domingo, 10 de enero de 2016

Domingo por la tarde, una vuelta a la Calle Mayor (De Palencia) y alternativas



Palencia, febrero de 1956. Van a cumplirse 60 años. Un grupo de “peliculeros” han llegado a la ciudad y ruedan una película que tomará el nombre del centro neurálgico de la ciudad, que como hoy, 60 años después sigue siendo La Calle Mayor. En aquella Palencia no era difícil recrear la atmósfera de opresión sobre la solterona “Isabel” (Betsy Blair), en sus paseos por la calle mayor de esa asfixiante ciudad de provincias. La burla, el engaño, la cobardía colectiva de un grupo de machitos que habitaban en los soportales, en los billares y las sórdidas tabernas, sobre una ingenua mujer soltera.
Calle Mayor se rodó principalmente en tierras palentinas: los largos paseos bajo los soportales de esa calle, algún aspecto de la catedral, la fría estación de ferrocarril, luego se continuó en otra ciudad entonces castellana: Logroño y otras escenas llevaron a los peliculeros hasta Cuenca. José Enrique Monterde subraya de la película "el cuidado en la crónica ambiental, la denuncia del estancamiento provinciano bajo el peso de las costumbres y tradiciones especialmente sufridas por las mujeres de la pequeña burguesía [como] valores de un film casi redondo, donde por otra parte reaparecen los eternos temas bardemianos: desde la necesidad de la toma de conciencia hasta la solución de una alternativa que desborda lo existencial para alcanzar lo social, en una perfecta ilustración de la imprescindible regeneración nacional"

 Incluso intervino la Brigada Político Social para detener al director de la Película, Juan Antonio Bardem, miembro del clandestino Partido Comunista, que fue conducido a la Dirección General de Seguridad, en Madrid. Y por quien intercedió la actriz norteamericana negándose a rodar, ni en Palencia ni en ninguna parte, ningún plano, mientras Bardem estuviera detenido. Pero aún permaneció detenido otros quince días. Esto ha originado una campaña puesta en marcha por los compañeros del cine del Partido Comunista Francés, con la coartada de que CalleMayor era una coproducción con Francia, y esta campaña había supuesto que a las manos del dictador Franco llegasen telegramas de Carl Jung, Albert Schweitzer o Charles Chaplin.

 Pero de todo esto, no se enteraron en Palencia. La película en Palencia se estrenó un año más tarde, el 24 de marzo de 1957, ya aureolada por algunos premios internacionales.
Sin embargo, Casi seis años después, el 15 de diciembre de 1963, se creaba en la ciudad castellana el Cine Club Calle Mayor, llamado a una larga huella en la vida cultural palentina y cuya biblioteca se enriqueció de inmediato con donaciones de Bardem. Nunca pasa nada, concluida a finales de 1963, tuvo que esperar hasta febrero de 1965 para proyectarse en salas comerciales. Pero su estreno fue precisamente en Palencia, el 28 de diciembre de 1963, en pase auspiciado por el aludido cine club y en cumplimiento de una promesa en ese sentido realizada por el director español a sus promotores, al estreno asistieron los dos protagonistas españoles, Antonio Casas y Julia Gutiérrez Caba.

 Pues bien, Palencia, sigue siendo una ciudad inercial y disminuída culturalmente, a la que se le ha dado la vuelta el calcetín: ciudad uniformada, aún casi gris, negra y levítica, con museos de la policía, LECRAC, (que no es otra cosa sino que CARCEL al revés .¿ cambiar el nombre para que nada cambie…A quién se le ocurrió ésto?), centros sociales cerrados a las asociaciones, entre Raptos del niño Jesús, Procesiones de nazarenos con una cruz a cuestas y rebaños de ocas que critican los contrarios al maltrato animal? Que no se entera ni de lo que protagonizan algunos de sus palentinos que están triunfando en toda España.

 Una de estas personas que triunfan fuera más que aquí, se llama Alba de Luna y hace unos días presentó en nuestra Ciudad su última Novela: “Ella”, que es la quinta que publica. Alba es palentina y una excelente escritora, innovadora en los temas que trata, con una dulzura y agudezas sobresalientes. Sin embargo no está teniendo el respaldo que se merece por parte de los medios e instituciones palentinas. Hay que desterrar las inercias, las envidias, los conservadurismos y los miedos en general, para dar a aquellos que demuestran con su creatividad y trabajo diario, que se lo merecen. Y Alba se lo merece.

 Por otro lado, los chicos y chicas de Podemos Palencia han pasado a la acción y han repoblado algunos sectores del arrasado Otero del Cristo de Victorio Macho, del que toma su apellido. Es un símbolo del cambio que lentamente se impondrá. Cambios lentos, a remolque en estas tierras marcadas por las inercias de las mentalidades y tradiciones que se resisten al cambio vivificador. El progreso de esas semillas y se esas plantaciones lo veremos en los meses y años venideros, tengamos esperanza y también empujemos, para ello.