jueves, 23 de enero de 2014

Jesús Monzón. Un hombre tan hereje y contradictorio como los que lo acusaron y fueron sus enemigos.






Jesús Monzón durante su etapa como Gobernador civil de Alicante (1937-38)

La novela Inés y la alegría de Almudena Grandes, devolvió hace un par de años virtualidad a este personaje que llegó a tener un indiscutible protagonismo  a mediados de los años cuarenta del siglo pasado
Secundino Serrano lo define de esta manera: “Jesús Monzón, un oscuro personaje”[1]
Manuel Vázquez Montalban lo hace como “un atleta moral del siglo XX”. Claro que esta era una respuesta lógica ante El informe del PCE que determinó su expulsión que  enfatizaba las desviaciones personales y morales durante su militancia en Navarra y los cargos de gobernador civil. Se recreaba especialmente en supuestas fiestas, líos con mujeres e incluso experiencias homosexuales. Se le consideraba un burgués, un agente del imperialismo y del franquismo, un provocador y un destructor del partido. Se afirmaba que le gustaba mucho el café y la buena comida (gustos pequeñoburgueses), que trataba familiarmente a los camaradas y que saludaba a los amigos reaccionarios de su familia.
En octubre de 1940 se celebró una reunión de varios dirigentes comunistas en Argelés. Entre otros participantes Pelayo Tortajada, en nombre de la Delegaciópn del comité Central, decidió impulsar una comisión de trabajo en Francia, presidida por Ramiro López Pérez, quien asumía todo lo relacionado con el aparato militar. El historiador Claude Delpla, considera que esa reunión puede considerarse el inicio de la resistencia española en Francia. En plena vigencia del Pacto nazi-soviético de no agresión.
Poco después a inicios de 1941 hubo otra reunión en Marsella, a la que asistieron Ángel Celada “Paco”, Jaime Nieto “Bolados”, Manuel Azcárate, Jesús Carreras Olascoaga, Carmen de Pedro y Jesús Monzón, compañero sentimental de Carmen. En la Conferencia de Marsella se confirmó la línea de la reunión anterior y además: seleccionar cuadros para la lucha en España. Asentar al PCE en los diferentes departamentos y auxiliar a los franceses en la lucha contra los nazis, impidiendo por todos los medios el apoyo del franquismo a Hitler. …
En Marsella se impulsó definitivamente la Delegación del Comité Central en Francia y el relevo efectivo de Carmen de Pedro por Jesús Monzón Repáraz, a la sazón su compañero sentimental.
¿Cómo llegó Monzón a tal posición? Las memorias de Manuel Azcárate nos permiten acercarnos a aclarar esto. A partir de la firma del Pacto germano-soviético, la mayor parte de los dirigentes de primera fila se fueron a Mexico o a la URSS. Permanecían en Francia Francisco Antón, miembro del B.P. recluído en Le Vernet y Jaime Nieto, del Comité Central, en Toulouse. Cuenta Azcárate que Antonio Mije le comunicó antes de marcharse que dejaban a Carmen de Pedro, antigua mecanógrafa del Comité Central y del aparato técnico, como responsable del Partido en Francia.
Jesús Monzón aparece como un personaje ambicioso que encuentra ahora su oportunidad. Veamos sus antecedentes. Hijo de una familia burguesa de Navarra, su padre fue un médico navarro. Se casó con Aurora Gómez Urrutia Durante sus estudios de abogado en Madrid, se afilió al Partido Comunista de España. A la vuelta a Pamplona, participó en la creación de la Agrupación local del PCE, pronto, en 1935 PCE-EPK. En Pamplona desarrolla su actividad durante la República y hasta el estallido de la guerra civil.
El 19 de julio de 1936, se esconde en la casa de uno de los hermanos del conspirador carlista Lizarza, quien le ayuda a huir a Francia disfrazado de Capuchino. En Francia se separa de su mujer quien se exilia en México. A finales de 1936 vuelve a entrar en el territorio bajo control del gobierno vasco y trabaja en el Tribunal de Justicia y en la reorganización del PCE, hasta la caída del frente Norte, que le obliga a regresar a Francia. Para Posteriormente entrar de nuevo en territorio republicano por Cataluña. Desde mediados de 1937, con el Gobierno Negrín, fue nombrado sucesivamente como Gobernador Civil de Albacete, Alicante y Cuenca. En los últimos días de la guerra iba a ser nombrado subsecretario de defensa, momento en el que se produjo el Golpe casadista que condujo al trágico final de la guerra. Huyó a Orán y desde allí a Francia.
