Baruch de Spinoza (Herzog Bibliothek. Wolfenbuttel
Baruch Spinoza nació en Ámsterdam
en 1632, en una familia de judíos de origen ibérico bien identificado en su
apellido que hoy transcribiríamos como "Espinosa". Por su educación hebraica puede
considerarse como el último de la escuela de los pensadores hebreos hispánicos. Spinoza debe tanto a Sem Tob, Maimónides y Abencebron como a Descartes de
quien se hace su principal ascendiente filosófico. Posiblemente el hecho de que
en Spinoza se encuentren influencias de las mas extremas escuelas de
pensamiento de Oriente y Occidente es lo que le da un encanto singular y por
eso nos acordamos de el en estos momentos de guerra cruel y destructora en
Oriente Medio.
La importancia cultural de los
hebreos era tal en Ámsterdam que a la Sinagoga se la conocía como “La Escuela
de Ámsterdam”. En aquella institución aprendió Espinoza la ley Mosaica y además
el hebreo, el latín y el griego, que añadió al neerlandés, al ladino y al portugués
maternos. También dominaba el francés a través del cual conoció a Descartes,
haciendo de el un entusiasta cartesiano, lo que le valió la reprimenda de la
ortodoxia rabínica y su expulsión, a la edad de 24 años, de la Sinagoga en 1656.
Desterrado de su familia, y sin que tampoco fuera acogido por la comunidad
protestante holandesa se convirtió en un paria y tuvo que aprender un oficio,
el de fabricante de lentes, para ganarse el sustento. Su discípulo Colerus dice
que “Era débil de cuerpo, enfermizo y
propenso a la tisis desde su juventud: de estatura mediana, cutis moreno pálido,
cabellos negros y rizados y parpados gruesos, por lo que en su aspecto en
seguida podía reconocerse su origen hebreo hispano luso, mas conocidos entonces
por los católicos ibéricos como “marranos portugueses”.
En 1663, a la edad de 31 años
publico la que ahora llamaríamos su tesis de licenciatura “Principios de la Filosofía
de Descartes”, por la que el estadista Holandés de la época Jan de Wit otorgó a
Spinoza una beca o pensión vitalicia. Esto le animo a escribir su tesis
doctoral que titulo Tratado Teológico Político, publicado siete años mas tarde,
en 1670. Pero este tratado tuvo tan mala acogida por los ortodoxos de la época,
que Spinoza no volvió a publicar mas obra alguna. Su libro La Ética, fue ya una
obra póstuma editada por su discípulo Colerus, ya que Spinoza murió de
tuberculosis en 1676 a la edad de 44 años, con lo que el estado holandés se
ahorro buena parte de la antedicha pensión vitalicia que le habían concedido. Lo
más sustancial de la filosofía de Spinoza es su humanismo. Para él lo más característico
del hombre es el entendimiento: la verdadera acción humana es conocer. El
hombre descubre el goce perfecto en “el amor intelectual de Dios”. Este amor no
es sentimental y emotivo (como el amor a las banderas nacionales o al
consumismo o al dinero, de las actuales religiones nacionales monoteístas),
sino esencialmente intelectual (racional). Pienso, luego existo, dijo
Descartes. Conozco, luego adoro esto que conozco, proclama Spinoza. No hay en
los libros de Spinoza ni nostalgia por haber abandonado la religión de sus
ancestros ni irritación por haber sido arrojado por aquellos a las tinieblas
exteriores. Allí donde este Spinoza, estará con las Victimas de Gaza, y en
contra del sionismo.
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