lunes, 27 de octubre de 2014

Caminos a Santiago olvidados y la Novela "Esperando al Rey" de José María Pérez “Peridis”.



Confluencias de Caminos



(Lo que me ha sugerido y recordado la lectura de la novela histórica o más bien “historia novelada”, Esperando al Rey de D. José María Pérez Peridis: “Confluencias con otros caminos”.)

Como ya escribía Miguel Ángel García Guinea,”El territorio aquilarense era el punto por donde los caminos precedentes de las Asturias de Santillana (ya entrasen por Somaoz, ya por Valdeolea) venían a buscar la vía del Pisuerga que en los siglos romanos iría a enlazar Portus Blendius y Julióbriga con la vía de Cesaraugusta a Astorga y que estaría en uso en los años románicos hasta Herrera de Pisuerga, desde donde buscando Carrión o Frómista, se acortaba yendo por Calahorra de Boedo y Castrillo de Villavega, o por Calahorra de Boedo y Osorno y abandonando así la vía del Pisuerga. Hay constancia del paso de peregrinos entre los ríos Boedo y Valdavia.” “El Territorio”, en El arte románico en Palencia, Ed. 1987, pp.7 y 8…

En las proximidades de Herrera de Pisuerga el anterios camino confluiría con otros procedentes del Oriente castellano a través de las Tierras de Amaya. Estas estuvieron pobladas por poblaciones procedentes del Norte, de Asturias, Cantabria y el País Vasco, donde convergieron con mozárabes del Sur. Elló obligó a la invención de una lengua franca, una koiné en la que partiendo del latín popular altomedieval y con restos de las lenguas ancestrales indígenas que quedaron en palabras como cuérnago, perro o izquierda,  todos se entendieron para construir caminos, castillos, monasterios e iglesias románicas.


La Guía de los Caminos Históricos a Santiago editada por la Junta de Castilla y León, en 2011, es un importante esfuerzo que recupera Siete Caminos históricos (Vía de La Plata, Camino portugués de la Vía de la Plata, Camino Mozárabe-Sanabrés, Camino Vadiniense, Camino Francés y Camino del Besaya). Este trabajo trata de fijarse en estos dos últimos y otras ramificaciones y caminos tradicionales que fueron utilizados en la Edad Media por amplias comarcas de la primitiva Castilla y del Reino de León. Llama la atención que casi toda la Castilla Primitiva, la zona de las Merindades de Burgos, valles del sur de Cantabria, los vizcaínos valles de Sopuerta y Carranza y valles occidentales alaveses y uno de los núcleos de la Reconquista en los siglos IX y X cuando comienzan las peregrinaciones, con calzadas, puentes e importante densidad de población no tenga señalados caminos en ese citado mapa. Para tratar de completar el mismo, es para lo que se realizo un trabajo más amplio que fue enviado en marzo de 2014 al Comisario de los Caminos a Santiago de la Junta de Castilla y León, Señor Rodríguez Montañés, sin que al día de la fecha (Siete meses después) se haya obtenido respuesta. 

En primer lugar, el Arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada, buen conocedor de la documentación castellana y navarra, señala en su Rebus Hispaniae a mediados del siglo XIII (c.1240) que el rey Sancho el Mayor de Navarra fue a Santiago hacia 1017 ó 1029, pasando por Briviesca para pasar después por territorios de Amaya y Carrión de los Condes. Pasando necesariamente por tierras de Herrera de Pisuerga, lo que se certifica en otros datos documentales, como veremos.
A la muerte del Conde de Castilla Sancho Garcés, el 5 de febrero de 1017, su hijo el infante García Sánchez solo tenía 7 años, por lo que su tío Sancho El Mayor de Pamplona se hizo su tutor en nombre de su mujer la reina Mayor. Hay una noticia de que en 1017 ya acudió el Rey Sancho a Monzón: “Venit rex Santius de Pamplona cum sua matre illa Regina domna Ximena et illa comittisa domna Urraca et comité Garsia Sánchez: confirmaverunt illas villas por su anima de illo comitte Santius Garcianez a Santa María (de Husillos)”

El Rey de Pamplona habría realizado un primer viaje hasta tierras leonesas y palentinas hacia 1017 y pudo comprobar in situ el estado de los caminos, emprendiendo desde entonces la tarea de reorganizar aquellos territorios entre el Pisuerga y el Cea que hasta entonces había pertenecido al condado de Monzón. Es conocido que el 13 de mayo de 1029 es asesinado en León el infante García por unos nobles desterrados alaveses del linaje de los Vela, cayendo su herencia íntegra en su hermana Doña Mayor, la esposa de Sancho el Mayor, quien traspasa la investidura a su segundogénito Fernando, pero él como tutor ejecutante. Regnante rex Sancius in Castella et in Pampilona et in Monteson”

Este Camino a Santiago no se ha tenido en cuenta posteriormente sin mayor fundamento, como veremos a continuación. Pero, a nuestro juicio debería formar parte del Elenco de los Caminos a Santiago, sobre todo en su tramo entre Burgos y Villadiego y Carrión de los Condes, donde se haya perfectamente documentada y en su enlace en Herrera de Pisuerga con la Ruta de los Blendios que sí está reconocida en la Guía de los Caminos  de la Junta de Castilla y León, entre Suances y Herrera de Pisuerga, siendo la lógica continuación de éste hasta Carrión de los Condes. 

