jueves, 5 de junio de 2014

LA GENERACIÓN ESPAÑOLA DE 1914 Y LA II REPÚBLICA


Las Cortes constituyentes de la II República fueron inauguradas el 14 de julio de 1931 –Aniversario de la Revolución Francesa_ y dos semanas más tarde Ortega pronuncia su primer discurso ante aquella Asamblea pidiendo a la Cámara un aplauso para Azaña, pese a que entre ellos había una histórica y entrañable antipatía.Que buena fecha para que el 14 de julio de 2014 se convocase un referendum para que los ciudadanos y ciudadanas españoles abriesen un proceso re-constituyente, a través de la convocatoria de un Referendum sobre la monarquía o la República.


Nos está pasando por alto el centenario de una  generación excepcional de españoles. La Generación de 1914.  DE la que formaban parte gentes como Ortega y Gasset o Manuel Azaña. “EL pueblo español tiene derecho a volver la vista atrás para algo que no sea empapar su corazón en hiel”, decía Azaña en 1917. Y justamente hoy, el pueblo español puede mirar hacia la generación de Ortega y Azaña, la que trajo la II República con el reconocimiento debido a unos hombres cuyas vidas y sueños constituyen un legado permanente para la civilización humanitaria de esta tierra de España. 


El 18 de agosto de 1931 anota en su Diario personal Manuel Azaña: "Yo estaba entonces muy desanimado y en desacuerdo con casi todo el mundo, porque casi todo el mundo acataba la dictadura de Primo de Rivera o la encontraba muy buena..."


Programa de Azaña en 1930 en Apelación a la República:

Para Azaña “la democracia es fundamentalmente un avivador de la cultura”. Así una de las primeras medidas que propone es la “clausura de los colegios de jesuitas y frailes”, ya que en ellos encuentra la causa principal de la “degeneración del liberalismo burgués”: “la flor de la sociedad española pasa bajo la férula de escolapios, jesuitas y frailes. Atacado el liberalismo en su raíz, la democracia española llegó a quedarse sin jefes”(…) “Libertad absoluta de conciencia y religiosa; restablecimiento del jurado;(…) 

En el tercer apartado se parte de un “criterio liberal y de justicia social”:

El Estado debe gastar cuanto sea menester, pero con provecho y orden. Economías en lños gastos militares y navales que, salvo arruinarnos, para nada sirven; supresión del presupuesto del clero; dotación suficiente para la enseñanza del pueblo y la cultura superior; el Estado tendrá en sus escuelas un puesto para cada alumno en edad escolar y un maestro para cada cuarenta alumnos”. 


Estas citas literales del “programa” de Azaña proceden, en parte, del último congreso del Partido Reformista, ante el cual fue el ponente de los asuntos militares, (También procedían muy probablemente de entidades sindicales como la Unión General de Trabajadores y el PSOE): “Política social y de saneamiento moral; abolición de la pena de muerte, prohibición del juego, represión de los abusos policíacos”.  Añadiendo “Es moralmente “Es moralmente obligatorio realizarlos pacíficamente”. 

Y así sucedió en la instauración de la II República española, que históricamente ha quedado identificada con la persona pública y privada de Manuel Azaña (1880-1940) cuyo designio español se vio realizado el 14 de abril de 1931. Mas aquel designio era, en verdad, un impulso colectivo de una generación a todas luces excepcional en la historia de España, la generación de 1914…




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