Como señala Secundino Serrano “ Jesús Monzón Repáraz comenzó el asalto al poder de manera un tanto heterodoxa, convirtiéndose en compañero sentimental de Carmen de Pedro” quien le pasó el testigo. “Ella tiene la investidura y la buena voluntad, pero no el talento”, escribe Azcárate. Jesús Monzón se rodeó de valiosos militantes comunistas en Francia como Gabriel León Trilla, Asensio Arriolabengoa, Manuel azcárate, Sixto Agudo o Domingo Malagón.
En 1941 apareció el periódico Reconquista de España, primero manuscrito y luego mimografiado y , desde julio de 1941 (Una vez iniciada la agresión de Hitler contra la URSS), impreso y de periodicidad mensual. A partir de 1942 el periódico fue editado en una explotación de leñadores Atelier en Vaucluse y después de la conferencia de Grenoble, 7 de noviembre de ese año, en una imprenta de Cavaillon. Llevaba como subtítulo “Órgano de Unión Nacional de todos los españoles”, que en 1944 se transformó en el “Órgano de la Junta Suprema de Unión Nacional”. Su director era Jesús Monzón, quien marcaba la línea de Unión Nacional que había sustituido a la de los Frentes Populares por orden de la Komintern.
El 21 de julio de 1941, apenas un mes después de comenzada la invasión de la URSS, comenzaron las emisiones de Radio España Independiente, “La Pirenaica”, que emitía desde Moscú.
Desde el verano de 1941, tras la invasión de la URSS había comenzado “la auténtica reorganización del PCE en Francia” según constata Secundino Serrano. En todos los departamentos de la Francia de Vichy, sobre todo en los próximos a la frontera española y con presencia también en París y otras zonas de la Francia ocupada. “Paralelemente afloraban comités de la Unión Nacional que galvanizaban la resistencia contra los nazis después de la invasión alemana”. Fue ahora cuando el PCF comienza también a organizar la Resistencia.
Una vez asegurado el Control de Francia, Monzón y Trilla pasaron a España, porque el objetivo central era derribar el franquismo. En mayo de 1942 cayó otra vez la dirección del Comité Provincial de Madrid y se produjo otro intento de reorganización encabezado por Jesús Carreras Olascoaga y Félix Pascual Hernanz-Piedecasas, pero una nueva caída hizo que la dirección quedase casi en solitario en el comunista vasco, en Carreras. Este solicitó ayuda a Francia, en forma de cuadros política y militarmente bien formados. A partir de esa reorganización entre finales de 1942 y principios de 1943 se habla de que en Madrid su comité provincial contaba con mas de mil cotizantes, imprimiéndose sellos de cotizacióny editándose algunos ejemplares de Mundo Obrero, boletines, manifiestos, etc. aumentando la comunicación entre la delegaciópn en Francia y el interior de España. Se dividió el trabajo en el interior en tres áreas: Andalucía, bajo la responsabilidad de Calixto Pérez, Luis espinosal de Levante y el propio Carreras Olascoaga de Euskadi y resto del norte de España. En Euskadi, se reorganizó el coité del PCE-EPK.
En febrero de 1943 llegaron tres enlaces enviados por la Delegación del PCE en Francia con la misión de informar sobre la presencia en tierras portuguesas de cuadros enviados desde el C.C. en México. Entre ellos el propio Santiago Carrillo. Estos tenían la misión de ejercer un control de la línea política que se habría de seguir dentro de España, con el objetivo de evitar el desviacionismo practicado por Quiñones. También llevaban una carta de Jesús Monzón a Carreras, tanteando su inminente llegada a España y para que contactara con Estanislao Aranzadi, abogado con alto cargo en la administración franquista, para tantearle sobre la posibilidad de buscar contactos para la Unión Nacional. Carreras, a pesar de que llegó a entrevistarse con Aranzadi, no logró nada.
Al poco tiempo volvió a caer todo el aparato directivo de Carreras, dejando como máximo dirigente a Manuel Jimeno, quien había entrado desde Francia poco antes. La labor principal de Jimeno fue la preparación de la llegada a España de Jesús Monzón, entre otras la adquisición de un chalet en el barrio madrileño de Ciudad Lineal. Monzón llegó a España en la primavera de 1943, con documentación falsa elaborada por Domingo Malagón.

