jueves, 25 de octubre de 2012

La historia se repite dos veces, nos da la oportunidad de cambiar, no hagamos siempre lo mismo!




Marx: “La historia se repite dos veces, la primera vez como tragedia, la segunda como farsa”, en El 18 Brumario de Luis Bonaparte

Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará. No habrá nada, entonces que pueda retrasar mucho tiempo esa guerra civil, última, entre las fuerzas de la reacción y las convulsiones desesperadas de la revolución, ante cuyos horrores serán insignificantes los de la última guerra alemana, y que destruirá, sea quien sea el vencedor, la civilización y el progreso de nuestra generación” escribió en 1919 John Maynard Keynes The economic consecuences of the peace (Traducido como “Las consecuencias económicas de la paz, ed. Crítica, Barcelona, 1987, p. 174) en las que recomendaba prudencia y moderación en la exigencia de las reparaciones a las naciones vencidas en la 1ª G.M. Porque el empobrecimiento y la humillación que suponían estas reparaciones, serian el caldo de cultivo de fuertes conflictos entre las naciones y dentro de ellas. Pero veamos más detenidamente el proceso:

En los genes de Merkel y otros está la historia económica de su país. En Alemania en noviembre de 1923 un dólar valía 4.200.000 marcos. Era la hiperinflación.  No había ahorro posible. Entonces era Alemania quien debía mantener elevados tipos de interés para atraer los capitales, que, como ahora, eran privados y no públicos. Pero como estos capitales se tomaban en préstamo, por lo general, por parte de las administraciones, y por parte del sector agrícola, el atractivo del mercado alemán para los inversores extranjeros disminuyó, los inversores no tenían unas expectativas de recuperar su dinero.  De esta manera cuando a fines de 1927, se perfiló un enfriamiento de la coyuntura alemana, la retirada de los capitales americanos se hizo inevitable.  Esta probado que fueron las consecuencias de las reparaciones de la guerra (la deuda no auditada y abusivamente obtenida de entonces), las que mantuvieron deprimida y débil la economía alemana. Y en última instancia las que hicieron triunfar el discurso populista, nacionalista y militarista de Hitler.

“La hiperinflación había reducido drásticamente el valor de todos los capitales líquidos (depósitos bancarios, títulos del Estado), además del dinero corriente, provocando graves perdidas a la clase media”, que era la que poseía mayoritariamente estos capitales. Se llevó a cabo, como ahora, un pretendido Plan de Estabilización y se debatió en el Parlamento alemán una interminable discusión sobre las formas posibles para compensar al menos en parte tales perdidas, pero finalmente no se hizo nada, lo que aumentó la desafección de la clase media hacia la republica de Weimar y empujo a dicha clase hacia el nazismo. De la misma manera que los grandes grupos empresariales alemanes, Krupp, Thyssen, y extranjeros Standard Oil, Ford, etc. 

Ayer, como hoy, con todas las distancias precisas, solo un pequeño grupo de personas procedentes de la socialdemocracia y el espacio post comunista, encarnado quizás en algunas partes del M 15M , se opusieron y se oponen al ascenso del populismo nacionalista. Era aun mas reducido el grupo de intelectuales alemanes en contacto con Keynes, que agitaban ideas alternativas, pero no fueron escuchados por el gobierno alemán, véase G. Gravy “Keynes and the economic activist of pre-Hitler Germany” en Journal of Political Economy, 1975. Entonces como ahora el Euro, el marco no podía devaluarse a consecuencia del Tratado de paz de Versalles. Sobre la base de esta gran crisis, en las elecciones de fines de 1932 el partido Nazi obtuvo un gran éxito, que abrió paso a la toma del poder por parte de Hitler en enero de 1933, con el apoyo de buena parte de las clases medias y de los grandes grupos industriales alemanes. Una vez en el poder, Hitler no impulsó inmediatamente el rearme sino que trató de canalizar las inversiones hacia los sectores de la construcción y del transporte, contando con los capitalistas interiores (fueron los nazis los que fundaron la Volkswagen) y se restauró el pleno empleo antes de comenzar el rearme a gran escala en 1936 y tuvo efectos colaterales como la guerra civil española, que serviría de ensayo general para lo que se avecinaba y la creación del Lebensraum (espacio vital), mediante las anexiones de Austria (1938), Checoslovaquia (1939) y países satélites de aquella hegemonía nazi- fascista (Bulgaria, Grecia, Rumania, Turquía, Yugoslavia, Italia y España) a las que convirtió en destino de sus exportaciones.
A través de mecanismos de clearing a favor de Alemania, muchas de estas economías acabaron por financiar el esfuerzo bélico. 

El Clearing era un sistema bilateral inventado para evitar desembolsos de dinero relativos al comercio internacional. El acuerdo preveía que si un país tenía un exceso de exportaciones que no conseguía compensar con importaciones, no pretendiera el pago del saldo monetario a su favor, suponiendo que al año siguiente el saldo pudiera ser compensado con mayores importaciones, Sin embargo, si no sucedía esto el resultado era un crédito que se otorgaba al país con exceso de importaciones. Este fue precisamente el caso de Alemania en relación con casi todos los países antes citados. Así los países satélites capitalizaban a Alemania. Hoy la creación de deudas, no auditadas, en los países de la periferia, el endeudamiento de la banca periférica que ha trasladado a los estados periféricos su deuda, haciéndola publica, es un mecanismo infernal, semejante al proceso descrito de los Clearing, por lo que los ciudadanos empobrecidos de Grecia, Portugal, Italia, España, Irlanda y otros países, vamos a financiar a un monstruo que, si entonces estaba centralizado en Berlín, ahora esta mas desfocalizado, pero en términos de “calidad democrática”, de perdida de soberanía de los ciudadanos de esos Estados tiene consecuencias similares a las de entonces, conduce directamente a las causas de una revolución o de una guerra a gran escala como lo definió John Maynard Keynes hace 93 años. O como había dicho Carlos Marx, 68 años antes, en el 18 Brumario de Luis Bonaparte: “La historia se repite dos veces, la primera vez como tragedia, la segunda como farsa”, 50 años antes

¿Seremos capaces de estudiar y aprender de la historia? En momentos de crisis, más o menos provocadas y mal gestionadas, el auge de populismos nacionalistas, chauvinistas, (“eurocopistas”, “rolland garrodistas”, “guiñolistas”, etc, alentados desde los medios de desinformación de masas), tendrían que preocuparnos. ¿Por qué nadie habla de la única salida posible que no es volver al nacionalismo sino una verdadera solidaridad paneuropea sobre la base de una unidad fiscal, bancaria y política, de un gobierno elegido directamente por los europeos en circunscripciones amplias? ¿Qué es lo que perderíamos algunos sino viejos y ensangrentados trapos nacionales… (y de paso los banqueros, políticos corruptos y poderes facticos que los envuelven)

José Gabriel Zurbano Melero
Doctor en Historia y Geografía por la Universidad del País Vasco

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