jueves, 18 de octubre de 2012

LAS GUERRAS CÁNTABRAS. ALGUNAS LOCALIZACIONES




LAS GUERRAS CÁNTABRAS. ALGUNAS LOCALIZACIONES


Los cántabros y los astures fueron los últimos pueblos peninsulares sometidos al Imperio romano, entre los años 23 y 19 a. de C. Ese proceso de conquista duró doscientos años, desde la Segunda Guerra Púnica, (218-204). No hubo por parte de los romanos un plan unitario prefijado de conquista militar o política de la Península, sino que el proceso de conquista tuvo diferentes etapas y proyectos de conquista por parte de Roma, en las que se fue conquistando primero las regiones mediterráneas, para progresar después hacia el valle del Tajo occidental (Lusitania) , del Duero (Celtiberia) y del Alto Ebro (Cantabria).

Mas de sesenta años después de que Roma venciera a Cartago, los romanos lograron en el año 133 a. de C. vencer la resistencia mítica de los numantinos que había durado varios años.  Seis años antes habían logrado, mediante el soborno a sus generales el asesinato de Viriato y con él el final de la resistencia, no menos mítica de los lusitanos, que tenían una sociedad muy polarizada, lo que redujo su capacidad de resistencia. Viriato era uno de los muchos lusitanos desposeídos de fortuna, que formó tropas, compuestas por otros desheredados, que mediante el uso de tácticas de guerrilla, hostigaban sistemáticamente a los romanos y consiguieron llevar la sublevación a las ciudades. Esta estrategia guerrillera de los lusitanos desarmaba las tácticas de lucha de las legiones romanas, que sufrieron varios y serios descalabros y en 140 a. de C. se vieron obligados a firmar un tratado de paz. A partir de entonces la táctica de los romanos se centró en atraerse a las clases altas de los lusitanos, mientras que Viriato seguía liderando a los de abajo. El fin de Viriato se escenifica en la traición de sus generales, pero esta conjuración fue pactada por los romanos con los líderes oligárquicos lusitanos.

A partir de ahí, los romanos conocieron la región del Miño, pero su interés volvió a las fértiles tierras del Mediterráneo y del Sur, la Bética y la Hispania Citerior. Tierras donde se asentaron y fusionaron con los indígenas en el embrión de lo que fue la civilización hispanoromana y siendo estas regiones escenario de las luchas entre los diferentes caudillos militares romanos: Mario, Sila, Sertorio, Pompeyo, César, etc. De esta manera, derrotado el partido popular en Roma, su líder Sertorio pasó a Hispania, logrando el apoyo de los pueblos indígenas que ocupaban el valle del Ebro, constituyendo su capital en Huesca, frente a quien se enfrentó Pompeyo. Este obtuvo alianzas con pueblos del área vasca y riojana, como los autrigones y los berones. Al final de este periodo, al parecer los cántabros realizaron incursiones sobre zonas ocupadas por los autrigones (zona de la actual Álava y norte de Burgos). 

Esta fue tomada como escusa por los romanos para preparar la campaña frente a los cántabros. Entre los años 29 y 27 a. de C., durante la conquista romana del sur de Aquitania, los Várdulos, caristios y autrigones (junto a los vascones, los pueblos que ocupaban el actual País Vasco), fueron aliados de los romanos. Los cántabros sin embargo tenían lazos y eran aliados de los aquitanos. Sin embargo, todo parece indicar que la causa de intervención de los romanos contra los cántabros y astures fue el descubrimiento de importantes yacimientos de oro en las proximidades de Astorga, cuya codicia chocaba con la presencia en sus proximidades de pueblos tan belicosos y descontrolados.

Las guerras comenzaron hacia el año 29, y se intensificaron el 26 a. de C. cuando el propio emperador Augusto trasladó tropas estableciendo un campamento base en Segisamo, la actual Sasamón, con otros secundarios en el noroccidente alavés (Kuartango), de Quartani, nombre que se daba a los legionarios de la Legio IV Macedónica, que tuvo un tercer campamento en la localización palentina de Pisoraka  Herrera de Pisuerga. Las legiones se avituallaban desde Aquitania, desde donde también actuaba la flota romana. Se asegura que Roma movilizó a unos 70.000 hombres entre legionarios y tropas auxiliares, estableciendo vías de aprovisionamiento desde Aquitania, que atravesaban las actuales provincias de Guipúzcoa, Navarra, Álava , Burgos y Palencia, participando en su construcción además de la citada legión macedónica IV, otra legión, la VI.

Los romanos constituyeron tres columnas que se dirigieron hacia los núcleos cántabros de Aracillum (Yacimiento de la Espina del Gallego Sierra de El Escudo), Bergidum (identificado con el Bergidum de El Bierzo, pero que nosotros identificamos con el castro de Monte Bernorio, próximo a Aguilar de Campóo (Palencia), que tiene mucha mas lógica con el escenario de las guerras y el Mons Vindius, los montes blancos, los Picos de Europa, vistos desde las montañas de Palencia, de León, o desde la Costa.

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