Entre 1943 y finales de 1944, Jesús Monzón desplegó, con la ayuda de Gabriel León Trilla y otros militantes, una estrategia conocida como Unión Nacional. Enviaron invitaciones y celebraron entrevistas con monárquicos juanistas, carlistas y católicos como Manuel Jiménez Fernández, con quien, al parecer el propio Monzón tuvo un encuentro en Sevilla. Incluso se dijo que se había invitado a Gil Robles a participar en la Junta Suprema de Unión Nacional. “La formación de la JSUN con unos planes de acción de gran envergadura, con intentos de adhesión de personalidades destacadas y con noticias y anuncios, incluso falsos, en la prensa antifranquista, sólo pueden entenderse en el contexto de la época. Se buscaba llamar la atención a escala internacional, tratando de ganarse la posible ayuda de las potencias aliadas en su lucha contra el franquismo”. [2]
Monzón relegó a un segundo plano a aquellos hombres que había enviado Santiago Carrillo para ocupar su puesto como Ramón Ormazábal o Casto García Rozas.
Su aparente buena calidad de vida, [sus contactos en el stablishmen] y el ejercicio de unos gustos algo más refinados de lo normal, sirvieron de excusa para tacharlo de burgués y espía al servicio del enemigo [Este tipo de acusaciones era habitual en la época, por ejemplo, a la hora de hacer las listas de quienes merecían formar las delegaciones para el exilio en México o en la URSS o en Francia antes de la invasión alemana …]
Las directrices que llegaban desde el Buró Político en México calaron en organizaciones como Valencia, Cataluña o Euskadi, seguidores de la política ortodoxa del PCE…
En agosto de 1944, Monzón envió una carta dede el interior de España a la organización en Francia animándo a un movimiento táctico consistente en concentrar fuerzas en un punto determinado de los Pirineos para pasar a España y establecer una “cabeza de puente”, a la espera de la necesaria ayuda de los ejércitos aliados, que se orientarían hacia la liberación de España o esperando una insurrección popular en el interior de España.
Esta opinión fue desmentida por la historia. En ningún lugar los ejércitos aliados apoyaron a los maquis comunistas a liberar territorios. O si lo hicieron, como en Grecia o en Italia, pronto se volverían contra ellos. Tampoco, las condiciones de los españoles, transcurridos apenas cinco años desde la derrota republicana,  y con la intensa represión que mantenía a miles de personas en prisiones o en libertad vigilada y adoctrinada, podía pensarse en una insurrección antifranquista generalizada en el interior de España.
En septiembre de 1944 fueron entrando en España diversas partidas de maquis con el objeto de engrosar los núcleos de resistencia existentes en Levante, cornisa cantábrica, Asturias, cordillera ibérica, etc. Estos destacamentos sufrieron en sus carnes las condiciones de una población sometida a una fuerte represión y terror, encontrando alguna acogida en algunas zonas y hostilidad en otras, y desde luego, desconocimiento de la JSUN o de la posibilidad del levantamiento popular.
Incluso los mandos guerrilleros, como el Comandante Vicente López Tovar, máximo responsable militar, dudaban del éxito de la acción. A pesar de ello el 16 de octubre de 1944 penetraron en el valle de Arán unos 4.000 guerrilleros bajo su mando, que tomaron Bosots y otras localidades pero que se detuvieron ante Viella. Tras una situación de impasse e indecisión, Santiago Carrillo, llegado desde Orán, se entrevistó en el Sur de Francia con los dirigentes Manuel Azcárate, Manuel Jimeno, Carmen de Pedro, etc. y pasó a Arán, donde, se entrevistó con López Tovas y su Estado Mayor decidiéndose su retirada, en base a consideraciones tácticas como que la operación conduciría al fracaso y al aniquilamiento de la mayor parte de las agrupaciones guerrilleras, que podrían adquirir otras tácticas de entrada que se ensayaron en lo sucesivo.

