lunes, 22 de octubre de 2012

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA. Análisis de los resultados de las elecciones gallegas y vascas.



Frente a los análisis de desánimo, cada derrota es una oportunidad para aprender.


Datos objetivos:


Los principales partidos del sistema perdieron ayer 300.000 votos entre el Pais Vasco y Galicia. El PP gallego, 150.000 votos, el PSE, 100.000 votos y el PP vasco otros 50.000 votos. Al PP se le ha notado menos , porque la mayor abstención en Galicia y la debacle del PSE han maquillado su real caída. Esta, la abstención, ha sido el partido mayoritario en Euskadi y Galicia. Luego primera conclusión: avanza la desafección de los ciudadanos, tanto en Euskadi como en Galicia, del actual sistema.

Beneficiarios: En la misma línea de lo anterior, en Galicia, la Alternativa Galega de Izquierdas, es la que mas sube, hasta superar el 14%. En Euskadi, los que mas suben son Bildu, que para muchos también son una alternativa de izquierdas, desde mi punto de vista de manera equivocada, también suben hasta colocarse en la 2ª posición. En las ultimas elecciones de la década de los 90, la EH de Arnaldo Otegi obtuvo la misma posición, con 14 escaños, superando allí en menos de 4.000 votos al PSE con el mismo numero de escaños. El PNV en aquellas elecciones marcadas por el Pacto de Lizarra obtuvo 350.322 votos, similar cifra a la que han obtenido ayer. En las siguientes elecciones autonómicas, las de 2001, EH bajo a 7 escaños, tras la horrorosa escalada terrorista de ETA en el año 2000 y 2001. Otegi ha tardado casi una década en hacer la reflexión, pero la han hecho. Ahora se presentan con perfiles chavistas, populistas, pero los que tenemos memoria, sabemos de donde vienen.

La sociedad vasca demuestra así un enfermizo olvido y una falta de memoria de lo que sucedía hace una década, premiando a los que alentaban, comprendían o miraban para otro lado ante aquellos asesinatos políticos. En este sentido, se ha pretendido argumentar desde el PNV y seguido incomprensiblemente por el PSE y el PP, que por primera vez en Euskadi se votaba en libertad. Mientras todo el mundo, y muy significadamente los votantes constitucionalistas podían ver como se presionaba ayer mismo a las 9 de la mañana al lehendakari socialista dificultándole el derecho al voto. ¿Cuantos habrán desistido de ir a votar al ver esas imágenes? ¿Cuántos son los vascos excluidos del censo electoral porque se fueron de Euskadi a causa de la falta de libertad? Dejo ahí estas preguntas…

El PNV es uno de los beneficiados en la noche de ayer. Se beneficia, por su ambigüedad calculada que le hace ser un partido del sistema y abstenerse en la investidura de Rajoy y compartir en su programa oculto muchas de sus recetas neoliberales, lo que se vera ahora. Se beneficia del voto útil de la derecha para frenar a Bildu, en momentos de crisis tanto del PP como del PSE, como acabamos de ver. Pero sobre todo, se beneficia de la oleada de voto emocional, que, de todo punto irracional, fía a la carta soberanista una hipotética salida de la crisis, por separación de los ricos, de los pobres.

En este contexto, el PSE, que ha aparecido como bastante buen gestor, manteniendo para Euskadi la tasa de paro mas baja de España sin asumir la política de recortes practicada por ejemplo en Catalunya, no ha sabido argumentar, por un lado los costes de esta pretendida “independencia”. Que significaría una Euskadi sin concierto económico, fuera de Europa y del Euro?

Y por ultimo, un triunfador de la noche de ayer puede ser Rajoy. Pero eso es miopía política.
La izquierda tiene la oportunidad de reflexionar sobre lo que ha hecho mal. Que las tendencias de los ciudadanos son por un lado, el refugio en lo “emocional”, el nacionalismo del derecho a decidir, que nadie sabe a donde conduce. Y que la alternativa de la izquierda es una radical regeneración y una vuelta a los principios, a la laicidad, a la ética, a la intervención en la economía y la defensa a ultranza de los servicios públicos de sanidad, educación y prestaciones sociales, como alternativa a esta crisis que antes que económica, es de valores. Si no lo hace el PSOE y los socialdemócratas europeos, lo harán otros. Y las tendencias ya apuntan. Entre las corrientes latinoamericanistas y la Syriza griega. Lo que tampoco es malo de suyo.

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