Indudablemente hubo otras rutas menos institucionalizadas a Santiago. Por ejemplo en el 911 el rey García de León y su mujer Muniadonna hicieron una donación al monasterio de San Isidoro de Dueñas, para el mantenimiento  de la comunidad y de los hospites et peregrini advenientes. Donaciones posteriores de Ordoño I y la reina Elvira, el conde Fernando Ansúrez en 976 y el propio Sancho el Mayor en 1033 ratifican la tradición hospitalera del cenobio de Dueñas, por el que hoy no pasa ningún camino reconocido pero que debió ser frecuentado por los peregrinos.
Otro tanto pasa con el monasterio de San Román de Entrepeñas, cerca de Santibañez de la Peña en cuya fundación por los Beni-Gómez, Condes de Liébana, Saldaña y Carrión, el año 940 también se habla de “dotar a quienes llegasen a él” y otro, el monasterio de Santa Eulalia cerca de Piedras Luengas que en 988 donde daban limosna a “los viajeros, los pobres y los forasteros”. Por este monasterio llegaban los peregrinos procedentes de Liébana para posteriormente dirigirse a Cervera de Pisuerga y desde allí descender por los Valles del Burejo, Boedo y Valdavia, hasta concentrarse en Bárcena de Campos, como veremos localidad jacobea, donde confluía también el Camino que llegaba desde el Oeste, desde Villadiego y Herrera. Este último camino había recibido en esta última localidad el aporte de los peregrinos que habían subido por el Camino del Besaya hasta el lugar de Mercadillo, en el límite entre Cantabria y Palencia, donde hubo otro monasterio con vertiente hospitalaria, el desaparecido monasterio de Santa Eugenia (Santovenia) cerca de Cordovilla de Aguilar, (que aparece en los Documentos de Cardeña y muy posiblemente de origen mozárabe). Estos caminos quedaron en el recuerdo como caminos a larga distancia y también como rutas de la Transhumancia, muy relanzada a partir de su institucionalización de Cañadas y cordeles en el siglo XIII. Sin embargo, la desaparición de algunos de esos antiguos monasterios, como los de Piedras Luengas y Cordovilla de Aguilar, pueden estar indicando que la crisis bajomedieval también afectó a las peregrinaciones, que se hicieron más penosas por aquellos caminos menos transitados en beneficio del Camino francés, que contaba con una mayor vigilancia y una mejor red de hospitales.
Es importante retener que Jiménez de Rada escribe en la primera mitad del siglo XIII, cuando precisamente esa vieja calzada había vuelto a rehabilitarse como Ruta Jacobea en una época de gran apogeo de las peregrinaciones. Precisamente serán los Condes de Lara, un tanto disminuidos por los reyes en el siglo XII de su antigua preeminencia en el Reino se hacen fuertes en sus territorios entre el Pisuerga y Carrión. Entre finales del siglo XI y el primer tercio del XII, destacó el Conde Pedro González de Lara quien primero fue alférez de Alfonso VI y luego amante de su hermana la reina Urraca. Era conocido por “el Romero” por su amor por las peregrinaciones y puede que participase en la Primera Cruzada del 1099 siguiendo a Raimundo IV de Tolosa. A la vuelta de las cruzadas, pugnó con Alfonso VII, por recuperar el antiguo señorío de los Lara, ahora convertido en Tenencia, dio fueros entre otras a la villa jacobea de Tardajos en 1127.Pedro, militó en el partido de la Reina Urraca y se enfrentó a Alfonso VI por lo que se exilió a territorio del rey de Aragón, muriendo en unos torneos frente al hijo del Conde de Tolosa en 1130.
Se sabe que esta primera mitad del siglo XII fue una época de apogeo del camino a Santiago. Potenciado por las cruzadas que supusieron el inicio de una gran movilización de personas hacia los lugares que se consideraban santos. Esto pudo incidir en la búsqueda de nuevas rutas para las gentes que llegaban a través de los puertos cantábricos y de la frontera terrestre de los territorios castellanos, navarros y aragoneses.
El Bueno de don Pedro González de Lara, antes de su muerte ocurrida en Bayona en el 1130, había tenido una hija con la Reina Urraca, que se llamo Elvira y a la que dejó encomendada ciertos territorios en la zona del Pisuerga, donde se desarrollarían las fundaciones de hospitales de peregrinos que señalamos a continuación. Doña Elvira Pérez de Lara, hija de Pedro González de Lara y de la reina Urraca, casada en segundas nupcias con el caballero francés y tenente de Carrión Bertrand de Reynel (1100-1159), fundó un Hospital de peregrinos en la margen derecha del río Pisuerga, entre Rezmondo y Valtierra, (Burgos) y Olmos de Pisuerga, (Palencia) donde debía confluir una antigua calzada y un puente por el que transitaban y ha transitado hasta hace no mucho peregrinos, como demuestra la toponimia de las zonas aledañas, como veremos más adelante. Este “Hospital de Peregrinos” se llamará probablemente en honor a su padre Pedro de Lara, y a su estirpe real: San Pedro de Royales.  Aquí los monjes de Santa María de Rezmondo tenían un canal y molino fornacino (Probablemente una ferrería hidráulica ya en 1073. Como reseña Luis Miguel Díez de Salazar sobre la base de un doc. Del Cartulario de San Millán de la Cogolla- (Doc. Transcrito por Enrique Alonso)
Esta Elvira era hermana de Nuño Pérez, Álvaro y de Manrique Pérez de Lara, no en balde señor de Amaya, Herrera de Pisuerga y Avia, regente durante la minoría de Alfonso VIII y que cayó en desgracia poco después de la desaparición de éste.
Un hermano de doña Elvira, Álvaro de Lara se casó con Mencía López de Haro, quien en su viudez fuera Abadesa del Monasterio de San Andrés de Arroyo. Convento que controlaba esta parte del Pisuerga en el siglo XIII.
La primera referencia que tenemos al monasterio de Fitero de la Vega data de 1097, por el cual el Abad Salvador de Santa María de Fitero otorgó toda su heredad al Conde de Carrión, quien extendía así sus dominios en todo el tramo del Camino de Santiago entre el Pisuerga y el Cea, en Sahagún.
Posteriormente, casi un siglo más tarde las cosas parecen haber cambiado, y ese vasto territorio se ha visto fragmentado. Así, otro hermanastro de doña Elvira fue Nuño Pérez de Lara, fundó en Itero de la Vega otro Hospital a cargo de la orden de San Juan de Jerusalén.
Y su viuda hizo lo propio en 1182, fundando otro Hospital de Nuestra Señora de la Asperina, entre Bárcena de Campos e Itero Seco, (el otro Itero) en 1182. Los Condes de Lara seguirán proveyendo de donaciones a estas fundaciones suyas hasta la crisis bajomedieval que hace que muchos de estos Conventos hospitales decaigan, dando paso a Granjas. Como la de la Asperina que ya en 1520 era una Granja como muchos de esas fundaciones de segundo orden pero continuaba siendo Hospital, que en fecha indeterminada pasó a Bárcena de Campos, donde aún funcionaba en el siglo XVIII.
Estas fundaciones en el siglo XII representaban la refundación de una ruta alternativa al tradicional Camino Francés. Irían sobre antiguas calzadas, como veremos a continuación y tendrían el refrendo histórico del Arzobispo de Toledo Jiménez de Rada cronista de toda esta época.
Hasta Herrera de Pisuerga, la antigua Pisóraca, llegaban Tres rutas siguiendo calzadas tradicionales desde la zona de las merindades. Una que descendería hasta la zona de Oña, para progresar desde allí por el páramo de Masa o Sedano hasta Coculina y Villadiego, conocida como “Vía Viatrera”, en los documentos de Oña por la aldea de Bentetrea, junto a Terminón (5 km al SE del Monasterio de San Salvador de Oña) de donde partía. Y otra , más al Norte, que iría remontando el Ebro hasta Reinosa para empalmar allí con, la tercera, La Calzada de los Blendios, el Camino del Besaya, a través del Valle de Mena y de la zona de Bricia. Por último, esa ya conocida calzada que remonta el Besaya hasta Bárcena de Pie de Concha y prosiguió por el Campóo y la Merindad de Aguilar de Campóo hasta entrar en los páramos y lomas palentinos por Herrera de Pisuerga, recogiendo, aquí a los peregrinos que venían por la vía Briviesca hasta Castrillo de Riopisuerga antes mencionada y que describimos a continuación. Iniciando así la descripción de las tres.
En una ventana del magnífico pórtico románico de Rebolledo de la Torre se lee:
“El abad Domingo pobló este lugar de Vallejo desde sus fundamentos junto a mi hermano Pelayo en el año 1186. Cuando fue poblado este solar de Vallejo era behetría de Q. Gonzalo Peláez (Martín Peláez era a la sazón El Notario Real de la época)
En el año 1186, en el señalado día 22 de diciembre hizo este pórtico el maestro Juan de Piasca.” En 1163 se cita un Gonzalo Peláez de Herrera en documentos de Santa Mª de Aguilar…)