Este error táctico fue adjudicado por Santiago Carrillo y compartida por otros dirigentes a Jesús Monzón. Se envió a Agustín Zoroa Sánchez al interior pero encontró la negativa de Monzón. A lo largo del invierno de 1944-45 Carrillo ya contaba con los apoyos necesarios para imponer su autoridad en Francia y en España. Envió una “Carta abierta de la delegación del CC. Del interior”, que fue entregada por Zoroa a Monzón en marzo de 1945, con la comunicación añadida de que se le llamaba a Francia, junto a su camarada y también compañera entonces Pilar Soler, para rendir cuentas..
En todo caso, hay abundantes pruebas de que la denuncia del optimismo desenfrenado y de la “política insurreccional” –los dos aspectos de la política de Monzón que hasta 1948 constituirían las principales acusaciones contra el dirigente navarro- no supuso que sus críticos no hubieran caído también en los mismos defectos. 

La citada carta es también importante porque, al censurar ciertos supuestos defectos en las actividades del partido en el interior, supone la primera crítica abierta a Monzón. Mas, la campaña para derrocar a Monzón y desmantelar sus estructuras del poder en el partido ya se había iniciado unas semanas antes. Después de haberse asegurado del apoyo de los antiguos colaboradores de Monzón en Francia -Carmen de Pedro, Jimeno y Azcárate- Carrillo envía a Casto G. Roza al interior para que transmita a Monzón la orden de presentarse en Toulouse para informar sobre su trabajo en España. Este último, supuestamente, se negó a recibir a Roza, alegando que no puede estar seguro de que no venga mandado por la policía[76] y retrasa su viaje a Francia. Durante algunas semanas deambula por Cataluña, y, consciente de que efectuar el viaje basándose en los medios del servicio de paso del partido equivale a exponerse a ciertos riesgos, busca una vía autónoma para llegar a Francia, hasta que, finalmente, cayó detenido en las afueras de Barcelona en julio de 1945.[3].
Algunos haciendo uso de su imaginación y basándose en citas de personajes tan ponderados como Enrique Líster, aseguran que hubiera sido ajusticiado por el PCE antes de llegar a Toulouse. El PCE lo expulsó en 1948, sus compañeros presos en el Dueso, le hacían el vacío. Y se refugió en el capellán de la cárcel, a quien escribía las homilías. Aparece un hombre hundido y derrotado pero que supo reinventarse a sí mismo
Una de las preguntas que surgen es ¿No era esperable que el máximo responsable del PCE entre 1943 y 1945 y de espectaculares operaciones conspirativas y militares para derribar al régimen franquista fuera inmediatamente condenado a muerte por un consejo de guerra en 1945, como lo habían sido decenas de conmilitantes? Más allá de las consideraciones sobre ser objeto de una purga, que acabó por expulsarlo del PCE y de liquidar físicamente, en el contexto de la época, por orden de Santiago Carrillo, muy probablemente con una decisión conocida y asumida por el conjunto de la dirección del PCE, que cubrió su responsabilidad durante décadas.
Sólo aparece una explicación a que no fuera así, porque no cabe pensar en la indulgencia del régimen que siguió fusilando a dirigentes comunistas hasta 1963: Se le conmutó la pena de muerte por otras de treinta años, de la que cumplió 13 años. Al parecer por las presiones de amigos de Monzón en el régimen. Fue trasladado de Ocaña o El Dueso, a Pamplona. Tras su liberación se fue a México, donde le esperaba su exmujer Aurora, con la que volvió a casarse.
Tras veinte años de militancia comunista, como ahora diríamos, supo reinventarse a sí mismo:
Encontró trabajo en el Banco Nacional de Fomento Cooperativo, que era una de las principales firmas comerciales de México. En 1967 en Ciudad de México el Opus Dei inauguró el Instituto Panamericano de Alta Dirección Empresarial (IPADE), y contrató a Monzón como profesor de mercadotecnia.
A Aurora le diagnosticaron esclerosis múltiple y decidieron regresar a España.
Empresarios mallorquines que asistían al IESE de Barcelona pensaron que se podría abrir una escuela de negocios similar en Palma de Mallorca. Nació el Instituto Balear de Estudios de Dirección de Empresas (IBEDE) y Jesús Monzón fue su primer director.
El IBEDE se inauguró en 1971 en la sede de la Asociación Sindical de Industriales de Mallorca (ASIMA).
Jesús Monzón diseño el escudo del IBEDE.
Monzón formó a empresarios en los aspectos económico, político y humano, con una visión de apertura a Europa y al futuro democrático. El IBEDE hacía posible un clima de tolerancia muy característico de Monzón durante toda su vida.
En IBEDE daban conferencias y eran profesores los futuros “líderes políticos de la transición y opositores al franquismo” [Wikipedia dixit] como Ramón Tamames, Camilo José Cela, Francisco Fernández Ordóñez, Joaquín Garrigues Walker, Julián Marías, Jordi Pujol, José Luis Sampedro y Luis González Seara.1
La policía llegó a intervenir en un acto programado en el que participaban Ramón Tamames, Jordi Pujol y Joaquín Garrigues Walker.1
Aquejado de un cáncer regresó a Pamplona y después de 2 meses falleció el 24 de octubre de 1973.
Tuvo un funeral no religioso, aunque en la cárcel había escrito las homilías al capellán.Un hombre tan contradictorio e hijo de su época como los que lo acusaron y fueron sus enemigos.


