lunes, 5 de diciembre de 2016

CUBA SIN FIDEL




CUBA SIN FIDEL



“Socialismo pero eficiente” fue una consigna a fines del siglo XX en Cuba. Algo parecido a la NEP soviética ha estado varias veces a punto de aflorar en Cuba, pero siempre ha sido contrarrestado por un movimiento fundamentalista que temía sus consecuencias desvirtuadoras. En  Cuba hay un sector de dirigentes emergente que establece diferencias sociales de facto y y se buscan soluciones corporativas  e individuales que sirven de respiradero, sea al recurso de las salidas al extranjero de artistas e intelectuales, sean los dólares llegados como el maná de Miami y otros destinos de los emigrantes o acumulados por el Turismo y su sombra, el jineterismo. Se vive una cierta esquizofrenia entre la proclamación de los principios inamovibles y la realidad tan tozuda (…)




Ampliar el consenso social es la clave en la actual etapa de la Revolución. Pasaron los tiempos del Consenso  enfebrecido, los años sesenta y está por verificar el consenso ahora que ha desaparecido Fidel Castro. Haría falta una renovación de las motivaciones para impulsar con todas sus consecuencias una Revolución dentro de la Revolución. Reconstruir el pueblo cubano en su pluralidad para redescubrir a partir de los afectos, más que de los odios del pasado, todas sus potencialidades.




En Cuba Revolución no quiere decir procedimiento de acceso al poder o de transformación de la realidad una vez en el poder. En Cuba, Revolución es una cosmogonía. Es una naturaleza, una substancia de la que son simples accidentes todo y todos…La propia dialéctica Norte-Sur de economía dependiente genera una contradicción interna en capitalismo a nivel global que se ha podido ver en los actos de homenaje a Fidel : En él estuvieron los latinoamericanos Rafael Correa, con un discurso vibrante en clave alternativa al orden neoliberal, Maduro, Evo Morales…  pero también el Vicepresidente de China, la presidenta del parlamento de Vietnam, el vicepresidente de Irán, el presidente de Sudáfrica o Alexis Tsipras, de Grecia. 


También el reciente restablecimiento de las relaciones diplomáticas con EE.UU. hay que verlo en esta clave, el papel mediador de la Iglesia católica y el papel de Cuba a su vez en su papel mediador para la firma de la Paz en Colombia… Todo ello habla de un futuro esperanzador, sobre el que habría que ver algunas ideas de apertura y democratización, manteniendo las innegables conquistas en el plano social, educacional, cultural, de salud pública, deportes, etc.



El exilio cubano ha dado paso a lo largo de las décadas a una emigración económica menos militante anticastrista, lo que es otro factor positivo para el entendimiento. Por más que la victoria de Trump de aire a los viejos intransigentes. Las relaciones son más que económicas, emocionales, y eso, en mi opinión es lo que debe primar. Reconstruir el pueblo cubano en su pluralidad.



A fines del siglo pasado, se ensayaron en Cuba, diferentes organismos para afrontar el futuro inmediato, incluído el futuro sin Fidel. Se creó en 1995 el Centro de Estudios de América, autorizado e impulsado por Raúl Castro, entre 1995 y 1996 y luego liquidado por el propio Raúl Castro, pero algunos de cuyos miembros siguieron trabajando en la también liquidada revista “Pensamiento Crítico” y “Temas”. Haroldo Dilla, García Pleyán, Julio Carranza, Rafaél Hernández Rodríguez, Isabel Jaramillo, Jorge Domínguez, Pedro Monreal, Hugo Azcuy…



Rafael Hernández se arriesgaba entonces a pronosticar los pasos económicos y políticos hacia el futuro, desde la prudencia que le dictaba el presente. …Económico: extensión del cooperativismo en la agricultura y otros sectores, con estatuto jurídico sobre la propiedad y control de los trabajadores; aumento del peso y del trabajo por cuenta ajena, priorizando lo cooperativo sobre lo individual; crecimiento del sector mixto; descentralización y reducción del aparato estatal; mantenimiento de la orientación del Estado (No solamente de la burocracia) sobre la actividad económica en su conjunto; desarrollo de un sistema empresarial estatal, mixto y privado, en función del mantenimiento de los servicios públicos esenciales; continuación del sistema nacional de salud, educación, Seguridad social, con modalidades más descentralizadas y menos burocratizadas; reajuste del sistema monetario financiero, con mayor control sobre la masa monetaria; reducción significativa del mercado negro (…); y POLÍTICO: Acentualización de la descentralización y el pluralismo mediante la elevación del perfil de la sociedad civil y sus expresiones orgánicas; mantenimiento del partido único, aunque con un funcionamiento interno más democrático, más pluralista, más interconexionado con las bases populares; mayor peso de los órganos representativos del poder popular; (…)mayor pluralismo de los medios de comunicación/(…) mayor influencia y presencia de los distintos sectores de la sociedad cubana en los órganos representativos del poder popular, incluida la Asamblea Nacional…

Alonso y Carranza parten del principio de que es preferible estar con una Revolución equivocada que con la contrarrevolución… “Hay que aceptar el mercado, no hay otra salida-propone Carranza-, pero impidiendo que el capitalismo imponga la hegemonía de su lógica. Esa lógica ha de estar marcada por el cerebro social”.



Inspirado en una relectura del Libro de Manuel Vázquez Montalbán: “Y Dios entró en La Habana”.  Madrid, 1998