lunes, 4 de marzo de 2013

Toribio Echeberria, discurso de un socialistas vasco ante el problema nacional en 1918





Argumentario” de un dirigente socialistas vasco respecto del “problema nacional” y otros de hace casi 100 años. Advirtamos los anacronismos pero también los complejos que nos impedirán decirlo ahora, por haber dado por perdidas muchas batallas…

[Extracto]
Tras la Primera Guerra Mundial, “ Respecto a los nacionalismos ibéricos [señaladamente el vasco y el catalán] no se ha dado un criterio general socialista, a causa de la relativa inanidad de estos movimientos antes de la contingencia internacional que ha venido a señalar la posibilidad práctica. Ahora que se da esta circunstancia, no puede un partido que actúa en las realidades de la vida, sustraerse a la necesidad de señalar un criterio con relación a un problema que ha alcanzado tamaña importancia.

ANTECEDENTES
“Por lo que respecta a la tradición foral del País Vasco, que es lo que más directamente nos interesa y constituye nuestro objeto inmediato, podrían recogerse innumerables manifestaciones hechas en la prensa socialista, entre las que destacan aquellas campañas de nuestro querido Tomás Meabe, para que adoptáramos el Guernikako-arbola como himno nuestro. Y las manifestaciones de nuestros representantes obreros en las Corporaciones locales, todas ellas perfectamente unánimes en pronunciarse a favor del espíritu democrático, liberal y autonómico de nuestras viejas instituciones.
Pero estos antecedentes  no llegan a constituir un criterio acabado en lo que respecta al movimiento de los nacionalismos ibéricos, entre los que está el vasco, cuya mayor fuerza está representada por el partido llamado bizcaitarra. Por ello es forzoso teorizar un poco sobre el asunto.( …)
LA REINTEGRACION FORAL
(…)Correspondiendo a esta personalidad, cuyos atributos políticos han dejado de existir, se ha agitado siempre el anhelo de obtener el restablecimiento foral. ¿Cuál es el significado de esta aspiración? Los llamados Fueros, en su parte formal y casuística, no corresponden seguramente a las necesidades de los tiempos actuales. La vida se ha vuelto muy compleja y han surgido tantos favores nuevos, que es de sentido común que habría necesidad de transformarlos y de ampliarlos extensamente (…).
La reintegración foral no puede significar necesariamente la vigencia literal de aquella legislación, sino el restablecimiento o restitució a favor de este país de aquellas facultades legislativa, ejecutiva, judicial y administrativa que gozó hasta la abolición de los Fueros [primer gol que nos habían metido ya las tesis nacionalistas: el foralismo democrático, que es ahistórico como luego la investigación histórica ha comprobado]

EL SEPARATISMO
“Pretender los derechos correspondientes a esta personalidad del País Vasco para encerrarse dentro de sus muros resulta una verdadera incongruencia (…) El separatismo es contrario al sentido de la marcha del mundo, y contrario, sobre todo, a la conveniencia histórica nuestra. La tendencia progresista es hacer de la humanidad un gran todo unido, respetando el libre desenvolvimiento de las partes, que cada vez adquieren una mayor personalidad. Esta complejidad creciente que tan manifiestamente se señala, es lo que dará carácter justamente a las estructuras sociales del porvenir.
Podrán alegar los separatistas que aunque se separen de España podrán unirse directamente a la Liga de Naciones, pero a esto cabe contestar, que el grupo natural (ya que el verdadero nacionalismo es el respeto a las agrupaciones creadas por la naturaleza) el grupo natural nuestro, como pueblo, el pueblo es España.(…)”

LOS VÍNCULOS COMUNES
(…) La lengua, que es ya la lengua vulgar de medio país vasco y la lengua culta de todo él, pues el vascuence no responde a las complejidades y a los múltiples conceptos intelectuales de la vida moderna [lo dice un euskaldun, que hablaba y daba discursos en euskera] (…)

La economía nacional, tomando esta palabra en el sentido de los economistas alemanes, como conjunto o sistema de todas las economías particulares, incluso la del Estado, conjunto que tiene sus leyes y su desarrollo (…)

LA FEDERACIÓN IBERICA
(…) que no prevaleciera un extremo espíritu localista, ya que en nuestras viejas instituciones, siendo el Municipio (Repúblicas lo llamaban entonces) el centro donde radica la soberanía, y la Hermandad, su federación (…) Esa misma confederación lógica, llevada a sus naturales consecuencias, nos conduce al reconocimiento de la necesidad de federarnos con los demás pueblos de la península, incluso Portugal,  -a la que habrá de atraerse por la multiplicación de relaciones de cambio-, para formar la Federación Ib´`erica. Y por medio de esta Federación unirnos a la comunidad del mundo civilizado en la Liga de Naciones [actualmente en la Unión Política Europea]
Al Estado Federal Ibérico, se le reservarían, por pacto constitucional, aquellos servicios y funciones de carácter general, que las Diputaciones, en sus gestiones con el poder central cuando la crisis política de 1917, concretamos en: Relaciones exteriores, Guerra, Marina, Aduanas, Deuda Pública, Moneda, correos y pesas y medidas. (…)