[1] Secundino Serrano: La última gesta. Los republicanos que vencieron a Hitler (1939-1945)
[2] Carlos Fernández, Ciudad Clandestina Comunista, Cuadernos de Historia Contemporánea,2004, pp. 161-180
[3] http://tallerhistoriapce.blogspot.com.es/2010/11/el-partido-comunista-de-espana-durante.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Jes%C3%BAs_Monz%C3%B3n

miércoles, 22 de enero de 2014

HEREJES DE LOS HEREJES: HERIBERTO QUIÑONES




Según algunos de ascendencia moldava, polaco para otros, militante comunista enviado por la Komintern  a España en los años de la República, participando en la organización del PCE en Asturias, Valencia y Mallorca, Canarias... al Empezar la guerra civil española era el encargado técnico de las emisiones de la PCEI, la Emisora de radio del PCE. Estaba emplazada en la sede del Comité Central de la calle Serrano de Madrid. Era el encargado técnico de las emisiones de radio. Allí trabajada Kety Lewi, la hermana de Irene Falcón, secretaria de Dolores Ibárruri, que es quien nos habla de este personaje. “Era un hombre muy introvertido y reservado que hablaba en un magnífico español con un acento indeterminado”[1]…Para algunos detractores de la figura de Dolores o de Santiago Carrillo, como Gregorio Morán, e incluso para algunos que se han acercado a ellos con cariño, como Manuel Vázquez Montalbán, “Vicente Llopis” o “Kefin Granowdosy” o “Filiberto Quiñones” o simplemente  “PACO” es un absoluto héroe de la resistencia comunista antifranquista. Carrillo sostiene en sus memorias las sospechas que llevaron a acusarle de agente franquista…Como se sabe, durante mucho tiempo se habló de Quiñones como un hombre que no se había sometido a la disciplina del Partido y que, por lo tanto era enemigo. El quiñonismo era sinónimo de desviacionismo para todo el mundo….”
No se sabe apenas nada de lo que pasó tras la guerra con Quiñones, sólo que fue torturado por la policía alemana y logro salir sin ser internado en el Campo de Albatera y luego por la Prisión de Valencia, donde coincidió entre otros con el dirigente comunista vasco Ramón Ormazabal y de donde se escapó con la ayuda de un cura[2]. A éste último se le achacó no haber sido capaz de contrarrestar el trabajo de disgregación de Quiñones entre los presos comunistas a propósito de sus críticas al pacto Nazi Soviético, lo que es notable para una persona qua había trabajado años atrás como agente de la Komintern.
Reaparece para la historia en abril de 1941 en Madrid, tras la caída de las primeras direcciones reconstituidas, bajo iniciativa de otro agente de la Komintern, el ingeniero electrónico José Wajsblum se formó una Comisión Central Reorganizadora, que bajo la influencia de Quiñones se configuró como “Buró Político Central” para cuya dirección él mismo fue elegido en una Conferencia de comités regionales y provinciales que se celebró a mediados de 1941 para quedar establecido este B.P. en septiembre de ese año. (En junio de  este año, se había producido el ataque sin declaración de guerra de Alemania nazi a la URSS)
