Confluencias de Caminos
(Lo que me ha sugerido y recordado la lectura de la novela
histórica o más bien “historia novelada”, Esperando al Rey de D. José María
Pérez Peridis: “Confluencias con otros caminos”.)
Como ya escribía Miguel
Ángel García Guinea,”El territorio aquilarense era el punto por donde los
caminos precedentes de las Asturias de Santillana (ya entrasen por Somaoz, ya
por Valdeolea) venían a buscar la vía del Pisuerga que en los siglos romanos
iría a enlazar Portus Blendius y Julióbriga con la vía de Cesaraugusta a
Astorga y que estaría en uso en los años románicos hasta Herrera de Pisuerga,
desde donde buscando Carrión o Frómista, se acortaba yendo por Calahorra de
Boedo y Castrillo de Villavega, o por Calahorra de Boedo y Osorno y abandonando
así la vía del Pisuerga. Hay constancia del paso de peregrinos entre los ríos
Boedo y Valdavia.” “El Territorio”, en El
arte románico en Palencia, Ed. 1987, pp.7 y 8…
En las proximidades de Herrera de Pisuerga el anterios camino
confluiría con otros procedentes del Oriente castellano a través de las Tierras de Amaya. Estas estuvieron
pobladas por poblaciones procedentes del Norte, de Asturias, Cantabria y el
País Vasco, donde convergieron con mozárabes del Sur. Elló obligó a la invención de una lengua franca, una koiné en la que partiendo del latín popular altomedieval y con restos de las lenguas ancestrales indígenas que quedaron en palabras como cuérnago, perro o izquierda, todos se entendieron para construir caminos, castillos, monasterios e iglesias románicas.
La Guía de los Caminos Históricos a
Santiago editada por la Junta de Castilla y León, en 2011, es un
importante esfuerzo que recupera Siete
Caminos históricos (Vía de La Plata,
Camino portugués de la Vía de la Plata, Camino Mozárabe-Sanabrés, Camino
Vadiniense, Camino Francés y Camino del Besaya). Este trabajo trata de
fijarse en estos dos últimos y otras ramificaciones y caminos tradicionales que
fueron utilizados en la Edad Media por amplias comarcas de la primitiva
Castilla y del Reino de León. Llama la atención que casi toda la Castilla Primitiva, la zona de las
Merindades de Burgos, valles del sur de Cantabria, los vizcaínos valles de
Sopuerta y Carranza y valles occidentales alaveses y uno de los núcleos de la
Reconquista en los siglos IX y X cuando comienzan las peregrinaciones, con
calzadas, puentes e importante densidad de población no tenga señalados caminos
en ese citado mapa. Para tratar de completar el mismo, es para lo que se
realizo un trabajo más amplio que fue enviado en marzo de 2014 al Comisario de
los Caminos a Santiago de la Junta de Castilla y León, Señor Rodríguez
Montañés, sin que al día de la fecha (Siete meses después) se haya obtenido
respuesta.
En primer lugar, el Arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada, buen conocedor
de la documentación castellana y navarra, señala en su Rebus Hispaniae a mediados del siglo XIII (c.1240) que el rey Sancho el Mayor de Navarra fue a
Santiago hacia 1017 ó 1029, pasando por Briviesca para pasar después por
territorios de Amaya y Carrión de los Condes. Pasando necesariamente
por tierras de Herrera de Pisuerga, lo que se certifica en otros datos
documentales, como veremos.
A la muerte del Conde de Castilla
Sancho Garcés, el 5 de febrero de 1017, su hijo el infante García Sánchez solo
tenía 7 años, por lo que su tío Sancho El Mayor de Pamplona se hizo su tutor en
nombre de su mujer la reina Mayor. Hay una noticia de que en 1017 ya acudió el
Rey Sancho a Monzón: “Venit rex Santius
de Pamplona cum sua matre illa Regina domna Ximena et illa comittisa domna
Urraca et comité Garsia Sánchez: confirmaverunt illas villas por su anima de
illo comitte Santius Garcianez a Santa María (de Husillos)”
El Rey de
Pamplona habría realizado un primer viaje hasta tierras leonesas y palentinas
hacia 1017 y pudo comprobar in situ
el estado de los caminos, emprendiendo desde entonces la tarea de reorganizar
aquellos territorios entre el Pisuerga y el Cea que hasta entonces había
pertenecido al condado de Monzón. Es conocido que el 13 de mayo de 1029 es asesinado en
León el infante García por unos nobles desterrados alaveses del linaje de los
Vela, cayendo su herencia íntegra en su hermana Doña Mayor, la esposa de Sancho
el Mayor, quien traspasa la investidura a su segundogénito Fernando, pero él
como tutor ejecutante. Regnante rex Sancius in Castella et in Pampilona et in
Monteson”
Este Camino a Santiago no se ha tenido en cuenta posteriormente sin mayor
fundamento, como veremos a continuación. Pero, a nuestro juicio debería formar
parte del Elenco de los Caminos a
Santiago, sobre todo en su tramo entre Burgos
y Villadiego y Carrión de los Condes,
donde se haya perfectamente documentada y
en su enlace en Herrera de Pisuerga con la Ruta de los Blendios que sí está
reconocida en la Guía de los Caminos de
la Junta de Castilla y León, entre Suances y Herrera de Pisuerga, siendo la lógica continuación de éste hasta
Carrión de los Condes.
Indudablemente hubo otras rutas menos institucionalizadas a
Santiago. Por ejemplo en el 911 el rey García de León y su mujer Muniadonna
hicieron una donación al monasterio de
San Isidoro de Dueñas, para el mantenimiento de la comunidad y de los hospites et peregrini advenientes. Donaciones posteriores de Ordoño
I y la reina Elvira, el conde Fernando Ansúrez en 976 y el propio Sancho el
Mayor en 1033 ratifican la tradición hospitalera del cenobio de Dueñas, por el
que hoy no pasa ningún camino reconocido pero que debió ser frecuentado por los
peregrinos.