Fue ese momento del apogeo de los Lara, durante la minoría de edad de Alfonso VIII, la época de apogeo de Herrera de Pisuerga en la Edad Media.

Herrera de Pisuerga en la Edad Media y los Lara.

Herrera de Pisuerga en la Edad Media.
Los Lara y los territorios palentinos y del Pisuerga en el siglo XII.

El padre de Gonzalo Núñez de Lara, cabeza de uno de los principales linajes castellanos de la Edad Media y primer Lara reconocido, fue Munio González, Conde de Álava en la época de Sancho Garcés III de Pamplona. Fue hijo de Gonzalo García, hijo a su vez del conde de Castilla García Fernández. Goto Gutiérrez y Munio Álvarez, con posesiones en La Liébana y tenente en Amaya, fallecido en 1065, fueron los suegros de Gonzalo Núñez, quien fue el padre del antedicho Pedro González de Lara.
En 1086 Alfonso VI (1072-1109) arregló la boda de su hija Urraca (1109-1126) con el noble franco Raimundo de Borgoña, y recibió como dote el condado de Galicia y el de Portugal. Fue hijo de ambos Alfonso Raimúndez, futuro rey (Alfonso VII). Antes de morir, al no tener ningún hijo varón, Alfonso VI proclamó reina a Urraca sin reconocer ningún derecho a su nieto, lo que provocaría disputas sucesorias. Habiendo fallecido Raimundo en 1107, un grupo de nobles leoneses encabezado por D. Pedro Ansúrez arbitró el remedio de casar a Urraca con Alfonso I de Aragón (1104-1134), llamado el Batallador, fórmula que desagradaba a amplios sectores de la nobleza de ambos reinos y a la autoridad eclesiástica, que pretextaba que eran primos. No obstante, al final se casaron el 8 de octubre de 1109. En diciembre del mismo año, ambos firmaron un documento por el que se hacían donación recíprocamente, a título personal y de por vida, de sus respectivos reinos, si no tienen un hijo que pueda heredarlos y unirlos. Se trataba, pues, de un precedente de la unión castellano-aragonesa que tuvo lugar con los Reyes Católicos; en este caso no prosperó porque no tuvieron ningún hijo. La Reina Urraca sí tenía un hijo de su primer marido Raimundo de Borgoña, Alfonso Raimúndez en su minoría de edad, que luego sería Alfonso VII, quien estuvo durante su infancia refugiado en Galicia en la mansión de la Familia de los Traba y bajo la protección del Obispo de Santiago Gelmírez
De esta época es:
Pedro González de Lara (muerto en Bayona, 16 de octubre de 1130), es el primer Lara que llevó ese apellido.  Fue hijo de Gonzalo Nuñez quien estaba emparentado a su vez con la familia de los Alfonso con posesiones en Liébana y Tierra de Campos.  
Fue un magnate castellano. Sirvió a Alfonso VI de joven y más tarde se convirtió en amante de su heredera, la reina Urraca. Dicen las malas lenguas que en la batalla de Candespina de 1110 cerca de Sepúlveda, entre Alfonso El Batallador y una coalición de castellanos y leoneses, abandonó el campo de batalla, abandonando a su rival en amores frente a la reina, Gómez González Salvadorez, quien pereció en la batalla.
Desde junio de 1110 las relaciones entre Alfonso de Aragón y Urraca de León, unidos en matrimonio, habían empeorado. Urraca concedía en agosto importantes privilegios a Diego López de Haro, a la sazón señor de Álava, Vizcaya y Nájera (donde la reina comenzó a reunir tropas) para atraerse partidarios a su causa, apoyada por ciertos sectores de la nobleza de León, Castilla y Galicia, como el conde de Traba Pedro Froilaz —quien aspiraba a obtener el poder feudal sobre Galicia—, que se acogieron a los derechos al trono del hijo de Alfonso VI, el infante Alfonso Raimúndez (futuro Alfonso VII), que habían quedado relegados en el contrato matrimonial de Urraca y el Batallador.
Pero Pedro González de Lara , posiblemente para atender a los intereses de esos bastardos se opuso al heredero legítimo Alfonso VII.

Pedro González de Lara se casó con la condesa Eva (Ava), la joven viuda del conde García Ordóñez, que había gobernado Nájera y falleció en la Batalla de Uclés en 1108. Aunque Ava fue considerada hija del conde Pedro Froilaz, lo más probable es que sus orígenes fueran ultra-pirenaicos.