Esta estructura contaba con una secretaría de organización y otra de agitación y propaganda a escala nacional y otros responsables militares y de información y recuperación en las cárceles.[3]
La clandestinidad requería unas fundamentales y básicas normas de seguridad con el fin de evitar las detenciones en masa. El propio Quiñones fue el encargado de crear unas estrictas y severas instrucciones de comportamiento. Se generan nombres falsos, documentación falsa, citas de seguridad, pisos de seguridad, etc. Quiñones dirigió la elaboración de un documento “Anticipo de tesis política” donde se apuntaba ya la creación de una Unión Nacional de todos los antifranquistas para derrocar a los regímenes fascistas y autoritarios, lo que entraba en contradicción con la subordinación al pacto nazi-soviético, que iba a ser rápicdamente

Mientras tanto el PCE mantenía una fuerte organización en Francia, donde Carmen de Pedro, antigua mecanógrafa del Comité Central, Manuel Azcárate y Jesús Monzón, eran sus principales cabezas. En teoría dependían de la máxima dirección exiliada en la URSS y en México.
El Buró Político en México no veía con buenos ojos la línea política seguida por la nueva dirección del PCE en el interior. Especialmente sus críticas a

…Así fueron enviados desde Tampa (Florida) a los militantes Jesús Larrañaga, Imanol Asarta e Isidoro Diéguez, quienes llegaron en un carguero a Lisboa. Sin embargo, a su llegada a Portugal, la policía salazarista  detiene y deporta a España a estos tres dirigentes, que serían fusilados en enero de 1942.A partir de estos hechos, al parecer Heriberto Quiñones restringió al máximo  cualquier contacto con la dirección en el exterior, lo que coincidió con la desarticulación de muchas de las células y estructuras creadas debidas a una sorprendente eficacia  de la policía franquista.

El secretario del B.P. de México, Vicente Uribe, envió entonces una carta a Carmen de Pedro, a Toulouse, como teórica máxima dirigente en Francia, aunque estas funciones las había asumido Jesús Monzón Repáraz, a la sazón, su compañero sentimental. Acordaron enviar a un enlace a hablar con Quiñones, el vasco Jesús Carreras Olascoaga, entrevista que se celebró a finales de 1941, en las cercanías de la Plaza de Cibeles. En aquella entrevista, Quiñones informa de la situación organizativa en el interior y de las contradicciones con los postulados del B.P. de México, a la vez que le solicita financiación por parte del PCE en Francia.

Carreras Olascoaga, mostró a Quiñones una carta de Uribe, en la que expresa que la única dirección válida era la de los dirigentes en el exilio. Carreras, entregó a a Quiñones también varios ejemplares del periódico “Reconquista de España” que se estaba editando en Francia, quien los recibió con agrado. Sin embargo se negó a darle a Carreras los nombres  que integraban su estructura organizativa, aduciendo motivos de seguridad.

