbas
de París, donde contrajo una enfermedad crónica de la piel (presumiblemente
dermatitis herpetiforme). Marat depositó sus esperanzas en la Asamblea
constituyente, pero perdió la fe en las acciones de la Asamblea legislativa. En
diciembre de 1791, huyó de nuevo a Londres, donde escribió su libro École du citoyen (Escuela del
ciudadano). En abril de 1792 volvió a París, para adherirse al Club de los
Cordeliers, el ala izquierda de los jacobinos. En ese momento Marat funcionó de
nuevo de forma semiclandestina, sobre todo cuando se produjo el asalto al
Palacio de las Tullerias obligando a la Asamblea a proteger a la familia real y
se produjeron movimientos antirrevolucionarios.
Posteriormente, Marat fue elegido
por sufragio universal del pueblo de Paris y tomó su asiento en la Comuna de
París, y solicitó que se juzgara a los monárquicos encarcelados. Al no
realizarse ningún juicio, apoyó las ejecuciones en las que cientos de
prisioneros políticos fueron ajusticiados, y estableció el Comité de Seguridad,
cuyo papel declarado era eliminar de raíz a los contrarrevolucionarios. Cuando
Francia fue declarada una república, el 22 de septiembre de 1792, Marat dejó de
publicar L'Ami du peuple y empezó el Journal de la République française
(Diario de la República francesa). Pero continuo criticando a muchas de las
figuras políticas respetadas por los girondinos, lo que le granjeo enemistades
entre estos. Su postura en el juicio del depuesto rey Luis XVI fue también polémica.
Declaró que era injusto acusar a Luis Capeto de cualquier cosa anterior a su
aceptación de la constitución, y aunque solicitó implacablemente la ejecución
del rey por el bien del pueblo, exonero de culpa a su anciano ministro Malesherbes.
El 21 de enero de 1793 el rey
Luis fue guillotinado, un episodio que generó gran controversia política; de
enero a mayo, Marat luchó agriamente con los girondinos moderados, asegurando
que eran enemigos encubiertos del republicanismo, y llevó a su público a una
violenta confrontación con ellos. Los girondinos ganaron el primer asalto: la
Convención ordenó que Marat fuera juzgado ante el Tribunal revolucionario. Las
tornas se giraron cuando Marat fue absuelto y devuelto a la Convención con un
renovado apoyo popular. Marat contribuyo a la caída de los girondinos, apoyo
desde marzo al Tribunal revolucionario contra los sospechososy estuvo en la creación
del Comité de Salvación Publica, dirigido por Danton. El 2 de junio es uno de
los que dirigen el cerco de los sans
culottes a la Convención girondina (Rodea el Congreso), que precipitara su caída.
En los dos meses siguientes Marat, participa en la promulgación de la nueva Constitución
Jacobina, que ya recogía aspectos como una reforma fiscal redistributiva, una
reforma agraria y un nuevo contrato social bajo inspiración de las ideas de
Juan Jacobo Rousseau "El fin de la sociedad es la felicidad común" rezaba la Declaración de los derechos del Hombre de 1793.
El 13 de julio de 1793, Marat, en un episodio trágico muy
recordado por el celebre cuadro de David, fue apuñalado por Carlota Corday que
acabó con la vida de este científico y filosofo revolucionario, que no se
conformó con la investigación y la especulación y pasó decisivamente a la acción
política, su legado, una de las figuras señeras de su tiempo.