Y TERMINA [Y esto hace este argumentario mas actual aún. El nacionalismo separatista tiene enfrente no un nacionalismo simétrico sino una suerte de caciquismo].
[Frente a las doctrinas del PNV al que achaca su “ortodoxia católica o intransigencia religiosa”]
El Ayuntamiento de Eibar ha aprobado recientemente una proposición sobre el problema vasco que entre otras cosas dice: “Que este cambio (el de la reintegración fotral) por su carácter fundamental, implica la revisión de la Constitución española(…) para incluir derechos individuales…
“En España hay muchos nacionalismos de esos [que no respetan los derechos individuales]: pedazos de territorio donde no mandan las leyes españolas, ni la administración española manda; y la fuerza pública tampoco cuida los intereses  de la nación, sino los de un poder local absoluto, que generalmente se concentra en algún ricacho o grupo de ricachos, que tampoco reconocen los derechos individuales de los demás pobres vecinos. De esta suerte de sistema político en castellano no se dice nacionalismo, sino que se le llama con otra palabra más clásica: caciquismo.”

TORIBIO ETXEBARRIA, dirigente socialista guipuzcoano, La Liga de las Naciones y el Problema Vasco, Eibar, 25 de noviembre de 1918 transcrito por Antonio Rivera en “Señas de identidad, Izquierda obrera y nación en el País Vasco, 1880-1923, Instituto Valentín de Foronda, Vitoria, 2003

domingo, 3 de marzo de 2013

Irene y César Falcón (Perú 1892-Lima 1970)




César Falcón (1892-1970), fundador junto a José Carlos Mariátegui del Partido Socialista Peruano,  en 1919 ambos se vieron obligados a abandonar su país por que el periódico La Razón que Falcón había fundado poco antes, publicó un artículo en el que definía a los miembros del Parlamento de personal senil y claudicante. Su viaje, rememorado por Irene Falcón, debió ser apasionante. Salieron hacia Nueva York donde encontraron a los trabajadores de los docks neoyorkinos en huelga y luego arribaron a Alemania en plena revolución espartaquista. A finales de 1919 llegaron al puerto de Le Havre, desde donde se dirigieron a París, donde permanecieron unas semanas antes de separarse. Mariátegui fue a Italia y Falcón, se encaminó hacia Madrid. Antes de que el primero regresara a Perú, en 1920, ambos fundaron en Italia el Partido Comunista de Perú

Afincado en España, hacia principios de 1920, empezó a remitir artículos a los diarios La Vanguardia de Barcelona y El Liberal de Bilbao, donde trabajaba como periodista y tenía gran influencia el socialista Indalecio Prieto, y a España, semanario dirigido por el también socialista vasco Luis Araquistáin. Viajó como corresponsal por la Europa de entreguerras, en la Alemania de los soviets, redactó crónicas desde las fábricas italianas ocupadas por los huelguistas, y de la huelgas de los ferroviarios, se convirtió en un “intelectual comprometido”. A finales de 1923, cuando se encontraba en Alemania junto al entonces director de El Liberal Miguel Moya Ojanguren, este recibió la noticia de su destitución por el cambio editorial en consonancia con el del gobierno que giró a la derecha con la llegada de Primo de Rivera al poder.

Recuerda su compañera Irene Falcón como, durante este periodo de la Dictadura primorriverista, César Falcón, participaba en las diatribas entre Unamuno, Valle Inclán y Gabriela Mistral en el café del Ateneo de Madrid y a las tertulias de Ramón Gómez de la Serna en el café Pombo. El periódico El Sol, inspirado por el filósofo Ortega y el magnate papelero vasco Urgoiti, siguió una trayectoria inversa a El Liberal y de aplaudir la proclamación del dictador, pasó a convertirse en crítico de la dictadura. En él escribían lo que se consideraba la créme de la créme del republicanismo español: Ortega y Gasset, Fernando de los Ríos, Pérez de Ayala, Moreno Villa, Américo Castro, Margarita Nelken era la crítica de arte y el compositor comunista Bacarisse, la de música. En sus páginas no se publicaban noticias sobre toros y loterías con el fin de acabar con estos dos “vicios nacionales” (que hoy siguen, vivos e incuestionados, sobre todo el segundo).