Carreras antes de regresar a Francia mantuvo citas con otros camaradas en Euskadi. Estos le expresaron su desconfianza en la exagerada estructura quiñonista y en la línea política creada por aquel dirigente. Siendo ya todos conscientes de las profundas divergencias existentes entre los dirigentes comunistas españoles del exterior y del interior del país.  Durante 1942  y 1943 se produjo un alto índice de detenciones y desarticulaciones de células comunistas por parte de la policía. Quiñones respondía con muy poca diplomacia que la mayor parte de las veces las detenciones sucedían por la relajación en el cumplimiento de las normas de seguridad. Esta crítica feroz y posiblemente poco objetiva, le granjeó hondo malestar en buena parte de la militancia comunista.
Este malestar coincidió además, en el tiempo, con los procesos de purgas, expulsiones e incluso asesinatos abierto por la Komintern y el estalinismo en el seno de los partidos comunistas a escala europea. En el caso concreto del PCE estos mecanismos empezaron a cobrar fuerza con el quiñonismo y fueron creciendo paulatinamente en intensidad con la llegada de otros dirigentes, como fue el caso de Jesús Monzón, responsable máximo de las células comunistas desde finales de 1943 hasta principios de 1945.
Las purgas afectaron a todo el armazón de la clandestinidad comunista en España, desde los cuadros dirigentes hasta los militantes de base. Heriberto Quiñones fue acusado de traidor, delator y agente británico, máxime tras su detención en diciembre de 1941 –denunciado por un compañero- y la caída de otros compañeros de su aparato (hasta 100 militantes, según algunas fuentes) y de su estructura organizativa. Tras ser objeto de duros interrogatorios, en septiembre de 1942 fue condenado a muerte y fusilado en octubre de 1942, junto a sus compañeros Luis Sendín y Ángel Sendín. Diez meses antes habían sido fusilados los comunistas vascos Manuel Asarta y Jesús Larrañaga, el madrileño Isidoro Diéguez y el catalán Jaume Girabau. En la épica del PCE estos últimos fueron exaltados por el Partido, que les homenajeó, mientras que  Quiñones fue acusado de desviacionismo…y hasta de agente británico.
Comenzaba una nueva etapa en el PCE con su fuerte presencia en Francia, a través de Jesús Monzón, compañero de Carmen de Pedro, quien ostentaba de facto el papel de máximo dirigente del Partido. Y, en paralelo a esto el ascenso del aún joven Santiago Carrillo, quien a la muerte del antiguo secretario de organización Pedro Checa, en 1942, disputaba el control de buena parte del aparato al hasta entonces todopoderoso dirigente desde Mexico, Vicente Uribe[4].

Santiago Carrillo hizo descansar en las declaraciones de uno de los pocos dirigentes que lo habían conocido y sobrevivieron, Ramón Ormazabal, para sus acusaciones sobre Quiñones. Que también puede interpretarse como el cierre de una etapa a olvidar para todos (Final en derrota de la guerra civil, Pacto nazi-soviético y múltiples caídas de militantes). Y como en toda épica hay personajes que se canonizan y otros a los que se envía a las tinieblas exteriores. Estos últimos son los herejes de los herejes: Heriberto Quiñones…el desviacionista…fue rehabilitado en 1988...en las revisiones del PCE postcarrillista. Juan Negrín fue rehabilitado por el PSOE en 2008...





[1] Irene Falcón: Asalto a los Cielos, Madrid, 1996, pp.179-180
[2] Norberto Ibáñez Ortega y José Antonio Pérez Pérez: ORMAZABAL, Biografía de un comunista vasco(1910-1982), Bilbao, 2005, pp. 92 y ss.
[3] Carlos Fernández, “Madrid, ciudad clandestina comunista” en Cuadernos de Historia Contemporánea, Madrid, 2004, pp. 161-180
[4] Santiago Carrillo, Memorias, Planeta, Barcelona, 1993, pp. 360 y ss.