El Linaje de los Haro, muy
poderoso ya desde comienzos del siglo XII, es uno de los más ilustres de la
vieja nobleza castellana. El mayor exponente del linaje fue don Lope Díaz de
Haro, XIII señor de Vizcaya, a causa de su privanza con Sancho IV, de quien fue
mayordomo y Alférez, pero el propio Rey Sancho IV, lo ajustició en Alfaro el 8
de junio de 1288, acusado de traición al Rey, para apoderarse éste de todas sus
posesiones entre ellas Vizcaya. Como estudia Gaibrois. Entregando López de
Haro, hermano de don Lope, recuperó para su linaje el Señorío de Vizcaya y
fundó Bilbao el Señorío de Vizcaya a su hijo
el Infante don Enrique.
Diego mantuvo el Señorío, Pero tuvo contrarios en su propia
familia que le disputaron el Señorío.
Así por ejemplo, el Infante don
Juan, casado con María López de Haro, hija de don Lope, no aceptó que el tío de
ésta poseyera el Señorío de Entre Vizcaya. Así, por ejemplo, en enero de 1296
el infante
don Juan trató de granjearse el
apoyo del Concejo de Palencia para quitar el señorío de Vizcaya a don Diego.
Pero los hombres buenos de Palencia, le respondieron que “si don Diego tuerto
le ficiera, que esto que lo mostrase al Rey su señor e a la Reina su madre e al
infante don Enrique, que lo avían a librar, que avían poderío de lo facer, que
non ellos, e mostraron muchas razones e muchos ejemplos, porque cuando tales
pleitos acaescieron en los reinos de Castilla e de León, que el rey con el
acuerdo de los sus prelados e de los sus ricos omes lo libraban siempre”
(Crónica de Sancho IV, p. 99) . El Infante don Juan siempre puso por condición
para apoyar al rey que le diese el Señorío de Vizcaya, pero la reina María de
Molina, se negaba, hasta que en junio de 1300, cedió finalmente, cuando el
infante don Juan juró servir a Fernando IV y le concedieron Mansilla de las Mulas,
Paredes de Nava, Medina de Rioseco, Castronuño y Cebreros a cambio de que
dejara de pretender el señorío de Vizcaya que seguía detentando don Diego López
de Haro. La negociación siguió en unas Cortes en Carrión de los Condes en 1300…
En Castilla los años 1305 y 1306 están
caracterizados por el complicado y tenso pleito sobre el Señorío de Vizcaya,
pleito que pone una vez más de manifisesto la división y rivalidad existentes
entre los representantes de los linajes castellanos más importantes. Al mismo
tiempo que las Cortes tiene lugar en Medina del Campoel desarrollo del pleito
sobre el Señorío de Vizcaya que nuevamente reclama el Infante don Juan en
nombre de su mujer doña María Díaz de Haro, hija y heredera de don Diego López
de Haro, hermano del asesinado don Lope. Este pleito está estudiado por
historiadores como J.A. Llorente; Pedro Novia de Salcedo, Labayru, Balparda, etc.
pero no hay un estudio moderno del mismo. Don Diego López de Haro, respondió a
las pretensiones de don Juan diciendo que doña María, ya había renunciado a sus
derechos sobre el Señorío a cambio en 1300 de las villas de Mansilla, Medina de
Rioseco, Cebreros, Castronuño, Paredes de Nava y Villalón, todos ellos en la
Tierra de Campos Leonesa, Palentina y vallisoletana. Pero en las cláusulas de
este “trueque”, don Diego se había comprometido a entregar un documento de su
madre, doña Constanza de Bearne otorgando la donación que él hiciera de la
villa de Paredes de Nava a su sobrina doña María Díaz de Haro. Este requisito
no había sido cumplido y los expertos en derecho, determinaron que por ese
motivo el cambio no valía en lo referente a lo de “fuera de Vizcaya”, es decir,
las tierras cercanas a Vizcaya, aquella parte en la que la falta del requisito
era relevante.En consecuencia Fernando IV podría entregar lo de fuera de
Vizcaya a doña María Díaz. El canciller Juan Núñez de Lara intercedió ante
Diego López de Haro, pero este se marcho “a la francesa de” Medina del Campo,
dicen las crónicas “sin despedirse siquiera del Rey”.