Con su esposa, Pedro tuvo varios hijos:

    Manrique Pérez de Lara , (m. 1164) que heredó la jefatura de la casa de Lara y fue el magnate más poderoso de su tiempo.
    Álvaro Pérez de Lara (m. 1172), conde, esposo de Mencía López de Haro, hija del conde Lope Díaz I de Haro, señor de Vizcaya. Después de enviudar, Mencía fue abadesa del monasterio de San Andrés de Arroyo
    Nuño Pérez de Lara (m. 1177) , conde, esposo de Teresa Fernández de Traba quien después casó con el rey Fernando II de León.
    Rodrigo Pérez de Lara (m. 1169) En algún momento antes de 1165 Rodrigo se convirtió en el prior de la fundación cluniacense de San Salvador de Nogal, el único caso conocido de un varón de la aristocracia castellana que fue religioso en el siglo XII.26 En 1164, después de la muerte de su hermano Manrique, aparece junto con sus sobrinos en la Catedral de Burgos y en 1165 en el monasterio donde era prior donde confirma un documento como “Roderico monacho, comitis Petri filio, regente ecclesiam supradictam.”
    María Pérez de Lara , quien se casó con Pedro Fernández de Castro, primer maestre de la Orden de Santiago.
    Milia Pérez de Lara , condesa por su matrimonio con el conde Gómez González de Manzanedo
Una de las hijas bastarda de Pedro González de Lara con la Reina Urraca fue El vira Pérez de Lara (c. 1111-c.1174) Contrajo un primer matrimonio con García Pérez de Traba, hijo del conde Pedro Froilaz según declara en un documento en 1138 cuando confirma como “comitissa Gelvira domini Petri et reginae domne Urraccae filia pro anima viri domino Garcia comitis domini Petri filius et dominae Maioris.”
Después de enviudar y según los deseos de su medio hermano Alfonso VII, contrajo matrimonio cerca de 1128 con Bertrán de Risnel de quien no tuvo descendencia.
Bertrán Risnel fue un caballero de Alfonso El batallador a quien se encargó la defensa de Carrión frente a la coalición gallega- leonesa y que luego ayudaría a su suegro Pedro González de Lara a conquistar la ciudad de Palencia.

Herrera de Pisuerga y los Lara en los años del Románico, siglo XII…

Se habla de una donación de “La Torre de Ferraria” en el siglo X por parte del Conde García Fernández al Conde García Armentales, fundador de Melgar. Sin embargo desde finales del siglo X, tras la desaparición del Condado de Monzón hacia 970, la zona de Herrera vuelve a bascular hacia Castilla y hacia los Lara. El año 1035, Bermudo III de León cede al refundado obispado de Palencia las décimas de Abia, Ferrera, y Lavid (de Ojeda), éste una legua al Norte de Herrera, siguiendo el río Burejo; todas ellas en la margen derecha del Pisuerga y el territorio de Amaya en la izquierda. Herrera fue a mediados del siglo XI una tenencia del rey Fernando I, posiblemente alternativamente en manos de los Ansúrez y de los Lara.
En 1130, Alfonso VII apresa al conde Pedro de Lara debido a sus intrigas y a los problemas que causaba en el reino, logrando en 1131 la rendición del castillo de Herrera de Pisuerga en poder de los seguidores del conde.
En 1152, en los últimos años del tormentoso reinado de Alfonso VII quien tuvo problemas y oposiciones de los Lara en Palencia, desde el monasterio premonstatense de Retuerta, fundado por Sancho Ansúrez, nieto del Conde Pedro Ansúrez los premonstratenses fundan el monasterio de San Agustín de Herrera.  [Peridis, lo relata en su novela situándolo en la Casa Palacio de los Lara en Herrera: p. 166, por eso hemos traído a Herrera a los mostenses de San Norberto. A ver si termina el abad Miguel su sesión con los niños y nos dice cómo van”    Es la época de construcción del monasterio románico de San Zoilo, en la cual trabajaban los canteros que recrea Peridis, que preparaban las piedras en las canteras de Becerril (del Carpio) y las llevaban hasta allí ¿Utilizando el viejo camino descrito entre Herrera y Carrión?]
En diciembre de 1160, ya bajo el reinado de Alfonso VIII, los Lara vuelven por sus fueros. Nuño Pérez de Lara aparece gobernando la tenencia de Herrera y poco después Cabezón, Dueñas y Cubillas de Cerrato. Desde 1163 compartió la tenencia de Carrión con Diego Boisón (o Bueso) y en julio de 1165 era tenente en Villafáfila. También ejerció la tenencia de Villanuño de Valdavia y Arenillas de Nuño Pérez, en Palencia. En esta época se debieron relanzar mucho las peregrinaciones por esta Ruta a Santiago….

En 1169, los premonstratenses fundan el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo en la orilla izquierda del río Pisuerga, en tierras de los Lara.  [Peridis pone en boca del Abad Miguel “Los inconvenientes que tenía el lugar elegido para desarrollar una verdadera vida monástica, empezando por su distancia de la población, la esterilidad del terreno, la mala orientación, la escasez de agua, los caminos estrechos y deficientes y un sinfín de inconvenientes añadidos. “ Y propone ubicarlo en el monasterio preexistente de Santa María de Aguilar, que también era propiedad de los Lara.
Alfonso VIII dota a este último con un grupo de posesiones que habían pertenecido a la abadía de Herrera,  en la inmediata margen izquierda del Pisuerga, poco mas de 15 km al sur de Herrera, en un paso estratégico desde antiguo y lugar de molinos, como hemos visto, sobre el Pisuerga. La Zona de Santa María de Rezmondo, una iglesia de san Cebrián y Villanueva (de Pisuerga, hace mucho tiempo despoblada o es el barrio que creció junto al monasterio de Santa María de Rezmondo, hoy Rezmondo?) y la iglesia de San Román, cercana a Sotovellanos, a cuatro km de Herrera, que cede a Aguilar en 1183.
En 1181, la condesa Mencía López de Haro, hija del señor de Vizcaya Lope Díaz I de Haro, viuda del conde Álvaro Pérez de Lara, fundó el Monasterio de San Andrés de Arroyo, para monjas cistercienses, carácter que se ha mantenido hasta la actualidad, en un lugar apartado y frondoso del valle de la Ojeda junto a una calzada  romana que conducía hacia Becerril del Carpio y Aguilar. La advocación de San Andrés deriva de una leyenda local sobre el hallazgo milagroso de una imagen pétrea del apóstol en el cauce del arroyo que discurre junto al monasterio.
En 1184, Alfonso VIII concede un fuero a la villa de Ferreruela (Herrera) que dice “Concedo toda la heredad que tengo desde el río que llaman Pisuerga hasta el río que llaman Bur según desciende de Torre Herrera, que está en la linde o e mojón, hasta el lugar donde el río Bur se mezcla con el Pisuerga”. Pero pone la villa bajo el señorío de los Lara, que reivindican su anterior tenencia, que ahora ven confirmada.
Esta tenencia de Herrera se mantuvo en manos de los Lara desde c. 1160 hasta 1218, sesenta y ocho años, hasta que Fernando III El Santo, llegó hasta Herrera con un ejército y depuso al Conde Álvaro Nuñez de Lara.
Su madre, Teresa Fernández de Traba, era miembro de la poderosa casa gallega de los Traba y descendiente, por línea bastarda, del rey Alfonso VI de León. Una vez fallecido el conde Nuño en 1177,
[Peridis apunta en la p. 192-193, una escaramuza que tuvieron los Lara, el conde Osorio de Aguilar. Álvaro y Rodrigo desde Palencia y él mismo desde Herrera, que confluyen en el camino entre Sahagún y Villabragima (Valladolid), con Fernán de Castro y sus hermanos Pedro y Gutierre y sus respectivas mesnadas hacia 1177 en la que los Lara se llevaron la peor parte (Batalla de Lobregal ), ya que los Castro se habían reforzado con las huestes del Rey Fernando II de León. Murió el Condes Osorio de Aguilar y fueron hechos prisioneros Nuño Pérez de Lara y otros, pero los Castro no pudieron desbaratar su regencia del infante Alfonso VIII, que estaba a cargo del obispo Cerebruno de Soria y Osma, pero reforzó el peso de los Castro en la Corte de Fernando II de León]. [*Estas escaramuzas pueden estar en el origen del periplo por esas fechas de Diego Fernández de Villamayor, fundador de Benevívere, a tenor de las nebulosas referencias en los documentos de su biografía]