Otro tanto pasa con el monasterio de San Román de Entrepeñas,
cerca de Santibañez de la Peña en cuya fundación por los Beni-Gómez, Condes de
Liébana, Saldaña y Carrión, el año 940 también se habla de “dotar a quienes
llegasen a él” y otro, el monasterio de
Santa Eulalia cerca de Piedras Luengas que en 988 donde daban limosna a
“los viajeros, los pobres y los forasteros”. Por este monasterio llegaban los
peregrinos procedentes de Liébana para posteriormente dirigirse a Cervera de
Pisuerga y desde allí descender por los Valles del Burejo, Boedo y Valdavia,
hasta concentrarse en Bárcena de Campos,
como veremos localidad jacobea, donde confluía también el Camino que llegaba
desde el Oeste, desde Villadiego y Herrera. Este último camino había recibido
en esta última localidad el aporte de los peregrinos que habían subido por el
Camino del Besaya hasta el lugar de Mercadillo, en el límite entre Cantabria y
Palencia, donde hubo otro monasterio con vertiente hospitalaria, el
desaparecido monasterio de Santa Eugenia
(Santovenia) cerca de Cordovilla de Aguilar, (que aparece en los Documentos
de Cardeña y muy posiblemente de origen mozárabe). Estos caminos quedaron en el
recuerdo como caminos a larga distancia y también como rutas de la
Transhumancia, muy relanzada a partir de su institucionalización de Cañadas y
cordeles en el siglo XIII. Sin embargo, la desaparición de algunos de esos
antiguos monasterios, como los de Piedras Luengas y Cordovilla de Aguilar,
pueden estar indicando que la crisis bajomedieval también afectó a las
peregrinaciones, que se hicieron más penosas por aquellos caminos menos
transitados en beneficio del Camino francés, que contaba con una mayor
vigilancia y una mejor red de hospitales.
Es importante retener que Jiménez de
Rada escribe en la primera mitad del siglo XIII, cuando precisamente esa vieja
calzada había vuelto a rehabilitarse como Ruta Jacobea en una época de gran
apogeo de las peregrinaciones. Precisamente serán los Condes de Lara, un tanto disminuidos por los reyes en el siglo
XII de su antigua preeminencia en el Reino se hacen fuertes en sus territorios
entre el Pisuerga y Carrión. Entre finales del siglo XI y el primer tercio del
XII, destacó el Conde Pedro González de
Lara quien primero fue alférez de Alfonso VI y luego amante de su hermana
la reina Urraca. Era conocido por “el Romero” por su amor por las
peregrinaciones y puede que participase en la Primera Cruzada del 1099 siguiendo
a Raimundo IV de Tolosa. A la vuelta de las cruzadas, pugnó con Alfonso VII,
por recuperar el antiguo señorío de los Lara, ahora convertido en Tenencia, dio
fueros entre otras a la villa jacobea de Tardajos en 1127.Pedro, militó en el
partido de la Reina Urraca y se enfrentó a Alfonso VI por lo que se exilió a
territorio del rey de Aragón, muriendo en unos torneos frente al hijo del Conde
de Tolosa en 1130.
Se sabe que esta primera mitad del siglo XII fue una época de apogeo del camino a
Santiago. Potenciado por las cruzadas que supusieron el inicio de una gran
movilización de personas hacia los lugares que se consideraban santos. Esto
pudo incidir en la búsqueda de nuevas rutas para las gentes que llegaban a
través de los puertos cantábricos y de la frontera terrestre de los territorios
castellanos, navarros y aragoneses.
El Bueno de don Pedro González de
Lara, antes de su muerte ocurrida en Bayona en el 1130, había tenido una hija
con la Reina Urraca, que se llamo Elvira y a la que dejó encomendada ciertos
territorios en la zona del Pisuerga, donde se desarrollarían las fundaciones de
hospitales de peregrinos que señalamos a continuación. Doña Elvira Pérez de Lara, hija de Pedro González de Lara y de la
reina Urraca, casada en segundas nupcias con el caballero francés y tenente de
Carrión Bertrand de Reynel (1100-1159), fundó
un Hospital de peregrinos en la margen derecha del río Pisuerga, entre Rezmondo
y Valtierra, (Burgos) y Olmos de
Pisuerga, (Palencia) donde debía confluir una antigua calzada y un puente
por el que transitaban y ha transitado hasta hace no mucho peregrinos, como
demuestra la toponimia de las zonas aledañas, como veremos más adelante. Este
“Hospital de Peregrinos” se llamará probablemente en honor a su padre Pedro de
Lara, y a su estirpe real: San Pedro de
Royales. Aquí los monjes de Santa
María de Rezmondo tenían un canal y molino fornacino (Probablemente una
ferrería hidráulica ya en 1073. Como reseña Luis Miguel Díez de Salazar sobre
la base de un doc. Del Cartulario de San Millán de la Cogolla- (Doc. Transcrito
por Enrique Alonso)
Esta Elvira era hermana de Nuño
Pérez, Álvaro y de Manrique Pérez de Lara, no en balde señor de Amaya, Herrera
de Pisuerga y Avia, regente durante la minoría de Alfonso VIII y que cayó en
desgracia poco después de la desaparición de éste.
Un hermano de doña Elvira, Álvaro de
Lara se casó con Mencía López de Haro, quien en su viudez fuera Abadesa del Monasterio de San Andrés de Arroyo.
Convento que controlaba esta parte del Pisuerga en el siglo XIII.
La primera referencia que tenemos al monasterio de Fitero de la Vega data de
1097, por el cual el Abad Salvador de Santa María de Fitero otorgó toda su
heredad al Conde de Carrión, quien extendía así sus dominios en todo el tramo
del Camino de Santiago entre el Pisuerga y el Cea, en Sahagún.
Posteriormente, casi un siglo más
tarde las cosas parecen haber cambiado, y ese vasto territorio se ha visto
fragmentado. Así, otro hermanastro de doña Elvira fue Nuño Pérez de Lara, fundó en Itero
de la Vega otro Hospital a cargo de la orden
de San Juan de Jerusalén.
Y su viuda
hizo lo propio en 1182, fundando otro Hospital
de Nuestra Señora de la Asperina, entre Bárcena de Campos e Itero Seco, (el otro Itero) en 1182.
Los Condes de Lara seguirán proveyendo de donaciones a estas fundaciones suyas
hasta la crisis bajomedieval que hace que muchos de estos Conventos hospitales
decaigan, dando paso a Granjas. Como la de la Asperina que ya en 1520 era una
Granja como muchos de esas fundaciones de segundo orden pero continuaba siendo
Hospital, que en fecha indeterminada pasó a Bárcena de Campos, donde aún
funcionaba en el siglo XVIII.
Estas fundaciones en el
siglo XII representaban la refundación de una ruta alternativa al tradicional
Camino Francés. Irían sobre antiguas calzadas, como veremos a
continuación y tendrían el refrendo histórico del Arzobispo de Toledo Jiménez
de Rada cronista de toda esta época.
