CUBA SIN FIDEL
“Socialismo pero eficiente” fue una consigna a fines del
siglo XX en Cuba. Algo parecido a la NEP soviética ha estado varias veces a
punto de aflorar en Cuba, pero siempre ha sido contrarrestado por un movimiento
fundamentalista que temía sus consecuencias desvirtuadoras. En Cuba hay un sector de dirigentes emergente
que establece diferencias sociales de facto y y se buscan soluciones
corporativas e individuales que sirven
de respiradero, sea al recurso de las salidas al extranjero de artistas e
intelectuales, sean los dólares llegados como el maná de Miami y otros destinos de los emigrantes o acumulados por
el Turismo y su sombra, el jineterismo. Se vive una cierta esquizofrenia entre
la proclamación de los principios inamovibles y la realidad tan tozuda (…)
Ampliar el consenso social es la clave en la actual etapa de
la Revolución. Pasaron los tiempos del Consenso
enfebrecido, los años sesenta y está por verificar el consenso ahora que
ha desaparecido Fidel Castro. Haría falta una renovación de las motivaciones
para impulsar con todas sus consecuencias una Revolución dentro de la
Revolución. Reconstruir el pueblo cubano en su pluralidad para redescubrir a
partir de los afectos, más que de los odios del pasado, todas sus
potencialidades.
En Cuba Revolución no quiere decir procedimiento de acceso
al poder o de transformación de la realidad una vez en el poder. En Cuba,
Revolución es una cosmogonía. Es una naturaleza, una substancia de la que son
simples accidentes todo y todos…La propia dialéctica Norte-Sur de economía
dependiente genera una contradicción interna en capitalismo a nivel global que
se ha podido ver en los actos de homenaje a Fidel : En él estuvieron los
latinoamericanos Rafael Correa, con un discurso vibrante en clave alternativa
al orden neoliberal, Maduro, Evo Morales… pero también el Vicepresidente de China, la
presidenta del parlamento de Vietnam, el vicepresidente de Irán, el presidente
de Sudáfrica o Alexis Tsipras, de Grecia.
También el reciente restablecimiento de las relaciones
diplomáticas con EE.UU. hay que verlo en esta clave, el papel mediador de la
Iglesia católica y el papel de Cuba a su vez en su papel mediador para la firma
de la Paz en Colombia… Todo ello habla de un futuro esperanzador, sobre el que
habría que ver algunas ideas de apertura y democratización, manteniendo las innegables
conquistas en el plano social, educacional, cultural, de salud pública,
deportes, etc.
El exilio cubano ha dado paso a lo largo de las décadas a
una emigración económica menos militante anticastrista, lo que es otro factor
positivo para el entendimiento. Por más que la victoria de Trump de aire a los
viejos intransigentes. Las relaciones son más que económicas, emocionales, y
eso, en mi opinión es lo que debe primar. Reconstruir el pueblo cubano en su
pluralidad.
A fines del siglo pasado, se ensayaron en Cuba, diferentes
organismos para afrontar el futuro inmediato, incluído el futuro sin Fidel. Se
creó en 1995 el Centro de Estudios de América, autorizado e impulsado por Raúl
Castro, entre 1995 y 1996 y luego liquidado por el propio Raúl Castro, pero
algunos de cuyos miembros siguieron trabajando en la también liquidada revista “Pensamiento
Crítico” y “Temas”. Haroldo Dilla, García Pleyán, Julio Carranza, Rafaél
Hernández Rodríguez, Isabel Jaramillo, Jorge Domínguez, Pedro Monreal, Hugo
Azcuy…
Rafael Hernández se arriesgaba entonces a pronosticar los
pasos económicos y políticos hacia el futuro, desde la prudencia que le dictaba
el presente. …Económico: extensión del cooperativismo en la agricultura y otros
sectores, con estatuto jurídico sobre la propiedad y control de los
trabajadores; aumento del peso y del trabajo por cuenta ajena, priorizando lo
cooperativo sobre lo individual; crecimiento del sector mixto;
descentralización y reducción del aparato estatal; mantenimiento de la
orientación del Estado (No solamente de la burocracia) sobre la actividad
económica en su conjunto; desarrollo de un sistema empresarial estatal, mixto y
privado, en función del mantenimiento de los servicios públicos esenciales;
continuación del sistema nacional de salud, educación, Seguridad social, con
modalidades más descentralizadas y menos burocratizadas; reajuste del sistema
monetario financiero, con mayor control sobre la masa monetaria; reducción
significativa del mercado negro (…); y POLÍTICO: Acentualización de la
descentralización y el pluralismo mediante la elevación del perfil de la
sociedad civil y sus expresiones orgánicas; mantenimiento del partido único,
aunque con un funcionamiento interno más democrático, más pluralista, más
interconexionado con las bases populares; mayor peso de los órganos
representativos del poder popular; (…)mayor pluralismo de los medios de
comunicación/(…) mayor influencia y presencia de los distintos sectores de la
sociedad cubana en los órganos representativos del poder popular, incluida la
Asamblea Nacional…
Alonso y Carranza parten del principio de que es preferible
estar con una Revolución equivocada que con la contrarrevolución… “Hay que aceptar
el mercado, no hay otra salida-propone Carranza-, pero impidiendo que el
capitalismo imponga la hegemonía de su lógica. Esa lógica ha de estar marcada
por el cerebro social”.
Inspirado en una relectura del Libro de Manuel Vázquez
Montalbán: “Y Dios entró en La Habana”. Madrid, 1998