[p. 245, habla de un sarcófago romano que habían encontrado c. 1150 en Herrera y de otro similar en Husillos] pero también introduce versos del Mio Cid y de Jorge Manrique…
“El 11 de noviembre de 1165, el rey D. Alfonso cumplía 10 años”
Atienza. Ávila, Soria, Maqueda, Toledo, 26 de agosto de 1166,

En la p. 285 vuelve a refereirse al traslado de los mostenses de Herrera hasta Aguilar. Y de la judía Raquel que se traen de Toledo junto a los canteros lebaniegos para trabajar en el monasterio... p. 288 los monjes de Herrera no guardan el celibato y han relajado sus constumbres y no cumplen las misas…


Teresa contrajo matrimonio con el rey Fernando II que se convirtió así en el padrastro de sus hijos quienes se criaron en la corte con el futuro rey de León, Alfonso IX. Años más tarde, Álvaro recordaría el encumbrado matrimonio de su madre en una donación al monasterio de Sobrado llamándose ...filius comitis domni Nunonis et regine domne Tarasie.
Sus hermanos Fernando y Gonzalo también fueron condes y tuvieron una participación destacada en los acontecimientos políticos y militares de la época. Fernando fue alférez real del rey Alfonso VIII. Sin embargo, su desmedida ambición lo enfrentó al monarca y tuvo que abandonar Castilla y buscar refugio en Marrakech donde falleció en 1220.2 La vida de su otro hermano, Gonzalo, padre del conde Nuño González de Lara el Bueno transcurrió en el reino de León.
En agradecimiento por el valor demostrado por el conde en la batalla que marcó un hito en la reconquista, el 31 de octubre de 1212 Alfonso VIII entregó la villa de Castroverde a Álvaro: «mi amado y leal vasallo (...) en recompensa por los muchos servicios voluntarios que me habéis prestado y fielmente cumplido, e igualmente esforzado por cumplir cada día hasta hoy mismo; y cuánto más en recompensa por el servicio, que debe ser particularmente encarecido, que me habéis hecho en el campo de batalla cuando portabais mi estandarte como un hombre valeroso».9 Años más tarde, el 18 de mayo de 1217, el magnate donó dicha villa a la Orden de Santiago.
El infante Fernando, hijo de Alfonso IX de su primer matrimonio con Teresa de Portugal y heredero del corona de León, falleció en agosto de 1214 con veintidós años de edad.10 Berenguela y su padre el rey Alfonso VIII albergaban la esperanza de que el infante Fernando, hijo del segundo matrimonio del rey Alfonso IX y Berenguela, sucediera a su padre, aunque antes era necesario llegar a un acuerdo con los leoneses y portugueses para anular los derechos al trono de las hermanas del recién fallecido infante, Sancha y Dulce.
Sin embargo unos meses después, el 6 de octubre de 1214, falleció el rey Alfonso VIII de Castilla y la corte decidió que fuese su hijo Enrique I de Castilla el que heredaría la corona. Antes de fallecer, el monarca había encargado a los obispos, a su amiga la condesa Mencía López de Haro,c y a su mayordomo, Gonzalo Rodríguez Girón, albaceas de su testamento, que velaran por el cumplimento de sus mandas y asegurasen su sucesión.11 La viuda del rey castellano Leonor de Plantagenet cedió la custodia del heredero a Berenguela. Semanas después, la reina Leonor falleció y dejó la tutoría del infante Enrique y la regencia a su hija Berenguela y a los prelados de Palencia y de Toledo
Algunos nobles consideraron que la regencia de Berenguela se apoyó demasiado en el obispo de Palencia, Tello Téllez de Meneses, y en Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo, lo cual indignó a los magnates y, según la Crónica latina de los reyes de Castilla, «una mayoría de los barones acordó que Álvaro Núñez fuera regente en nombre del rey y tomara a su cargo el cuidado del reino».13 El conde de Lara, según De rebus Hispaniae sobornó a un caballero de Palencia, el custodio del joven rey, García Lorenzo, para que les entregara a Enrique, a lo cual accedió Berenguela de mala gana.14 15 Ante los hechos consumados y con el consenso de los ricoshombres y prelados del reino,16 el conde de Lara tuvo que jurar que ni él, ni sus hermanos u otros nobles «... quitarían ni darían tierras a nadie, ni guerrearían con los reyes vecinos, ni impondrían tributos...so pena de ser reos de alta traición».2 Según afirmaba el obispo de Toledo Jiménez de Rada, la ambición de los Lara era controlar el reino, tal como había hecho el padre de Álvaro, el conde Nuño Pérez de Lara, cuando había ejercido la regencia desde 1164 hasta 1169 durante la minoría de edad del rey Alfonso VIII.