Hasta Herrera de Pisuerga, la antigua Pisóraca, llegaban Tres rutas siguiendo calzadas tradicionales desde la zona
de las merindades. Una que descendería hasta la zona de Oña, para progresar
desde allí por el páramo de Masa o Sedano hasta Coculina y Villadiego, conocida
como “Vía Viatrera”, en los documentos de Oña por la aldea de Bentetrea, junto a Terminón (5 km al SE
del Monasterio de San Salvador de Oña) de donde partía. Y otra , más al Norte, que iría remontando el Ebro hasta Reinosa para
empalmar allí con, la tercera, La
Calzada de los Blendios, el Camino del Besaya, a través del Valle de Mena y
de la zona de Bricia. Por último, esa ya conocida calzada que remonta el Besaya
hasta Bárcena de Pie de Concha y prosiguió por el Campóo y la Merindad de
Aguilar de Campóo hasta entrar en los páramos y lomas palentinos por Herrera de
Pisuerga, recogiendo, aquí a los peregrinos que venían por la vía Briviesca
hasta Castrillo de Riopisuerga antes mencionada y que describimos a
continuación. Iniciando así la descripción de las tres.
En una
ventana del magnífico pórtico románico de Rebolledo de la Torre se lee:
“El abad Domingo pobló
este lugar de Vallejo desde sus fundamentos junto a mi hermano Pelayo en el año
1186. Cuando fue poblado este solar de Vallejo era behetría de Q. Gonzalo
Peláez (Martín Peláez era a la sazón El Notario Real de la época)
En el año 1186, en el
señalado día 22 de diciembre hizo este pórtico el maestro Juan de Piasca.” En 1163 se cita un Gonzalo Peláez de
Herrera en documentos de Santa Mª de Aguilar…)
Fue ese
momento del apogeo de los Lara, durante la minoría de edad de Alfonso VIII, la
época de apogeo de Herrera de Pisuerga en la Edad Media.
Herrera de Pisuerga en la Edad Media y los Lara.
Herrera de Pisuerga en la Edad Media.
Los Lara y los territorios palentinos y del Pisuerga en el
siglo XII.
El padre de Gonzalo Núñez de Lara, cabeza de uno de los principales linajes castellanos de la
Edad Media y primer Lara reconocido, fue Munio
González, Conde de Álava en la época de Sancho Garcés III de Pamplona. Fue
hijo de Gonzalo García, hijo a su vez del conde de Castilla García Fernández. Goto
Gutiérrez y Munio Álvarez, con posesiones en La Liébana y tenente en Amaya,
fallecido en 1065, fueron los suegros de Gonzalo Núñez, quien fue el padre del
antedicho Pedro González de Lara.
En 1086 Alfonso VI (1072-1109)
arregló la boda de su hija Urraca (1109-1126) con el noble franco Raimundo de
Borgoña, y recibió como dote el condado de Galicia y el de Portugal. Fue hijo
de ambos Alfonso Raimúndez, futuro rey (Alfonso VII). Antes de morir, al no
tener ningún hijo varón, Alfonso VI proclamó reina a Urraca sin reconocer
ningún derecho a su nieto, lo que provocaría disputas sucesorias. Habiendo
fallecido Raimundo en 1107, un grupo de
nobles leoneses encabezado por D. Pedro Ansúrez arbitró el remedio de casar
a Urraca con Alfonso I de Aragón
(1104-1134), llamado el Batallador, fórmula que desagradaba a amplios
sectores de la nobleza de ambos reinos y a la autoridad eclesiástica, que
pretextaba que eran primos. No obstante, al final se casaron el 8 de octubre de
1109. En diciembre del mismo año, ambos firmaron un documento por el que se
hacían donación recíprocamente, a título personal y de por vida, de sus
respectivos reinos, si no tienen un hijo que pueda heredarlos y unirlos. Se
trataba, pues, de un precedente de la unión castellano-aragonesa que tuvo lugar
con los Reyes Católicos; en este caso no prosperó porque no tuvieron ningún
hijo. La Reina Urraca sí tenía un hijo de su primer marido Raimundo de Borgoña,
Alfonso Raimúndez en su minoría de edad, que luego sería Alfonso VII, quien
estuvo durante su infancia refugiado en Galicia en la mansión de la Familia de
los Traba y bajo la protección del Obispo de Santiago Gelmírez
De esta época es:
Pedro González de Lara (muerto en Bayona, 16 de octubre de 1130), es el primer Lara
que llevó ese apellido. Fue hijo de
Gonzalo Nuñez quien estaba emparentado a su vez con la familia de los Alfonso
con posesiones en Liébana y Tierra de Campos.
Fue un magnate castellano. Sirvió a
Alfonso VI de joven y más tarde se convirtió en amante de su heredera, la reina
Urraca. Dicen las malas lenguas que en la batalla de Candespina de 1110 cerca
de Sepúlveda, entre Alfonso El Batallador y una coalición de castellanos y
leoneses, abandonó el campo de batalla, abandonando a su rival en amores frente
a la reina, Gómez González Salvadorez, quien pereció en la batalla.
Desde junio de 1110 las relaciones
entre Alfonso de Aragón y Urraca de León, unidos en matrimonio, habían
empeorado. Urraca concedía en agosto importantes privilegios a Diego López de
Haro, a la sazón señor de Álava, Vizcaya y Nájera (donde la reina comenzó a
reunir tropas) para atraerse partidarios a su causa, apoyada por ciertos
sectores de la nobleza de León, Castilla y Galicia, como el conde de Traba
Pedro Froilaz —quien aspiraba a obtener el poder feudal sobre Galicia—, que se
acogieron a los derechos al trono del hijo de Alfonso VI, el infante Alfonso
Raimúndez (futuro Alfonso VII), que habían quedado relegados en el contrato
matrimonial de Urraca y el Batallador.
Pero Pedro González de Lara ,
posiblemente para atender a los intereses de esos bastardos se opuso al
heredero legítimo Alfonso VII.
Pedro González de Lara se casó con la condesa Eva
(Ava), la joven viuda del conde García Ordóñez, que había gobernado Nájera
y falleció en la Batalla de Uclés en 1108. Aunque Ava fue considerada hija del
conde Pedro Froilaz, lo más probable es que sus orígenes fueran ultra-pirenaicos.
Con su esposa, Pedro tuvo varios
hijos:
Manrique Pérez de Lara , (m. 1164) que heredó la jefatura de la casa de
Lara y fue el magnate más poderoso de su tiempo.
Álvaro Pérez de Lara (m. 1172), conde, esposo de Mencía López de Haro,
hija del conde Lope Díaz I de Haro, señor de Vizcaya. Después de enviudar,
Mencía fue abadesa del monasterio de San Andrés de Arroyo
Nuño Pérez de Lara (m. 1177)
, conde, esposo de Teresa Fernández de Traba quien después casó con el rey
Fernando II de León.
Rodrigo Pérez de Lara (m. 1169) En algún momento antes de 1165 Rodrigo
se convirtió en el prior de la fundación cluniacense de San Salvador de Nogal,
el único caso conocido de un varón de la aristocracia castellana que fue
religioso en el siglo XII.26 En 1164, después de la muerte de su hermano
Manrique, aparece junto con sus sobrinos en la Catedral de Burgos y en 1165 en
el monasterio donde era prior donde confirma un documento como “Roderico
monacho, comitis Petri filio, regente ecclesiam supradictam.”