El maestre de Calatrava envió una
misiva secreta al rey de Aragón Jaime II el 5 de junio de 1305”…a bien dos
meses e medio que están en Medina del Campo el Rey sobre fecho del pleito que a
don Juan con don Diego e fallan que nos es movido el Rey a este pleito e que sy
don Juan quisiere demandar a son Diago que demande e nos sabemos sy demandará
agora”. El 20 de junio seguía el pleito ahora en Valladolid, dando Fernando IV
sentencia que fue la siguiente: “que pues don Diego no diera la carta de doña
Constanza su madre por lo de Paredes al plazo que pusiera con el infante don
Juan, que el pleito non era ninguno cuanto en lo de Urduña e Balmaseda e de las
Encartaciones e de Durango e de los otros heredamientos de Vizcaya; e que pues
el infante don Juan probara que Marí Díaz su mujer, era tenedora e feredera
derecha del Conde don Lope su Padre e de don Diego su hermano, que gesol debía
todo entregar.
El maestre de Calatrava y espía al
servicio de Aragón, vuelve a escribir al rey de ésta Jaime II: “Vos fazemos
saber que mio señor el Rey que dio sentencia contra don Diego en el pleito que
don Juan e don Diego an en uno. Et la sentencia fue dada en esta manera, que
entregasen luego Orduña e Balmaseda e una tierra que dicen las Encartaciones al
infante don Juan. Et de fecho de Uiscaya et de la otra tierra retóuola el Rey
en sy fasta que ouiese acuerdo sobre ello conbusco e con el Rey de Portugal e
otras nueuas saluo que se fue el rey para Burgos por faser entregar estos
logares dichos al indante Don Juan e aun es y e mouieron pleitesía entre Don
Diego y el Rey e non sabemos sy se fiso porque basteçiesse los castiellos
mientr que la pleitesía andudiese”…Se frqagu8ó un acuerdo para que Don Diego se
mantuviese en sus posesiones vizcaínas mientras viviera y después se
repartiesen entre su hijo don Lope que recibiría Orduña, Balmaseda y los demás
heredamientos de “fuera” de Vizcaya , “la Vizcaya nuclear”. Y además el Rey le
entregaría la villa de Haro y le nombraría mayordomo. Doña María Díaz de Haro
se quedaría con Vizcaya, Durando y las Encartaciones. Cuando todo esto parecía
acordado, intervino otro magnate de gran linaje castellano, Juan Núñez de Lara,
yerno del Señor de Vizacaya al estar casado con la hjija de este también de
nombre María Díaz de Haro,, fuerte en Castilla, quien enemistado con el infante
don Juan prometiendo a don Diego apoyo si no firmaba. A camio Don Diego daba a
su hija las villas de Tordehumos, Íscar y Melgar
El infante don Juan contraatacó y
aceptaba renunciar a sus pretensiones sober Vizcaya a cambio de Guipúzcoa, con
San Sebastián, Fuenterrabía y
Salvatierra de Álava… y otras villas en Tierra de Campos. Pero cuando don Juan
se fue hasta Paredes de Nava a comenta a su mujer el “gran trato” que había propuesto
al rey , Doña María Díaz de Haro se negó rotundamente a abandonar su demanda
sobre Vizcaya aunque “ le dieses diez tales como Guipúzcoa e demás cuanto
valiese Vizcaya” Entonces el Infante
convocó una junta en Castrojeriz para que fueran el Rey y don Diego y él para
firmar un acuerdo, pero no acudieron y lo único que consiguió fue una tregua de
dos años. A cambio el rey Fernando IV, hizo un servicio o derrama en toda la
tierra de Castilla (territorio común) para pagar las soldadas que don Diego
López de Haro le reclamaba para sus hijos y sus amigos vascongados de sus
acciones a su servicio en la frontera con Portugal (Crónica de Fernando IV, p.
140)…