El Puente de Royales

Hito importante de este camino sería el paso del Pisuerga en este punto. Aunque el primitivo puente pensamos que pudo estar próximo a Castrillo, ya que en la margen derecha del Pisuerga volvemos a encontrar el topónimo del “Camino Real”, un km y medio al SOE de Rezmondo y de Castrillo de Río Pisuerga se halla el Puente de Royales, hoy transformado y finalmente derruido.
Enrique Alonso Gutiérrez que ha estudiado en profundidad este puente y los caminos que en él confluyen concluye que: “no es inverosímil ni incongruente que el primer puente existiera previamente (y probablemente fuera romano), y que, más tarde, la Iglesia y el Hospital fueran edificados en el siglo XII por Doña Elvira Pérez de Lara…”
Efectivamente, a principios del siglo XII, Elvira Pérez de Lara, hermanastra reconocida del rey Alfonso VII, casada en segundas nupcias con el caballero francés y tenente de Carrión Bertarnd de Reynel (1100-1159), fundó un Hospital de peregrinos en la margen derecha del río Pisuerga, lo que podemos interpretar con que la decisión se tomó desde ese lado de la “muga”, desde Carrión, en un momento de restauración de la antigua ruta, puesto que el puente ya debía existir en el siglo XI.
Coincide esta restauración con la de otros jalones de la ruta hacia Carrión, como la del santuario y hospital de la Asperina, como veremos enseguida, entre Bárcena de Campos e Itero Seco. El Conde Nuño Pérez de Lara, sucesor en el señorío de estas tierras, fundó en 1174 el puente de Itero de la Vega, y su viuda fundó 8 años después el hospital de la Asperina, que fue beneficiado por donaciones de los Lara durante el siglo XIII.
Escribe Enrique Alonso Gutiérrez: “El camino sale del lado occidental del puente y discurre paralelo al curso del Pisuerga, pero río arriba. Poco después se separa del río y avanza recto hacia la fábrica de La Campesina. Este tramo del camino coincide con la raya entre Castrillo y Olmos (y entre Burgos y Palencia)
En el pleito entre Olmos y S. Pedro de Royales, que figura en este trabajo, los vecinos de Olmos aducen que sacaban carros de piedra de “una calzada antigua” que podría corresponder a nuestro camino del Noroeste hacia Ventosa y Herrera.
Al llegar a La Campesina, cruza la carretera de Castrillo a Pradojo y luego sigue hacia el Norte, pegado al río Pisuerga. En un punto muy concreto, en la mismísima orilla del río veremos brotar por sorpresa una fuente muy potente: la Fuente de la Campesina. No hay ninguna duda de que quienes trazaron el camino la tuvieron en cuenta, lo mismo que otras dos que se encuentran más adelante en el recorrido del camino: la fuente de S. Lorenzo y el pilón de Ventosa.
A partir de la fuente, el camino se separa del río y toma dirección Noroeste hacia  San Lorenzo. En los pueblos cercanos este tramo del camino se conoce como camino de La Campesina a San Lorenzo (esclusa 9ª del canal de Castilla). En la toponimia menor de Castrillo hallamos un topónimo “Camino Real” que se refiere a este tramo del camino y otro topónimo “Tres Campos”, que designa un punto del camino en el que confluyen las rayas de Castrillo, Zarzosa y Ventosa. El segundo de estos topónimos nos indica que el camino es antiguo, pues fue tomado como referencia para establecer los límites municipales, y el primero nos recuerda que el camino fue importante en el pasado, y no una simple camera entre dos despoblados como son ahora S. Lorenzo y La Campesina.
Un poco más adelante, el camino cruza el canal del Pisuerga con un puente en exclusiva, que sorprende por su proximidad al puente siguiente,  situado muy cerca, en la carretera de S. Lorenzo a Zarzosa. Parece que los constructores del canal del Pisuerga consideraron a nuestro camino lo suficientemente importante como para construir un puente sólo para él.
Desde aquí, el camino avanza entre los dos canales (de Castilla y del Pisuerga) hasta la esclusa de San Lorenzo.
Ligeramente al oeste del canal se encuentra el yacimiento romano de “La Romana”, junto a la carretera de Melgar a Ventosa y junto a ese yacimiento, está la fuente de San Lorenzo, etapa muy probable de nuestro camino desde “La Campesina”, antes de que se construyese el Canal de Castilla.
Desde esta fuente, pegada al yacimiento romano, existía hasta hace muy poco un camino casi paralelo a la carretera, que llegaba hasta la antigua báscula y luego seguiría hasta la fuente y abrevadero del “Pilón” de Ventosa. Después continuaría por la Calle Real de Ventosa (antigua carretera), la ermita de San Roque y el camino (conocido como camino de San Cristóbal) que discurre por el borde de la terraza fluvial, paralelo al Canal de Castilla y a la carretera N-611.
Nada más cruzar el límite municipal Ventosa-Herrera, justo a la izquierda del camino, encontramos el topónimo menor “Los Lentejares”, otro yacimiento considerado como romano, que probablemente toma su nombre por etimología popular a partir de “En Tejares”, por la abundante cerámica que aparece en superficie.
En este punto podía el camino ¿de Santiago? en época medieval, tener una bifurcación hacia el Oeste a S. Cristóbal, Ntra. Sra. de las Muelas y Santa Cruz de Boedo…” junto a otra fuente y vado sobre el río Boedo.”
Y aquí llegamos a mi pueblo, Santa Cruz de Boedo. Y a su Ermita de Nuestra Señora de las muelas, de la que escribí un artículo para el número 25 del Códex Aquilarensis: La donación a Oña por Sancho III el Mayor, del monasterio de Nuestra Señora de las Muelas (Valle del Boedo, Palencia) c. 1030, pp. 129-146.

El término de Royales fue históricamente mojón entre tres merindades: la de Villadiego (a la que pertenecían Tagarrosa y Santa María de Rezmondo), Castrogeriz (a la que pertenecía Valtierra) y (Olmos , Castrillo y Zarzosa) a Monzón y posteriormente a Carrión y ya en el XIX a su Partido judicial. Seguramente en él confluían otras tantas calzadas: una que iba a Amaya-Villadiego, Otra a Sasamón-Castrogeriz y la Tercera a Carrión. Y esa es la explicación de que allí estuviera el mojón de las tres merindades.
Este tramo del Camino remonta por la margen derecha del Pisuerga hasta Ventosa, pasando por los términos de Camino Real, Tres Campos, San Lorenzo, La Campesina y La Romana, para salvar los desniveles de los altos del Ser (941) y Sesillas (948 m), hasta llegar a San Cristóbal de Boedo. Aquí entroncaría con la calzada que llegaba de Herrera de Pisuerga, saliendo junto al Pradillo (Camping), vado y puente sobre el Burejo Donde se asentó la Herrera bajoimperial y Visigótica y flanquea claramente el camino que asciende hacia Sal Cristóbal.
El actual Camino de San Cristóbal, por su orografía que evita los desniveles pudo perfectamente ser el tramo de la Calzada, entrando en este pueblo por el término de las Quintanas de clara referencia antigua.