María Pérez de Lara , quien se casó con Pedro Fernández de Castro,
primer maestre de la Orden de Santiago.
Milia Pérez de Lara , condesa por su matrimonio con el conde Gómez
González de Manzanedo
Una de las hijas bastarda de Pedro González de Lara con la Reina Urraca
fue El vira Pérez de Lara (c. 1111-c.1174) Contrajo un primer matrimonio con García Pérez de
Traba, hijo del conde Pedro Froilaz según declara en un documento en 1138
cuando confirma como “comitissa Gelvira domini Petri et reginae domne Urraccae
filia pro anima viri domino Garcia comitis domini Petri filius et dominae
Maioris.”
Después de enviudar y según los
deseos de su medio hermano Alfonso VII, contrajo matrimonio cerca de 1128 con Bertrán de Risnel de quien no tuvo
descendencia.
Bertrán Risnel fue un caballero de
Alfonso El batallador a quien se encargó la defensa de Carrión frente a la
coalición gallega- leonesa y que luego ayudaría a su suegro Pedro González de
Lara a conquistar la ciudad de Palencia.
Herrera de Pisuerga y los Lara en los
años del Románico, siglo XII…
Se habla de una donación de “La Torre
de Ferraria” en el siglo X por parte del Conde García Fernández al Conde García
Armentales, fundador de Melgar. Sin embargo desde finales del siglo X, tras la
desaparición del Condado de Monzón hacia 970, la zona de Herrera vuelve a
bascular hacia Castilla y hacia los Lara. El año 1035, Bermudo III de León cede
al refundado obispado de Palencia las décimas de Abia, Ferrera, y Lavid (de
Ojeda), éste una legua al Norte de Herrera, siguiendo el río Burejo; todas
ellas en la margen derecha del Pisuerga y el territorio de Amaya en la
izquierda. Herrera fue a mediados del siglo XI una tenencia del rey Fernando I,
posiblemente alternativamente en manos de los Ansúrez y de los Lara.
En 1130, Alfonso VII apresa al conde
Pedro de Lara debido a sus intrigas y a los problemas que causaba en el reino,
logrando en 1131 la rendición del castillo de Herrera de Pisuerga en poder de
los seguidores del conde.
En 1152, en los últimos años del tormentoso reinado de Alfonso VII
quien tuvo problemas y oposiciones de los Lara en Palencia, desde el monasterio
premonstatense de Retuerta, fundado por Sancho Ansúrez, nieto del Conde Pedro
Ansúrez los premonstratenses fundan el monasterio
de San Agustín de Herrera. [Peridis, lo relata en su novela situándolo en la Casa
Palacio de los Lara en Herrera: p. 166, por eso hemos traído a Herrera a los
mostenses de San Norberto. A ver si termina el abad Miguel su sesión con los
niños y nos dice cómo van” Es la época
de construcción del monasterio románico de San Zoilo, en la cual trabajaban los
canteros que recrea Peridis, que preparaban las piedras en las canteras de
Becerril (del Carpio) y las llevaban hasta allí ¿Utilizando el viejo camino
descrito entre Herrera y Carrión?]
En diciembre de 1160, ya bajo el
reinado de Alfonso VIII, los Lara vuelven por sus fueros. Nuño Pérez de Lara
aparece gobernando la tenencia de Herrera y poco después Cabezón, Dueñas y
Cubillas de Cerrato. Desde 1163 compartió la tenencia de Carrión con Diego
Boisón (o Bueso) y en julio de 1165 era tenente en Villafáfila. También ejerció
la tenencia de Villanuño de Valdavia y Arenillas de Nuño Pérez, en Palencia. En esta época se debieron relanzar mucho
las peregrinaciones por esta Ruta a Santiago….
En 1169, los premonstratenses fundan el monasterio de Santa María la Real de
Aguilar de Campoo en la orilla izquierda del río Pisuerga, en tierras de
los Lara. [Peridis pone en boca del Abad
Miguel “Los inconvenientes que tenía el lugar elegido para desarrollar una
verdadera vida monástica, empezando por su distancia de la población, la
esterilidad del terreno, la mala orientación, la escasez de agua, los caminos
estrechos y deficientes y un sinfín de inconvenientes añadidos. “ Y propone
ubicarlo en el monasterio preexistente de Santa María de Aguilar, que también era
propiedad de los Lara.
Alfonso VIII dota a este último con
un grupo de posesiones que habían pertenecido a la abadía de Herrera, en la inmediata margen izquierda del Pisuerga,
poco mas de 15 km al sur de Herrera, en
un paso estratégico desde antiguo y lugar de molinos, como hemos visto, sobre
el Pisuerga. La Zona de Santa María de Rezmondo, una iglesia de san Cebrián
y Villanueva (de Pisuerga, hace mucho tiempo despoblada o es el barrio que
creció junto al monasterio de Santa María de Rezmondo, hoy Rezmondo?) y la
iglesia de San Román, cercana a Sotovellanos, a cuatro km de Herrera, que cede
a Aguilar en 1183.
En 1181, la condesa Mencía López de
Haro, hija del señor de Vizcaya Lope Díaz I de Haro, viuda del conde Álvaro
Pérez de Lara, fundó el Monasterio de
San Andrés de Arroyo, para monjas cistercienses, carácter que se ha
mantenido hasta la actualidad, en un lugar apartado y frondoso del valle de la
Ojeda junto a una calzada romana que
conducía hacia Becerril del Carpio y Aguilar. La advocación de San Andrés
deriva de una leyenda local sobre el hallazgo milagroso de una imagen pétrea
del apóstol en el cauce del arroyo que discurre junto al monasterio.
En 1184, Alfonso VIII concede un
fuero a la villa de Ferreruela (Herrera) que dice “Concedo toda la heredad que
tengo desde el río que llaman Pisuerga hasta el río que llaman Bur según
desciende de Torre Herrera, que está en la linde o e mojón, hasta el lugar
donde el río Bur se mezcla con el Pisuerga”. Pero pone la villa bajo el señorío
de los Lara, que reivindican su anterior tenencia, que ahora ven confirmada.
Esta tenencia de Herrera se mantuvo
en manos de los Lara desde c. 1160 hasta 1218, sesenta y ocho años, hasta que
Fernando III El Santo, llegó hasta Herrera con un ejército y depuso al Conde Álvaro Nuñez de Lara.