César obtuvo la corresponsalía de El Sol en Londres del periódico. Hacia 1925, César Falcón contrae matrimonio con Irene Levy (Luego conocida al tomar el apellido de su marido en los artículos que envió desde Londres, como Irene Falcón 1907-2000), una chica española hija de un judío polaco y de una asturiana, joven de apenas 17 años a quien había conocido en Madrid e invitado a trasladarse con él a Londres. En mayo de 1926, tuvieron a su hijo Mayo, quien no pudo inscribirse en el Consulado español, al estar en plena dictadura de Primo de Rivera. Ese año en Inglaterra hubo una importante Huelga General, que empezó siendo de mineros, pero que se extendió al transporte, paralizando toda la vida económica del país. Ya se apercibieron de la flema británica, extendida a los obreros que durante la huelga cultivaban tranquilamente sus jardincitos fiándolo todo a la negociación de sus dirigentes tradeunionistas, origen de toda burocracia sindicalista. Los miembros del Partido Comunista de Gran Bretaña eran entonces casi todos hindúes, desde los militantes de base hasta el diputado Shapurji Saklatvala, “camarada Sak”, uno de los mejores oradores en el parlamento británico de aquella época y diputado por North Battersea. Compartía los objetivos de Ghandhi aunque mantuvo una polémica con éste sobre los ritmos de la descolonización de la India, Egipto, Palestina y Singapur. Como recuerda Irene Falcón, Gandhi, diría en una ocasión “Sak va más allá de lo que nosotros podemos en estos momentos”.

Irene se unió a César Falcón en el envío de artículos; si bien el primero lo hacia al matutino El Liberal, la segunda lo hacía al vespertino La Voz, ambos propiedad de empresarios vascos, Horacio Echevarrieta y Urgoiti, respectivamente.

Irene y César vuelven a España coincidiendo con la caída del dictador. Poco antes, César Falcón funda la Editorial Historia Nueva, con la que edita El Pueblo sin Dios, una novela sobre el tremendo trato que recibían los indios en el Perú, por la que recibió un homenaje en Madrid en un acto en el que están presentes Eduardo Marquina, Álvarez del Vayo, el futuro presidente de la República Juan Negrín, Gregorio Marañón, Ramón J. Sender, Pepín Díaz Fernández, diputado de Izquierda Republicana y autor de El Blocao novela emblemática para esa época. Historia Nueva editó el suicidio del príncipe Ariel del comunista Balbotín, el Botín, del socialista de izquierdas Julián Zugazagoitia, etc.

Irene Falcón dirigía por su parte una colección de libros de mujeres, de lo mejor sobre literatura feminista de la época, inspirada por la colección “La Novela Ideal”, dirigida por la dirigente anarcosindicalista Federica Montseny. Publicaron La técnica del Amor de Doris Langley Moore; La dama y los bolcheviques de Vera Imber, una aristócrata de Crimea que se hizo bolchevique; editaron también Hypatia, un libro feminista de Dora Russell, mujer de Bertrand Russell, matrimonio a quien los Falcón conocieron en Londres,  que recrea a la científica alejandrina del siglo VI figura en la que también se basa el film Ágora de Alejandro Amenabar) en respuesta al Lisístrata, publicado por Revista de Occidente.

Irene Falcón escribió el prólogo de esta obra:

“ La emancipación femenina debe traer consigo la paz de los pueblos, debe evitar por todos los medios que se repitan los horrores de la guerra, que sus hijos, súbditos de naciones civilizadas, maten  y se dejen matar sin ninguna razón, obligados por un patriotismo falso, porque el verdadero patriotismo es el amor a la humanidad. Si las mujeres y las esposas saben explicar esto a sus hombres con inteligencia, lograrían vencer la atracción de las trompetas y de los tambores y de todo el engaño decorativo del militarismo”.

...Lástima que, al parecer no se hayan conservado o no se sepa donde se encuentran estas ediciones.

César Falcón, por su parte pasa a dirigir la nueva revista Nosotros que llevaba el explícito subtítulo de Órgano de la Revolución Mundial,  que afirman que “lo preciso es ir al porvenir, definirse como reclama el hombre de la calle, con misterioso presentimiento de la eficacia de la definición, es lo preciso en nuestros días” (Nosotros, 1º de Mayo de 1930). Aquí colaboraron entre otros: César Muñoz Arconada, posteriormente secretario de la JSU de Madrid; Julián Zugazagoitia, ministro de la gobernación de la República; Marcelino Domingo, ministro de instrucción pública; la primera mujer académica de la Lengua española, Carmen Conde; Rosa Chacel; Ramón J. Sender;  y Ana Luisa Strong, una norteamericana que luego viajó a la URSS y se hizo comunista.