La Ruta continua Desde San Cristóbal a Bárcena de Campos


Desde San Cristóbal, se divisa el Valle del Boedo y la vista se fija al SE en Villaprovedo, pero antes hay que pasar el Río, lo que se hacía por el Vado de Cascajares, próximo a la actual Ermita y Antiguo monasterio mozárabe de Nuestra Señora de las Muelas (…). Desde allí se remontaba la margen derecha del Boedo hasta la cercana Santa Cruz, y desde allí, siguiendo la media ladera al Norte del Arroyo Madre o Valdeherreros, se alcanzaba Villaprovedo, otro lugar antiguo, con fuente y vestigios.
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El pueblo de San Cristóbal de Boedo, en cuya iglesia parroquial posiblemente de origen mozárabe bajo la advocación de San Facundo y San Primitivo, que denota que hasta aquí llegó hacia el siglo X la influencia del monasterio de Sahagún, hay un lienzo de Santiago “Matamoros”.
Atravesaba el valle del Boedo, entre San Cristóbal y Santa Cruz, en  las proximidades de la ermita de Nuestra Señora de las Muelas (…) y se dirigían por Villaprovedo.

Ermita de la Virgen de la Muela, vestigio del Monasterio de Nuestra Señora de las Muelas (siglo X-XIV).
Monasterio de Nuestra Señora de las Muelas (siglo X-XIV).
Este monasterio hay que ponerlo en relación con esta ruta Santiago y con alguno de los viajes que el Rey Sancho El Mayor realizó a Santiago. En la colección diplomática del monasterio de Oña se encuentra un documento 

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El Doc. 17 de la Colección Diplomática de Oña, es una donación a Oña por el Rey Sancho el Mayor del monasterio que se situaba en el lugar en el que ahora queda esta ermita. Estudiado por nosotros en Codex Aquilarensis, 25, 2010.
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En Villaprovedo, En el último cuerpo, ahora en el Coro de la parroquia de San Sebastián hay una talla de San Martín de Tours del siglo XVI procedente del despoblado de Vayala, relacionado con la devoción a Santiago. Y la devoción a este santo francés continuó pues hay otro San Martín , del siglo XVIII en el Altar Mayor.
En este pueblo todavía se conserva la llamada Cuesta de La Parva, que es una denominación clásica de un camino con elevación, muy posiblemente de origen en la calzada romana, en un portillo desde donde se alcanza Villorquite, donde se han hallado restos romanos relacionados con una villa tardorromana. Existen restos altomedievales en el término de La Cabanilla, Allí hay también el recuerdo del Viejo Camino Real y también el pago de La Parva. Madoz hacia 1850 da cuenta de que por estos pueblos pasaba el “antiguo Camino Real que conduce de Carrión a Santander [Por Herrera]”.
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Iglesia parroquial de Villorquite
Igual pasa en Santa Cruz del Monte con su parroquia bajo advocación de San Cristóbal, en cuya portada hay relieves de conchas y en su interior un retrato del martirio del Apóstol Santiago. Se conserva también un cuadro con el martirio de Santiago procedente de una Ermitilla próxima.
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Portada de la parroquia de San Cristóbal de Santa Cruz del Monte
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Portada de la parroquia de Santiago de Bárcena de Campos
La relación con la portada de la parroquia de San Martín del Monte es evidente, pero aquí hay un mayor desarrollo de los símbolos jacobeos y de los peregrinos: conchas, cayado, calabaza, cordón, imagen de Santiago Matamoros. En el altar Mayor hay una imagen de Santiago Matamoros y en las bóvedas se distribuyen conchas, cayados y calabazas. 
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Santiago Matamoros en el Retablo de la parroquia de Santiago de Bárcena de CamposBARCENA VIRGEN LA ESPERINA ROMANICA.jpg
Nuestra Señora de la Asperina, Románica, Talla policromada s.XIII.

En Bárcena de Campos,  en la Valdavia, se cruzaba con otra ruta Norte Sur. En 1523 Fernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, en su libro Cosmografía habla de un largo Camino que , iba desde Toledo hasta San Vicente de la Barquera, que en tierras palentinas sube a Carrión por Becerril y Torre de los Molinos y de Carrión va hacia Bahillo, para mencionar después localidades de la Valdavia como Polvorosa, la Puebla y Cervera, desde donde llega a Tudanca por el puerto de Piedras Luengas. Esta ruta era utilizada ya en la Edad Media por los arrieros y peregrinos cántabros para acceder hasta Carrión.
Este Camino lo describe a mediados del siglo XIX Pascual Madoz en su Diccionario Histórico-Geográfico, Camino Real de Valladolid a a Santander, que  lo ve en Bahillo, Santa Cruz del Monte, Villorquite y Villaprovedo, pero que debería continuar por Bárcena de Campos, Santa Cruz y San Cristóbal de Boedo.

7ª Etapa . Bárcena de Campos-Carrión de los Condes (21 km)