Su madre, Teresa Fernández de Traba,
era miembro de la poderosa casa gallega de los Traba y descendiente, por línea
bastarda, del rey Alfonso VI de León. Una vez fallecido el conde Nuño en 1177,
[Peridis apunta en la p. 192-193, una
escaramuza que tuvieron los Lara, el conde Osorio de Aguilar. Álvaro y Rodrigo
desde Palencia y él mismo desde Herrera, que confluyen en el camino entre
Sahagún y Villabragima (Valladolid), con Fernán de Castro y sus hermanos Pedro
y Gutierre y sus respectivas mesnadas hacia 1177 en la que los Lara se llevaron
la peor parte (Batalla de Lobregal ), ya que los Castro se habían reforzado con
las huestes del Rey Fernando II de León. Murió el Condes Osorio de Aguilar y fueron
hechos prisioneros Nuño Pérez de Lara y otros, pero los Castro no pudieron
desbaratar su regencia del infante Alfonso VIII, que estaba a cargo del obispo
Cerebruno de Soria y Osma, pero reforzó el peso de los Castro en la Corte de
Fernando II de León]. [*Estas escaramuzas pueden estar en el origen del periplo
por esas fechas de Diego Fernández de Villamayor, fundador de Benevívere, a
tenor de las nebulosas referencias en los documentos de su biografía]
[p. 245, habla de un sarcófago romano
que habían encontrado c. 1150 en Herrera y de otro similar en Husillos] pero
también introduce versos del Mio Cid y de Jorge Manrique…
“El 11 de noviembre de 1165, el rey
D. Alfonso cumplía 10 años”
Atienza. Ávila, Soria, Maqueda,
Toledo, 26 de agosto de 1166,
En la p. 285 vuelve a refereirse al
traslado de los mostenses de Herrera hasta Aguilar. Y de la judía Raquel que se
traen de Toledo junto a los canteros lebaniegos para trabajar en el
monasterio... p. 288 los monjes de Herrera no guardan el celibato y han
relajado sus constumbres y no cumplen las misas…
Teresa contrajo matrimonio con el rey
Fernando II que se convirtió así en el padrastro de sus hijos quienes se
criaron en la corte con el futuro rey de León, Alfonso IX. Años más tarde,
Álvaro recordaría el encumbrado matrimonio de su madre en una donación al
monasterio de Sobrado llamándose ...filius comitis domni Nunonis et regine
domne Tarasie.
Sus hermanos Fernando y Gonzalo
también fueron condes y tuvieron una participación destacada en los
acontecimientos políticos y militares de la época. Fernando fue alférez real
del rey Alfonso VIII. Sin embargo, su desmedida ambición lo enfrentó al monarca
y tuvo que abandonar Castilla y buscar refugio en Marrakech donde falleció en
1220.2 La vida de su otro hermano, Gonzalo, padre del conde Nuño González de
Lara el Bueno transcurrió en el reino de León.
En agradecimiento por el valor
demostrado por el conde en la batalla que marcó un hito en la reconquista, el
31 de octubre de 1212 Alfonso VIII entregó la villa de Castroverde a Álvaro:
«mi amado y leal vasallo (...) en recompensa por los muchos servicios
voluntarios que me habéis prestado y fielmente cumplido, e igualmente esforzado
por cumplir cada día hasta hoy mismo; y cuánto más en recompensa por el
servicio, que debe ser particularmente encarecido, que me habéis hecho en el
campo de batalla cuando portabais mi estandarte como un hombre valeroso».9 Años
más tarde, el 18 de mayo de 1217, el magnate donó dicha villa a la Orden de
Santiago.
El infante Fernando, hijo de Alfonso
IX de su primer matrimonio con Teresa de Portugal y heredero del corona de
León, falleció en agosto de 1214 con veintidós años de edad.10 Berenguela y su
padre el rey Alfonso VIII albergaban la esperanza de que el infante Fernando,
hijo del segundo matrimonio del rey Alfonso IX y Berenguela, sucediera a su
padre, aunque antes era necesario llegar a un acuerdo con los leoneses y
portugueses para anular los derechos al trono de las hermanas del recién
fallecido infante, Sancha y Dulce.
Sin embargo unos meses después, el 6
de octubre de 1214, falleció el rey Alfonso VIII de Castilla y la corte decidió
que fuese su hijo Enrique I de Castilla el que heredaría la corona. Antes de
fallecer, el monarca había encargado a los obispos, a su amiga la condesa
Mencía López de Haro,c y a su mayordomo, Gonzalo Rodríguez Girón, albaceas de
su testamento, que velaran por el cumplimento de sus mandas y asegurasen su
sucesión.11 La viuda del rey castellano Leonor de Plantagenet cedió la custodia
del heredero a Berenguela. Semanas después, la reina Leonor falleció y dejó la
tutoría del infante Enrique y la regencia a su hija Berenguela y a los prelados
de Palencia y de Toledo
Algunos nobles consideraron que la
regencia de Berenguela se apoyó demasiado en el obispo de Palencia, Tello
Téllez de Meneses, y en Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, lo cual
indignó a los magnates y, según la Crónica latina de los reyes de Castilla,
«una mayoría de los barones acordó que Álvaro Núñez fuera regente en nombre del
rey y tomara a su cargo el cuidado del reino».13 El conde de Lara, según De
rebus Hispaniae sobornó a un caballero de Palencia, el custodio del joven rey,
García Lorenzo, para que les entregara a Enrique, a lo cual accedió Berenguela
de mala gana.14 15 Ante los hechos consumados y con el consenso de los
ricoshombres y prelados del reino,16 el conde de Lara tuvo que jurar que ni él,
ni sus hermanos u otros nobles «... quitarían ni darían tierras a nadie, ni
guerrearían con los reyes vecinos, ni impondrían tributos...so pena de ser reos
de alta traición».2 Según afirmaba el obispo de Toledo Jiménez de Rada, la
ambición de los Lara era controlar el reino, tal como había hecho el padre de
Álvaro, el conde Nuño Pérez de Lara, cuando había ejercido la regencia desde
1164 hasta 1169 durante la minoría de edad del rey Alfonso VIII.
Hito
importante de este camino sería el paso del Pisuerga en este punto. Aunque el
primitivo puente pensamos que pudo estar próximo a Castrillo, ya que en la
margen derecha del Pisuerga volvemos a encontrar el topónimo del “Camino Real”,
un km y medio al SOE de Rezmondo y de Castrillo
de Río Pisuerga se halla el Puente de Royales, hoy transformado y
finalmente derruido.