Se trata del compromiso del intelectual con los asuntos sociales que hasta entonces le habían sido más bien ajenos. En esta frenética actividad participa activamente en la organización Izquierda Revolucionaria y Antiimperialista (IRYA) pero también en  su Central de Teatro Proletario, iniciativa algo posterior a las Misiones Pedagógicas, inspiradas en los valores de la Institución Libre de Enseñanza y contemporánea a La Barraca que Federico García Lorca anima bajo los auspicios de Fernando de los Ríos como ministro de instrucción pública de la República, concepciones del universitario o del intelectual como “educador del pueblo”, pero a partir de la representación de obras clásicas o de nuevas obras pero relacionadas con un teatro que siempre fue una crítica social.

Tras los cambios introducidos con la incorporación de José Díaz y Dolores Ibárruri en el IV Congreso del PCE celebrado en Sevilla en 1932, el grupo de IRYA decide ingresar en el Partido. En julio de 1933 se constituyó el Comité español Antifascista de ayuda a las víctimas del fascismo hitleriano, presidido por Salinas, con Dolores Ibárruri y Wenceslao Roces en la Comisión política; César Falcón y Paco Galán en la organización e Irene y Fernando Claudín entre otros en la de Administración. Desarrollaron una gran actividad de solidaridad en la defensa de Dimitrov y sus camaradas en Berlín acusados de incendiar el Reichstadt.

César e Irene, perdieron sus empleos en los periódicos burgueses y las penurias económicas los confinaron a una casucha en Ciudad Lineal, entonces un barrio excéntrico de Madrid, pero es entonces cuando, trabajando en Mundo Obrero, Irene conoce a Dolores Ibárruri, a la que quedará ligada en los siguientes 56 años...(Ver artículo sobre Dolores Ibárruri en este mismo blog)

Con su grupo de Teatro Proletario a partir de la improvisación de obras en la Sierra de Madrid, actuaron en salas de la capital y llevaron adelante giras por pueblos de Asturias, Cantabria, Vizcaya y Toledo, llegando a organizar conferencias y a elaborar y representar obras propias. En el verano de 1933 viajaron a Moscú por vez primera, para participar en el primer Congreso Internacional de Teatros Proletarios, también llamada Olimpiada Popular de Teatro. Los acompañaron los catalanes Ramón Pujol y Santiago Masferrer, escenografista y crítico  de teatro respectivamente. Conocieron a Erwin Piscator, director de los teatros de Moscú y autor de la obra de referencia Teatro Político. En Moscú se ensayaban técnicas vanguardistas también en escenografía, desapareciendo el techo del teatro para dar paso a escenas de aviones, o impregnando de olores relacionados con los hechos dramatizados en las salas.

César Falcón fue candidato al Congreso por Málaga en una lista en la que los comunistas iban en coalición con socialistas de izquierda en las elecciones de noviembre de 1933, encabezada por el doctor Cayetano Bolívar qjuien resultó elegido y fue el primer comunista elegido parlamentario en España. Atendía a los obreros pobres y no les cobraba, sino que les daba algo de dinero. En el parlamento, el como único comunista , leía párrafos enteros de literatura revolucionaria, del Manifiesto Comunista o del Mundo Obrero del día, para impedir que se votaran cosas que no eran deseables.

Durante la guerra César Falcón fue codirector de Mundo Obrero y organizó el Altavoz del Frente, un organismo de Agitación y Propaganda encargado de difundir la Cultura en las trincheras, al que se deben numerosos documentales cinematográficos sobre la guerra y en el que llegó a participar el poeta Miguel Hernández. También en la guerra, Falcón puso en marcha el periódico Frente Rojo, y llegó a participar en una delegación ante la Sociedad de Naciones con el ministro de Asuntos Exteriores de la República, Álvarez del Vayo. Después de la guerra regresó a Perú y en 1945 estaba en Estados Unidos. Así perdió el contacto con Irene Falcón, afincada en Moscú como asistente de Pasionaria. Falcón rehizo su vida en México tras no poder regresar a EE.UU. por la crítica que hizo en una nueva novela al sistema político norteamericano. Murió en Lima en 1970, junto a su hermano Jorge, quien en 1977 le relató episodios de su vida a quien durante algún tiempo fuera su compañera sentimental y política, Irene Falcón, cuyas memorias forman la base de este artículo.

Las apasionantes y frenéticas vidas de Irene y César Falcón en el periodo de 1920 a 1939, nos invitan a reflexionar sobre el compromiso militante de los intelectuales en aquellos momentos de lucha revolucionaria y antifascista, y de utilización de medios como la literatura, el cine o el teatro en la toma de conciencia de las masas sobre el mundo contradictorio en el que les tocó vivir.


Fuentes:

Irene Falcón: Asalto a los cielos. Mi vida junto a Pasionaria, Temas de Hoy, Madrid, 1996

Pablo Díaz Morlán: Horacio Echevarrieta, El capitalista Republicano, Madrid, 1999

Juan Marichal: El secreto de España, Taurus, 1995

Santos Juliá: Historias de las dos Españas, Taurus, Madrid, 2004



José Gabriel Zurbano Melero
Historiador