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Desde allí se llega, cruzando el despoblado de San Martín (muy relacionado con el Camino por parte de los peregrinos franceses) al Norte y Camino Viejo, al sur en Bárcena de Campos, pueblo de indudable sabor Jacobeo. En este pueblo, confluía el Camino que traemos con otro que, procedente de la Liébana, pasaba por Piedrasluengas (Donde hubo Hospital de Peregrinos) y Cervera, para, desde allí descender por el Valle de la Valdavia.
El caso es que en Bárcena de Campos, que aproximadamente está a unos 22 kilómetros al Norte del Camino Francés a Santiago, su iglesia parroquial reúne un conjunto de elementos que la relacionan con la devoción de los peregrinos y de sus habitantes desde tiempo inmemorial a Santiago: Está bajo advocación de Santiago Apóstol, en la portada están esculpidas conchas, cayado, calabaza, cordón…y por si faltaba algo, la propia imagen de Santiago Matamoros. Allí, se sabe también que existió en la antigüedad un Hospital de Peregrinos.
Entre Bárcena e Itero Seco estaba en el Monasterio de Santa María de la Asperina, fundada en 1182 por Doña Teresa Fernández de Traba, mujer del Conde Nuño Pérez de Lara, quienes también habían fundado pocos años antes la Ermita en Itero de la Vega, con el mismo sentido jacobeo, pertenecientes a la Orden de San Juan de Jerusalén. La talla románica del siglo XIII de Nuestra Señora de la Asperina, actualmente en la parroquia de Bárcena así lo prueba.
Toda esta región tuvo en los Condes de Lara a sus principales señores durante la Edad Media.
Si se investiga la historia de esta región conocida a principios del siglo XIII como “los montes de Bárcena” (De ahí las denominaciones de Santa Cruz del Monte y San Martín del Monte”) Eran confines de diversas jurisdicciones. Por ejemplo, el pueblo de Villameriel aún en el siglo XIV tenía tres señoríos jurisdiccionales: y todos ellos de profunda raigambre castellana: una parte de los tributos se los debían a los Rojas, instalados en Rebolledo de la Torre. Otra a los benedictinos de Oña, con base en Santa María de Mave, y la tercera a las Monjas bernardas del monasterio de Abia, bajo protección de los mismos Laras.
Sin duda, era un punto de confín de las jurisdicciones de los Condados de Carrión, Saldaña y Monzón, dominados con mucha probabilidad con varias Torres defensivas por cada lado, en el término de TordeÁguila, Castillo de la Mota. La Mota , era una definición clásica usada desde el siglo XII-XIII para referirse a Castillos fronterizos. Por ejemplo, castillo de Santibañez de la Mota, hoy la Mota del Marqués en Valladolid… y Costavía. Este último topónimo referido a una montaña de 975m, la interpretamos como la Cuesta o Costana junto a la Vía. Este punto de confín o hito en el camino, es el que en nuestra opinión da nombre al topónimo de Itero Seco, para diferenciarlo de los otros Hitos del Camino, singularmente en la jurisdicción de Mozón y después de Carrión, el Hitero de la Vega. Esto también tiene su historia.
En las calendas de mayo d 1222 el Conde Álvaro Núñez de Lara, donó dentro de esta demarcación Villaprovedo a las Monjas del monasterio que estaba dotando en Villena (Alicante), y así quedó vinculado a aquellos. El padre del Conde D. Álvaro, Don Fernando Núñez, pasó el fin de sus días en “tierras de moros” en el Algarve portugués, al ser derrotado por el Rey Fernando II de León en las luchas por la región del Infantado (zona de Medina de Rioseco). Según cuentan diversas crónicas, allí contactó con unos misteriosos caballeros de la Orden de San Juan del Hospital ¿Caballeros templarios u hospitalarios? Según esas mismas fuentes, a su muerte, estos misteriosos caballeros lo trasladaron hasta el Itero de la Vega (La Puente Fitero), en el Camino francés…Esto ocurrió hacia 1230…y en 1232, sólo dos años después, su viuda doña Mayor hace donación de Santa María de La Asperina, entre Bárcena e Itero Seco “al Abad y Cofrades allí establecidos”, no lejos del llamado Itero Seco…No creemos que fuera una pura coincidencia.
En el Archivo Diocesano de Palencia se conserva un Breve de León X en pergamino datado en 1520, a Juan de Madrigal, clérigo, sobre la renta de Nuestra Señora de la Esperina, que ya en el siglo XVI sería una Granja y hospital. Hospital que también consta en el siglo XVIII en la documentación sobre Bárcena de Campos.
Este Camino lo describe a mediados del siglo XIX Pascual Madoz en su Diccionario Histórico-Geográfico, Camino Real de Valladolid a a Santander, que  lo ve en Bahillo, Santa Cruz del Monte, Villorquite y Villaprovedo, pero que debería continuar por Bárcena de Campos, Santa Cruz y San Cristóbal de Boedo.

Estamos en la antigua demarcación de Abia. Por Abia de las Torres. En el siglo XII el Tenente de Abia y su Castillo fue Nuño de Lara, Conde de Amaya. Antes  en el siglo XI, había pertenecido al Conde Pedro Ansurez, hacia 1090, que había incluido esta área desde su posición central como descendiente de los Beni-Gómez de Carrión, conocida entonces como civitas de Santa María.

La Ruta Bárcena a Carrión

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Desde La Asperina hasta Bahillo, en el vado sobre el Ucieza hay unos siete Km. Pasando al Este del Itero Seco. El topónimo Bahillo, en nuestra opinión puede hacer referencia al “Vadillo”, sobre el Ucieza que allí salvaba la calzada hacia Carrión. En los documentos antiguos se le menciona como Badilo, Badello y Badiello.

Pudo haber una Variante por la cercana Villavega, donde hay una pintura de San Martín y el mendigo de comienzos del siglo XVI. En la contigua Castrillo, tras superar el puente barroco,  hay una Ermita de la Virgen del Camino y una imagen de San Martín Obispo en el altar de San Sebastián de la parroquial de San Quirico.
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Desde Bahillo hasta Carrión el Camino en poco más de 10 km, discurre por altos páramos y pequeñas lomas. El Camino antiguo dejaba a la izquierda Miñanes y pasaba entre Villamorco, cuya parroquia tiene la advocación de san Esteban, mártir cristiano del s.I, martirizado en las afueras de Jerusalén condenado por el Sanedrín , símbolo del cristiano universal frente al sectarismo judeocristiano primitivo, y Robladillo de Ucieza, que debió de ser tierra de Robles, de los que no quedan vestigios. En este último la parroquia está bajo la advocación del santo de Toulouse, San Saturnino. patrono también de otras poblaciones relacionadas con los Caminos de Santiago

 y poco más adelante se deja a la izquierda Villasabariego (donde hay devoción al Apóstol y un lienzo en el que aparecen San Lorenzo y Santiago peregrino, que se asemeja a alguno de los de Murillo, según el catálogo monumental de Palencia de 1932.

Hasta llegar en poco más de 10 km desde Bahillo hasta Carrión de los Condes, Capital del condado desde el siglo X, y centro jacobeo de primer orden, con sus iglesias románicas de Santa María, de Santiago y, tras saltar el Carrión por el “Puente romano” el monasterio de San Zoilo, que se fundó bajo la advocación de San Juan Bautista.

De Carrión de los Condes el autor del Catálogo Monumental de la Provincia de Palencia de 1932, dejó escrito:  “Si los españoles fuesen medianamente fieles a su pasado para poder ser algo en el presente, la ciudad de que vamos a ocuparnos sería objeto de una constante peregrinación material y espiritual, como lugar sagrado de la raza donde se forjó el genio castellano. Carrión fue el asiento de las efemérides más gloriosas de la vida castellana, y dio origen a todas las manifestaciones precisas para  integrar una nacionalidad…El modesto pueblo que hoy es Carrión no dá ya idea, ni aproximada, de lo que fue el viejo condado de los Banu-Gómez. “

En 1076, la Condesa Teresa Peláez, junto a sus hijos Fernando, Pelayo, García y sus hijas María, Ildonza y Elvira, cedían su monasterio particular de San Zoilo a la abadía de Cluny “id est locum nominatum Sancti Johannis Baptiste et Sancti Zoili atque Felicis martirum; hunc locum ese scitum in urbe Sancte Marie et rivulo currente secus alveum Carrione, juxta pons et estrata que discurrit ad Sancatum Jacobi Apostoli…” (El Camino de Santiago)
Octubre de 2014