Enrique
Alonso Gutiérrez que ha estudiado en profundidad este puente y los caminos que
en él confluyen concluye que: “no es inverosímil ni incongruente que el primer
puente existiera previamente (y probablemente fuera romano), y que, más tarde,
la Iglesia y el Hospital fueran
edificados en el siglo XII por Doña Elvira Pérez de Lara…”
Efectivamente,
a principios del siglo XII, Elvira Pérez
de Lara, hermanastra reconocida del rey Alfonso VII, casada en segundas
nupcias con el caballero francés y tenente de Carrión Bertarnd de Reynel
(1100-1159), fundó un Hospital de
peregrinos en la margen derecha del río Pisuerga, lo que podemos
interpretar con que la decisión se tomó desde ese lado de la “muga”, desde Carrión,
en un momento de restauración de la antigua ruta, puesto que el puente ya debía
existir en el siglo XI.
Coincide
esta restauración con la de otros jalones de la ruta hacia Carrión, como la del
santuario y hospital de la Asperina,
como veremos enseguida, entre Bárcena de Campos e Itero Seco. El Conde Nuño Pérez de Lara, sucesor en el señorío de
estas tierras, fundó en 1174 el puente
de Itero de la Vega, y su viuda fundó 8 años después el hospital de la
Asperina, que fue beneficiado por donaciones de los Lara durante el siglo XIII.
Escribe
Enrique Alonso Gutiérrez: “El camino sale
del lado occidental del puente y discurre paralelo al curso del Pisuerga, pero
río arriba. Poco después se separa del río y avanza recto hacia la fábrica de La Campesina. Este tramo del
camino coincide con la raya entre Castrillo y Olmos (y entre Burgos y Palencia)
En el pleito entre Olmos y S. Pedro de
Royales, que figura en este trabajo, los vecinos de Olmos aducen que sacaban
carros de piedra de “una calzada antigua” que podría corresponder a nuestro
camino del Noroeste hacia Ventosa y Herrera.
Al llegar a La Campesina, cruza la
carretera de Castrillo a Pradojo y luego sigue hacia el Norte, pegado al río
Pisuerga. En un punto muy concreto, en la mismísima orilla del río veremos
brotar por sorpresa una fuente muy
potente: la Fuente de la Campesina. No hay ninguna duda de que quienes
trazaron el camino la tuvieron en cuenta, lo mismo que otras dos que se
encuentran más adelante en el recorrido del camino: la fuente de S. Lorenzo y
el pilón de Ventosa.
A partir de la fuente, el camino se separa
del río y toma dirección Noroeste hacia
San Lorenzo. En los pueblos cercanos este tramo del camino se conoce
como camino de La Campesina a San Lorenzo (esclusa 9ª del canal de Castilla). En
la toponimia menor de Castrillo hallamos un topónimo “Camino Real” que se
refiere a este tramo del camino y otro topónimo “Tres Campos”, que designa un
punto del camino en el que confluyen las rayas de Castrillo, Zarzosa y Ventosa.
El segundo de estos topónimos nos indica que el camino es antiguo, pues fue
tomado como referencia para establecer los límites municipales, y el primero
nos recuerda que el camino fue
importante en el pasado, y no una simple camera entre dos despoblados como son
ahora S. Lorenzo y La Campesina.
Un poco más adelante, el camino cruza el
canal del Pisuerga con un puente en exclusiva, que sorprende por su proximidad
al puente siguiente, situado muy cerca,
en la carretera de S. Lorenzo a Zarzosa. Parece que los constructores del canal
del Pisuerga consideraron a nuestro camino lo suficientemente importante como
para construir un puente sólo para él.
Desde aquí, el camino avanza entre los dos
canales (de Castilla y del Pisuerga) hasta la esclusa de San Lorenzo.
Ligeramente al oeste del canal se encuentra
el yacimiento romano de “La Romana”,
junto a la carretera de Melgar a Ventosa y junto a ese yacimiento, está la
fuente de San Lorenzo, etapa muy probable de nuestro camino desde “La
Campesina”, antes de que se construyese el Canal de Castilla.
Desde esta fuente, pegada al yacimiento
romano, existía hasta hace muy poco un camino casi paralelo a la carretera, que
llegaba hasta la antigua báscula y luego seguiría hasta la fuente y abrevadero
del “Pilón” de Ventosa. Después continuaría por la Calle Real de Ventosa (antigua carretera), la
ermita de San Roque y el camino (conocido como camino de San Cristóbal) que discurre por el borde de la terraza
fluvial, paralelo al Canal de Castilla y a la carretera N-611.
Nada más cruzar el límite municipal
Ventosa-Herrera, justo a la izquierda del camino, encontramos el topónimo menor
“Los Lentejares”, otro yacimiento considerado como romano, que probablemente
toma su nombre por etimología popular a partir de “En Tejares”, por la
abundante cerámica que aparece en superficie.
En este punto podía el camino ¿de Santiago?
en época medieval, tener una bifurcación hacia el Oeste a S. Cristóbal, Ntra.
Sra. de las Muelas y Santa Cruz de Boedo…” junto a otra fuente y vado sobre el
río Boedo.”
Y aquí llegamos a mi pueblo, Santa
Cruz de Boedo. Y a su Ermita de Nuestra Señora de las muelas, de la que escribí
un artículo para el número 25 del Códex Aquilarensis: La donación a Oña por
Sancho III el Mayor, del monasterio de Nuestra Señora de las Muelas (Valle del
Boedo, Palencia) c. 1030, pp. 129-146.
El
término de Royales fue históricamente mojón
entre tres merindades: la de Villadiego (a la que pertenecían Tagarrosa y
Santa María de Rezmondo), Castrogeriz (a la que pertenecía Valtierra) y (Olmos
, Castrillo y Zarzosa) a Monzón y posteriormente a Carrión y ya en el XIX a su
Partido judicial. Seguramente en él confluían otras tantas calzadas: una que
iba a Amaya-Villadiego, Otra a Sasamón-Castrogeriz y la Tercera a Carrión. Y
esa es la explicación de que allí estuviera el mojón de las tres merindades.
Este
tramo del Camino remonta por la margen derecha del Pisuerga hasta Ventosa,
pasando por los términos de Camino Real, Tres Campos, San Lorenzo, La Campesina
y La Romana, para salvar los desniveles de los altos del Ser (941) y Sesillas
(948 m), hasta llegar a San Cristóbal de
Boedo. Aquí entroncaría con la calzada que llegaba de Herrera de Pisuerga,
saliendo junto al Pradillo (Camping), vado
y puente sobre el Burejo Donde se asentó la Herrera bajoimperial y
Visigótica y flanquea claramente el camino que asciende hacia Sal Cristóbal.
El
actual Camino de San Cristóbal, por su orografía que evita los desniveles pudo
perfectamente ser el tramo de la Calzada, entrando en este pueblo por el
término de las Quintanas de clara
referencia antigua.
