lunes, 19 de noviembre de 2012

Allí donde este Spinoza, estará con las Victimas de Gaza




 Baruch de Spinoza (Herzog Bibliothek. Wolfenbuttel

Baruch Spinoza nació en Ámsterdam en 1632, en una familia de judíos de origen ibérico bien identificado en su apellido que hoy transcribiríamos como "Espinosa". Por su educación hebraica puede considerarse como el último de la escuela de los pensadores hebreos hispánicos. Spinoza debe tanto a Sem Tob, Maimónides y Abencebron como a Descartes de quien se hace su principal ascendiente filosófico. Posiblemente el hecho de que en Spinoza se encuentren influencias de las mas extremas escuelas de pensamiento de Oriente y Occidente es lo que le da un encanto singular y por eso nos acordamos de el en estos momentos de guerra cruel y destructora en Oriente Medio.

La importancia cultural de los hebreos era tal en Ámsterdam que a la Sinagoga se la conocía como “La Escuela de Ámsterdam”. En aquella institución aprendió Espinoza la ley Mosaica y además el hebreo, el latín y el griego, que añadió al neerlandés, al ladino y al portugués maternos. También dominaba el francés a través del cual conoció a Descartes, haciendo de el un entusiasta cartesiano, lo que le valió la reprimenda de la ortodoxia rabínica y su expulsión, a la edad de 24 años, de la Sinagoga en 1656. Desterrado de su familia, y sin que tampoco fuera acogido por la comunidad protestante holandesa se convirtió en un paria y tuvo que aprender un oficio, el de fabricante de lentes, para ganarse el sustento. Su discípulo Colerus dice que  “Era débil de cuerpo, enfermizo y propenso a la tisis desde su juventud: de estatura mediana, cutis moreno pálido, cabellos negros y rizados y parpados gruesos, por lo que en su aspecto en seguida podía reconocerse su origen hebreo hispano luso, mas conocidos entonces por los católicos ibéricos como “marranos portugueses”.

En 1663, a la edad de 31 años publico la que ahora llamaríamos su tesis de licenciatura “Principios de la Filosofía de Descartes”, por la que el estadista Holandés de la época Jan de Wit otorgó a Spinoza una beca o pensión vitalicia. Esto le animo a escribir su tesis doctoral que titulo Tratado Teológico Político, publicado siete años mas tarde, en 1670. Pero este tratado tuvo tan mala acogida por los ortodoxos de la época, que Spinoza no volvió a publicar mas obra alguna. Su libro La Ética, fue ya una obra póstuma editada por su discípulo Colerus, ya que Spinoza murió de tuberculosis en 1676 a la edad de 44 años, con lo que el estado holandés se ahorro buena parte de la antedicha pensión vitalicia que le habían concedido. Lo más sustancial de la filosofía de Spinoza es su humanismo. Para él lo más característico del hombre es el entendimiento: la verdadera acción humana es conocer. El hombre descubre el goce perfecto en “el amor intelectual de Dios”. Este amor no es sentimental y emotivo (como el amor a las banderas nacionales o al consumismo o al dinero, de las actuales religiones nacionales monoteístas), sino esencialmente intelectual (racional). Pienso, luego existo, dijo Descartes. Conozco, luego adoro esto que conozco, proclama Spinoza. No hay en los libros de Spinoza ni nostalgia por haber abandonado la religión de sus ancestros ni irritación por haber sido arrojado por aquellos a las tinieblas exteriores. Allí donde este Spinoza, estará con las Victimas de Gaza, y en contra del sionismo.

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