Desde
San Cristóbal, se divisa el Valle del Boedo y la vista se fija al SE en
Villaprovedo, pero antes hay que pasar el Río, lo que se hacía por el Vado de
Cascajares, próximo a la actual Ermita y Antiguo monasterio mozárabe de Nuestra
Señora de las Muelas (…). Desde allí se remontaba la margen derecha del Boedo
hasta la cercana Santa Cruz, y desde allí, siguiendo la media ladera al Norte
del Arroyo Madre o Valdeherreros, se alcanzaba Villaprovedo, otro lugar
antiguo, con fuente y vestigios.
El
pueblo de San Cristóbal de Boedo, en cuya iglesia parroquial posiblemente de
origen mozárabe bajo la advocación de San Facundo y San Primitivo, que denota
que hasta aquí llegó hacia el siglo X la influencia del monasterio de Sahagún,
hay un lienzo de Santiago “Matamoros”.
Atravesaba
el valle del Boedo, entre San Cristóbal y Santa Cruz, en las proximidades de la ermita de Nuestra
Señora de las Muelas (…) y se dirigían por Villaprovedo.
Ermita
de la Virgen de la Muela, vestigio del Monasterio de Nuestra Señora de las
Muelas (siglo X-XIV).
Monasterio
de Nuestra Señora de las Muelas (siglo X-XIV).
Este
monasterio hay que ponerlo en relación con esta ruta Santiago y con alguno de
los viajes que el Rey Sancho El Mayor realizó a Santiago. En la colección
diplomática del monasterio de Oña se encuentra un documento
El
Doc. 17 de la Colección Diplomática de Oña, es una donación a Oña por el Rey
Sancho el Mayor del monasterio que se situaba en el lugar en el que ahora queda
esta ermita. Estudiado por nosotros en Codex
Aquilarensis, 25, 2010.
En Villaprovedo, En el último cuerpo,
ahora en el Coro de la parroquia de San Sebastián hay una talla de San Martín
de Tours del siglo XVI procedente del despoblado de Vayala, relacionado con la
devoción a Santiago. Y la devoción a este santo francés continuó pues hay otro
San Martín , del siglo XVIII en el Altar Mayor.
En este
pueblo todavía se conserva la llamada Cuesta
de La Parva, que es una
denominación clásica de un camino con elevación, muy posiblemente de origen en
la calzada romana, en un portillo desde donde se alcanza Villorquite, donde se han hallado restos romanos relacionados con
una villa tardorromana. Existen restos altomedievales en el término de La Cabanilla, Allí hay también el
recuerdo del Viejo Camino Real y también el pago de La Parva. Madoz hacia
1850 da cuenta de que por estos pueblos pasaba el “antiguo Camino Real que
conduce de Carrión a Santander [Por Herrera]”.
Iglesia
parroquial de Villorquite
Igual
pasa en Santa Cruz del Monte con su
parroquia bajo advocación de San Cristóbal, en cuya portada hay relieves de
conchas y en su interior un retrato del martirio del Apóstol Santiago. Se
conserva también un cuadro con el martirio de Santiago procedente de una
Ermitilla próxima.
Portada
de la parroquia de San Cristóbal de Santa Cruz del Monte
Portada
de la parroquia de Santiago de Bárcena de Campos
La
relación con la portada de la parroquia de San Martín del Monte es evidente,
pero aquí hay un mayor desarrollo de los símbolos jacobeos y de los peregrinos:
conchas, cayado, calabaza, cordón, imagen de Santiago Matamoros. En el altar
Mayor hay una imagen de Santiago Matamoros y en las bóvedas se distribuyen
conchas, cayados y calabazas.
Santiago
Matamoros en el Retablo de la parroquia de Santiago de Bárcena de Campos
Nuestra
Señora de la Asperina, Románica, Talla policromada s.XIII.
En
Bárcena de Campos, en la Valdavia, se
cruzaba con otra ruta Norte Sur. En 1523 Fernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, en su libro Cosmografía habla de un largo Camino que , iba desde Toledo hasta
San Vicente de la Barquera, que en tierras palentinas sube a Carrión por
Becerril y Torre de los Molinos y de Carrión va hacia Bahillo, para mencionar
después localidades de la Valdavia como Polvorosa, la Puebla y Cervera, desde
donde llega a Tudanca por el puerto de Piedras Luengas. Esta ruta era utilizada
ya en la Edad Media por los arrieros y peregrinos cántabros para acceder hasta
Carrión.
Este
Camino lo describe a mediados del siglo XIX Pascual Madoz en su Diccionario
Histórico-Geográfico, Camino Real de Valladolid a a Santander, que lo ve en Bahillo,
Santa Cruz del Monte, Villorquite y Villaprovedo, pero que debería continuar por Bárcena de Campos, Santa
Cruz y San Cristóbal de Boedo.
Desde
allí se llega, cruzando el despoblado de San Martín (muy relacionado con el
Camino por parte de los peregrinos franceses) al Norte y Camino Viejo, al sur
en Bárcena de Campos, pueblo de
indudable sabor Jacobeo. En este pueblo, confluía el Camino que traemos con
otro que, procedente de la Liébana, pasaba por Piedrasluengas (Donde hubo
Hospital de Peregrinos) y Cervera, para, desde allí descender por el Valle de
la Valdavia.
El caso
es que en Bárcena de Campos, que
aproximadamente está a unos 22 kilómetros al Norte del Camino Francés a
Santiago, su iglesia parroquial reúne un conjunto de elementos que la
relacionan con la devoción de los peregrinos y de sus habitantes desde tiempo
inmemorial a Santiago: Está bajo advocación de Santiago Apóstol, en la portada
están esculpidas conchas, cayado, calabaza, cordón…y por si faltaba algo, la
propia imagen de Santiago Matamoros. Allí, se sabe también que existió en la
antigüedad un Hospital de Peregrinos.
Entre
Bárcena e Itero Seco estaba en el Monasterio
de Santa María de la Asperina, fundada en 1182 por Doña Teresa Fernández de
Traba, mujer del Conde Nuño Pérez de Lara, quienes también habían fundado pocos
años antes la Ermita en Itero de la Vega, con el mismo sentido jacobeo, pertenecientes a la Orden de San Juan de
Jerusalén. La talla románica del siglo XIII de Nuestra Señora de la
Asperina, actualmente en la parroquia de Bárcena así lo prueba.
Toda
esta región tuvo en los Condes de Lara a sus principales señores durante la
Edad Media.
Si se
investiga la historia de esta región conocida a principios del siglo XIII como
“los montes de Bárcena” (De ahí las
denominaciones de Santa Cruz del Monte y San Martín del Monte”) Eran confines
de diversas jurisdicciones. Por ejemplo, el pueblo de Villameriel aún en el siglo XIV tenía tres señoríos
jurisdiccionales: y todos ellos de profunda raigambre castellana: una parte de
los tributos se los debían a los Rojas, instalados en Rebolledo de la Torre.
Otra a los benedictinos de Oña, con base en Santa María de Mave, y la tercera a
las Monjas bernardas del monasterio de Abia, bajo protección de los mismos
Laras.
Sin
duda, era un punto de confín de las jurisdicciones de los Condados de Carrión,
Saldaña y Monzón, dominados con mucha probabilidad con varias Torres defensivas
por cada lado, en el término de TordeÁguila, Castillo de la Mota. La Mota , era una definición clásica usada desde el siglo
XII-XIII para referirse a Castillos fronterizos. Por ejemplo, castillo de
Santibañez de la Mota, hoy la Mota del Marqués en Valladolid… y Costavía. Este último topónimo referido
a una montaña de 975m, la interpretamos como la Cuesta o Costana junto a la
Vía. Este punto de confín o hito en el camino, es el que en nuestra opinión da
nombre al topónimo de Itero Seco, para diferenciarlo de los otros Hitos del Camino, singularmente
en la jurisdicción de Mozón y después de Carrión, el Hitero de la Vega. Esto
también tiene su historia.
En las
calendas de mayo d 1222 el Conde Álvaro Núñez de Lara, donó dentro de esta
demarcación Villaprovedo a las
Monjas del monasterio que estaba dotando en Villena (Alicante), y así quedó
vinculado a aquellos. El padre del Conde D. Álvaro, Don Fernando Núñez, pasó el
fin de sus días en “tierras de moros” en el Algarve portugués, al ser derrotado
por el Rey Fernando II de León en las luchas por la región del Infantado (zona
de Medina de Rioseco). Según cuentan diversas crónicas, allí contactó con unos
misteriosos caballeros de la Orden de
San Juan del Hospital ¿Caballeros templarios u hospitalarios? Según esas
mismas fuentes, a su muerte, estos misteriosos caballeros lo trasladaron hasta
el Itero de la Vega (La Puente Fitero), en el Camino francés…Esto ocurrió hacia
1230…y en 1232, sólo dos años después, su
viuda doña Mayor hace donación de Santa María de La Asperina, entre Bárcena e
Itero Seco “al Abad y Cofrades allí establecidos”, no lejos del llamado
Itero Seco…No creemos que fuera una pura coincidencia.
En el
Archivo Diocesano de Palencia se conserva un Breve de León X en pergamino
datado en 1520, a Juan de Madrigal, clérigo, sobre la renta de Nuestra Señora
de la Esperina, que ya en el siglo XVI sería una Granja y hospital. Hospital que también consta en el siglo
XVIII en la documentación sobre Bárcena de Campos.
Este
Camino lo describe a mediados del siglo XIX Pascual Madoz en su Diccionario
Histórico-Geográfico, Camino Real de Valladolid a a Santander, que lo ve en Bahillo,
Santa Cruz del Monte, Villorquite y Villaprovedo, pero que debería continuar por Bárcena de Campos,
Santa Cruz y San Cristóbal de Boedo.
Estamos
en la antigua demarcación de Abia. Por Abia de las Torres. En el siglo XII el
Tenente de Abia y su Castillo fue Nuño de Lara, Conde de Amaya. Antes en el siglo XI, había pertenecido al Conde
Pedro Ansurez, hacia 1090, que había incluido esta área desde su posición
central como descendiente de los Beni-Gómez de Carrión, conocida entonces como civitas de Santa María.
Desde
La Asperina hasta Bahillo, en el
vado sobre el Ucieza hay unos siete Km. Pasando al Este del Itero Seco. El
topónimo Bahillo, en nuestra opinión puede hacer referencia al “Vadillo”, sobre
el Ucieza que allí salvaba la calzada hacia Carrión. En los documentos antiguos
se le menciona como Badilo, Badello y Badiello.
Pudo
haber una Variante por la cercana Villavega,
donde hay una pintura de San Martín y el mendigo de comienzos del siglo XVI. En
la contigua Castrillo, tras superar
el puente barroco, hay una Ermita de la
Virgen del Camino y una imagen de San Martín Obispo en el altar de San
Sebastián de la parroquial de San Quirico.
Desde Bahillo hasta Carrión el
Camino en poco más de 10 km, discurre por altos páramos y pequeñas lomas. El
Camino antiguo dejaba a la izquierda Miñanes y pasaba entre Villamorco, cuya parroquia tiene la
advocación de san Esteban, mártir cristiano del s.I, martirizado en las afueras
de Jerusalén condenado por el Sanedrín , símbolo del cristiano universal frente
al sectarismo judeocristiano primitivo, y Robladillo
de Ucieza, que debió de ser tierra de Robles, de los que no quedan
vestigios. En este último la parroquia está bajo la advocación del santo de
Toulouse, San Saturnino. patrono también de otras poblaciones relacionadas con
los Caminos de Santiago
y poco más adelante se deja a la izquierda Villasabariego (donde hay devoción al
Apóstol y un lienzo en el que aparecen San Lorenzo y Santiago peregrino, que se
asemeja a alguno de los de Murillo, según el catálogo monumental de Palencia de
1932.
Hasta
llegar en poco más de 10 km desde Bahillo hasta Carrión de los Condes, Capital del condado desde el siglo X, y
centro jacobeo de primer orden, con sus iglesias románicas de Santa María, de
Santiago y, tras saltar el Carrión por el “Puente romano” el monasterio de San
Zoilo, que se fundó bajo la advocación de San Juan Bautista.
De
Carrión de los Condes el autor del Catálogo Monumental de la Provincia de
Palencia de 1932, dejó escrito: “Si los
españoles fuesen medianamente fieles a su pasado para poder ser algo en el
presente, la ciudad de que vamos a ocuparnos sería objeto de una constante
peregrinación material y espiritual, como lugar sagrado de la raza donde se
forjó el genio castellano. Carrión fue el asiento de las efemérides más gloriosas
de la vida castellana, y dio origen a todas las manifestaciones precisas
para integrar una nacionalidad…El
modesto pueblo que hoy es Carrión no dá ya idea, ni aproximada, de lo que fue
el viejo condado de los Banu-Gómez. “
En
1076, la Condesa Teresa Peláez, junto a sus hijos Fernando, Pelayo, García y
sus hijas María, Ildonza y Elvira, cedían su monasterio particular de San Zoilo
a la abadía de Cluny “id est locum nominatum Sancti Johannis Baptiste et Sancti
Zoili atque Felicis martirum; hunc locum ese scitum in urbe Sancte Marie et
rivulo currente secus alveum Carrione, juxta pons et estrata que discurrit ad
Sancatum Jacobi Apostoli…” (El Camino de Santiago)
Octubre de 2014